Capítulo 9: Nuevos sentimientos.

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Levanté la mirada hacia el cielo rosado. Apenas amanecía...

Extraordinariamente, aunque había pasado tres días en Takamagahara, en el mundo humano habían pasado unas horas. Suspiré aliviada y caminé hacia mi casa.

POV Yato:

Estaba recostado en la cama de (t/n)_____, viendo como un zombie el techo. Dentro de mí sentía toda emoción existente al mismo tiempo.
Estaba furioso conmigo por no haberla protegido, angustiado por saber si estaba muy herida y deseaba matar al responsable, además estoy entre la espada y la pared; Bishamon la rescató, pero no puedo hacer nada o me asesinaría, y si (t/n)_____ me mencionó es probable que la lastime... Solo me queda confiar en Kazuma.

-Oye, idiota ¿Qué haces en la habitación de mi hermana?- Yukine entró con un vaso en la mano.

Desvié la vista para verlo por unos segundos y volví a mirar el techo.

-Sigues preocupado por ella, verdad?- dijo sentándose en la cama. Ya le había contado la situación con Bishamon, por fortuna lo comprendió, pero sigo sintiéndome intranquilo.

-Ya no sé que pensar... Lleva toda la noche desaparecida, y si por mi fuera saldría de aquí a buscarla, pero Bishamon me mataría al verme, o incluso podría lastimar a (t/n)_____..

-Tranquilo. Yo sé que está bien.- dijo acercándome el vaso con chocolate

-En serio lo crees?- bebí un gran sorbo del líquido caliente.

Yukine asintió -Por ahora hay que comer algo- extendió su mano para ayudarme a levantarme

-Está bien- sonreí un poco y tomé su mano.

Bajamos hasta la cocina y tomamos unas bolsas de fritura; íbamos de regreso a la habitación de Yukine, pero la madre de (t/n)_____ estaba en las escaleras, y no podíamos pasar.
Decidimos comer en el vestíbulo, y llegamos justo en el momento que la puerta principal se abría.

POV (t/n)_____:

Para mi buena suerte el trayecto hacia mi casa fue muy tranquilo, no me encontré con ayakashis y en parte me sirvió para pensar.
La manga del vestido cubría mi nombre, y ya había decidido no decirle nada sobre esto a Yato.

Por fin, llegué a mi hogar. Estaba un poco nerviosa, espero que lo que me dijo Bishamon se cumpla. Pensaba tocar la puerta, pero no tenía llave, por lo que pude abrir sin ningún problema.
Dos pares de ojos me observaban con asombro; puse mi dedo índice sobre mis labios para indicarles que guardaran silencio.

-He vuelto madre!- las piernas me temblaban un poco de los nervios.

-Hija!- la voz se acercaba desde las escaleras -Regresaste muy temprano! Cómo te fue con tu amiga?

Al escuchar sus palabras mi rostro se relajó. Veena había cumplido su palabra.

-Está muy bien, y te manda saludos! Regresé antes porque tuvo un imprevisto.

-No te preocupes. Debes estar cansada- asentí -duerme lo que necesites, no te despertaré.

-Gracias!

Le di un abrazo a mi madre y le hice señas a los chicos para que subieran a mi habitación.

Apenas logré cerrar la puerta de mi cuarto, pues Yato y Yukine me abrazaron sin intenciones de soltarme. Sonreí correspondiendo el abrazo.

-Sabía que estabas bien!

-No me lo perdonaría si te hubiera pasado algo.. -susurró Yato en mi oído, a lo que me sonrojé un poco.

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