Sucesos inesperados

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Los días pasaban rápidamente... el invierno se tornó en primavera, y la primavera en un caluroso verano. Por suerte, al ser el pueblo en el que vivíamos uno muy pequeño y rodeado por un frondoso bosque, el calor se atenuaba bastante, siendo un clima prácticamente idéntico al de la primavera, claro si exceptuando algunas ocasiones en las que la temperatura aumentaba sin piedad a pesar de lo anterior dicho.

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El día comenzaba, a lo que Takeru aún en su cama se despertaba a la vez que se estiraba... empezando a levantarse para hacer lo cotidiano de todas las mañanas, a lo que salía de su habitación lentamente para no despertar a Hanako, e ir a preparar el desayuno para nosotros dos.

El Lucario preparaba la mesa a lo que, ya una vez hecho todo, se extraña de que cierto personaje aún no hubiese salido de su habitación a como era costumbre de todos los días, a lo que empieza a acercarse a la puerta de mi habitación.

—[Ryo... ¿Ocurre algo?]— preguntó levemente preocupado Takeru, ya que este sentía mediante nuestra conexión el que yo estaba despierto, a lo que da suaves golpes a la puerta, para no despertar a Harumi de igual manera, pero luego de eso una voz lo exalta.

—Takeru, pasa...— se escucha levemente triste la voz de Harumi, a lo que Takeru no lo piensa dos veces y entra a mi habitación, para luego encontrarme recostado en mi cama, demostrando únicamente enfermedad en mi rostro.

Estaba mal... incluso Takeru era consciente del malestar en el que me encontraba en aquel instante, mi cuerpo estaba recostado en la cama, a la vez que sudaba en grandes cantidades, con mis mejillas sonrojadas y pálidas, respirando levemente.

—¡¿Qué le sucede?!— preguntó totalmente preocupado Takeru luego de notar claramente mi estado.

—No te preocupes Takeru... simplemente es un resfriado común que lo tomó desprevenido, empezó más o menos en la noche con la temperatura, y ya preparé las medicinas necesarias para que se mejore, pero por ahora... solo necesita reposo— afirmó calmada Harumi, a lo que Takeru empezaba a tranquilizarse de igual manera.

—¿Pero y tú?— preguntó nuevamente Takeru a lo que empezaba preocuparse ahora por Harumi, la cual estaba delicadamente sentada arriba de la cama, con su prominente vientre resaltando abajo del pijama.

—No te preocupes...— dijo con una sonrisa un poco nerviosa Harumi— ya me tomé los medicamentos necesarios para que no me enferme; Hina me enseñó, recuerda— volvió a decir, a lo que Takeru asentía— pero... me temo que no podré ir a ayudarla hoy, Ryo necesita atención de igual manera, ¿Crees que tú...?— empezaba a preguntar Harumi, a lo que la voz de Takeru la detiene.

—Está bien, después de entregar las mercaderías iré a ayudar a la señora Hina con Hanako, tan solo cuida a Ryo para que no se le pegue otra cosa por favor – declaró serió pero a la vez preocupado Takeru, a lo que Harumi solo asiente con una leve sonrisa como respuesta.

Fue ahí cuando Takeru, ya sabiendo cómo era la situación, salió de la habitación para hacerse un pan con mantequilla y partir rápidamente con él en la boca hacia el lugar donde llegaban las mercaderías.

El sonido de la puerta de la casa cerrándose pone en alerta a todos, a lo que nuevamente se escucha una puerta abrirse, pero esta vez desde la habitación de Takeru, para después escuchar como unos rápidos pasos se acercaban hacia nosotros, a lo que ahora era Hanako la que emergía de la puerta de nuestra habitación.

Lazos de aura 2: Aura florecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora