capítulo 2; Me encanta que te hagas la fuerte.

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-Déjame dormir un poco mas. - pido a Mia, que quiere arreglarme para la fiesta, como si yo estuviera manca.

- Isabella Collins Green, dijiste que te ibas a despertar, ahora debes de cumplir tu palabra, porque si no la cumples, juro por el amor de dios que te cojo de los pelos y te arrastro a la fiesta arreglada o sin arreglar. - Se que solo es una amenaza, pero me levanto de la cama para que se calle.

A lo mejor logro encontrar un buen escondite donde dormir, como en la copa de un árbol.

- Deja de pensar en como escaparte de la fiesta, y pruébate este vestido. - dice tirándome dos vestidos a la cabeza.

Escucho una risa proveniente de Ryan y le fulmino con la mirada, pero eso lo único que hace es que se ría mas de mi desdicha.

- Y tu, deja de reírte y arréglate, o no pensarás en ir en calzoncillos a una fiesta de lujo, porque de ti me espero cualquier cosa... - Dice Mia a Ryan.

Antes de que Mia cierre la puerta tras de si, veo como Ryan voltea los ojos, cosa por la que río.

Con sumo cuidado, como si los vestidos fuesen de cristal, los deposito encima de las blancas sábanas de algodón.

Como mi amiga habrá conseguido tanto dinero para vivir en un lugar tan lujoso, con un jeep comander, piscina, prendas y artilugios de sibarita, y un novio tan bueno, en todos los sentidos, como Ryan.

Vuelvo a la realidad, y escruto con a vista ambos vestidos;

Uno negro muy largo y estrecho, soso a mi parecer, y el otro de color rojo, como la sangre, los pétalos de rosas, y la pasión, largo y de fina tela, estrecho pero cómodo, y con un corte por el lado para que desde el muslo hasta los tacones se vea una pierna, ya que la otra no tiene ese toque elegante pero con un toque de picardía, pero lo mejor del vestido rojo, es el escote de corazón, y las hermosas vistas de mi desnuda espalda.

Me ducho, me pongo el vestido, seco mi pelo y lo aliso, por donde me cae como una cascada de oro muy oscuro hasta las caderas.

Bajo lo mas deprisa que se me permite con los incómodos tacones, y cuando ya me quedan unos pares de escalones para llegar al piso donde están Mia y Ryan, tropiezo con mi propio zapato y caigo al vacío.

Cierro los ojos he intento hacerme una bolita, mas nunca llego al suelo.

Abro los ojos incrédula del por que no caigo al suelo, y nada mas abrirlos, veo como unos ojos azul eléctrico me miran sin emoción alguna, como lo hace un poderoso felino al observar a su presa.

- Deberías de practicar mas seguido el andar con tacones. - dice con una sonrisa burlona, una sonrisa que hace que me tenga que cambiar de bragas. - ¿No vas ha darme las gracias, enana? - dice con un tono irónico en la voz.

- Bueno, te daré las gracias cuando me hayas pedido perdón por empujarme en el aeropuerto, y cuando no quisiste tomarme de la mano. - Dije notablemente molesta por lo último.

Una ronca carcajada emerge de su garganta, y noto como mis mejillas arden.

- ¿ Eso querías, que te tomase de la mano? - Acerca su cuerpo al mío he intento huir, mas mi espalda choca contra una columna de blanco mármol. - ¿ Estás nerviosa? - Dice con una sarcástica sonrisa, mientras que apoya su brazo izquierdo en mi cintura, delicado pero a la vez firme, como lo hace un pianista al tocar las teclas de su piano.

Intento zafarme de su agarre, pero es demasiado fuerte, y todo mi esfuerzo por ser fuerte y no rendirme a los encantos de un hombre tan condenadamente sexy son en vano.

El, al ver que he parado de forcejear, une nuetras manos y se acerca mas.

Me saca tres cabezas como mínimo, pero desde aquí puedo observar cada facción de su anguloso rostro.

Poco a poco, nuestros rostros se van acercando hasta que nuestros alientos quedan separados por apenas unos milímetros.

- Nunca besé a nadie.- Digo en un pequeño susurro.

El se separa drásticamente, alzando una de sus cejas.

- ¿En serio? ¿Con lo fácil que eres aun no has besado a nadie? -dice entre risa y risa.

La sangre me arde, mi orgullo ha quedado por los suelos.

- Eres despreciable. - digo y me acerco amenazadora a el para pegarle un puñetazo, pero el logra esquivarme, inmovilizarme, y empotrarme contra la blanca pared con filos de color dorado.

- Bueno, pequeña, seré despreciable, pero casi intentas besar a este 'despreciable' - dice con una cínica sonrisa.

- Eres un idiota.- Escupo con odio, a lo que el ríe y me suelta al escuchar unos pasos acercarse.

- ¿Dónde demonios estabas, Iz? te busqué por toda la casa, ya pensé que te habías subido a algún árbol para no ir a la fiesta.

Tras escuchar las risas por parte de Ryan y el joven desconocido tan insoportable, logro decir.

- ¿Vamos ya o que?

Todos asienten y andamos hacia la salida, donde Ryan abre la puerta y deja que todos salgamos al exterior, donde una limusina nos espera.

- ¿ Vamos a montar allí? - Digo con los ojos abiertos como platos.

-Obviamente, ¿ en dónde creías que íbamos a ir, andando? - pregunta irónica Mia.

- Pero esto es demasiado...

- Anda, deja de decir falacias y entra de una vez por todas.

- Después de vosotros dos- digo señalando con la mirada a Ryan y Mia, a lo que ella voltea los ojos y el ríe por lo bajo.

Una vez estos dos metidos, miro al chico de ojos azules, pero me señala que monte yo antes que el.

Voy a montarme, pero antes de que lo haga, el me para y me susurra al oído;

- Me encanta que te hagas la fuerte, pero ambos sabemos que no lo eres. - Después de decirme eso, besa el lóbulo de mi oreja con posesión y me suelta bruscamente para que me pueda sentar.

- ¡Ya estamos! - Grita sonriente el ojiazul al conductor una vez que todos estamos sentados.

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Segundo capitulo, espero que les guste tanto leerlo como a mi escribirlo.

Voten y comenten si les han gustado.

PD : En la foto podemos ver a Ryan, el novio de Mía.

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