Capitulo 5
Narra Nick
- Quien está ahí…?- dijo una fría voz, Melissa me miraba espantada, El hombre que se encontraba en la habitación dio unos pasos que hacían eco en la enorme y fría casa. Miré el suelo intentando contener la respiración, a nuestro lado yacía un bastón, o más bien un cetro, azulado en la punta.- no soy idiota niños!... sé que están bajo mi escritorio…- comentó. ¿su escritorio? Pensé. Miré a Melissa y le asentí haciéndola saber que estaría bien levantarnos. Ella seguía pálida pero me acompañó. Nos paramos algo lento, ya que de por si sentíamos miedo. El hombre que se situaba frente a nosotros, estaba de brazos cruzado, vestía muy oscuro, parecía disfrazado para halloween. Tenía el cabello claro y al vernos parecía más asustado que nosotros mismos, era muy blanco y de ojos grisáceos.- ¿Qué hacen ustedes aquí…?.- dijo confundido…
- Bueno nosotros no queríamos causarle problemas, vinimos por mi celular…- dijo Melissa pareciendo amable. El tipo la miró asombrado y boquiabierto, Melissa era muy linda pero me sorprendió la forma en la que la observaba.
- Melissa Frenhen?.- preguntó aquel hombre. No parecía enojado más bien asustado o confuso,
- Si… nos conocemos?.- preguntó Melissa
- Nicholas Jonas?....- esta vez se dirigió a mí..
- Si… usted es?- pregunté. El hombre tragó saliva lo que me confundió aún más.
- Si no le molesta, nosotros ya nos íbamos, vamos Nick…- dijo Melissa, me tomó del brazo, pero aquel hombre nos interrumpió.
- Ustedes no se van a ninguna parte…- dijo serio, sin acercarse siquiera la puerta se cerró. Melissa mandó un grito.
- Donde está el cetro?...- preguntó. Pensé: “ que rayos este tipo está demente!!!” .- EL CETRO!.- gritó
- No sé de lo que habla…- musitó Melissa decidida.
- Siempre tan a la defensiva, no es así Melissa?.- dijo el hombre.- que no saben quién soy?.- Melissa negó con la cabeza, pero no parecía estar convencida de su propia respuesta.
- Tu… eres el chico de la pintura allá abajo- se detuvo temblorosa.- el brujo.
- Que inteligente eres bonita.- dijo aquel hombre, sin duda Melissa tenía razón era idéntico a Bartolomeo Klemeet.
- Como…es posible?.- pregunté confundido.
- Tu no hables galán!.- me ordenó.
- Quiero mi cetro y ustedes saben dónde está! No es así?.- gritó molesto. Miré a Melissa y luego al piso tras el escritorio ahí estaba el cetro, pero si este tipo era brujo no iba a decirle. Melissa me asintió, en señal de distraerlo para llevarnos el cetro. Ella corrió hasta la puerta, él la siguió… lo que me dio tiempo de coger el cetro azulado.
- No has cambiado en nada…- le dijo el brujo a Melissa, la tenía acorralada; junto a la pared. Ella lo miraba confundida.
- No te conozco.- dijo ella.
- Si que me conoces Melissa!.- dijo el acariciando con delicadeza el mentón de Melissa.
- No es así… me confundiste.- dijo ella- con alguien más.-
- HEY!.- grité para llamar la atención, aunque mis manos y pies no dejaban de temblar del miedo, me hice el valiente, el tipo me miró con desprecio.- es este tu juguete?.- pregunté mostrando el cetro.
- DÁMELO!.- me ordenó.
- Y si no… que?.- dije.
- QUE ME LO DES!.- exclamó.
- Te lo doy si nos dejas ir…- dije
- La chica se queda…-
- Oh, quieres que rompa tu juguete?.- pregunté. Melissa seguía junto a la pared pálida y asustada.
- No sabes el poder que ese objeto me otorga Nicholas, YA DÁMELO!.- se enfureció. Aunque con miedo amenacé con romper y pedazo de madera con la punta de vidrio azul. Que poderes podía otorgar un juguete así?
- Entonces déjanos ir a ambos… y te lo entrego, tu decides!.- Melissa caminó hasta la puerta. Con sumo cuidado, tomó la manilla de la puerta y la abrió. Pero el supuesto brujo la detuvo antes.
- No te vayas!.- gritó.
- Que quieres de mi!?.- exclamó ella
- Si tan solo lo recordaras…- dijo el brujo. Parecía dolido. Alzó la mano en mi dirección. Y una fuerza sobrenatural me hizo hacia atrás, mis manos se abrieron y solté aquel objeto, que levitó rápidamente hacia la mano de brujo, entonces supe que si era Bartolomeo Klemeet. El brujo más maligno de toda Polonia.- como es posible que no lo recuerdes!?.- gritó con rabia. Golpeó el suelo con su bastón y desapareció. Melissa corrió hasta mí y me abrazó fuertemente.
- Salgamos de aquí.- dije. Tomé su mano y bajamos las escaleras corriendo, antes de llegar a la puerta ambos caímos, sin poder respirar, como si nos ahorcara algo invisible. A tan solo un metro de la puerta, con mis fuerzas, me arrastré y logré abrirla. Fue cuando pude respirar. Melissa se paró rápidamente y salimos corriendo de aquella mansión. Antes de subir a nuestros autos ella dijo.
- Creí estar loca… hasta hoy, que tengo la certeza de estarlo!.- reclamó para sí.
- No estás loca, yo estaba ahí… pero cómo es posible?, es decir, no puede ser Bartolomeo Klemeet!... es imposible, es una locura.- musité. Ambos respirábamos agitadamente.
- No del todo… mi madre, siempre experimentó cosas paranormales antes de mi nacimiento, así que pudo ser un fantasma, un demonio… o ambos estamos tan drogados que deliramos, es lo que al parecer del mundo, sería más lógico que un fantasma.- dijo ella. Su vos era muy apaciguadora y divertida. Reí, como un tonto ya que la situación no requería risas si no respuestas. Y claramente ella leyó mi mente.- cuando abran aquí mañana vamos a revisar su biografía!.- reclamó.
- Estupenda idea.- dije.- te acompañaría hasta tu casa… pero veo que tienes auto.-
- Es de mi prima de hecho, espero que estés bien…- me abrazó, sentí el olor de su cabello juguetear con mi nariz, Vainilla.- te llamaré mañana, si no tienes nada mejor que hacer…- dijo temblorosa.
- Está bien, no tengo nada que hacer y por ahora necesito pasar algo de tiempo contigo…- le sonreí.
- Lo mismo pienso…- dijo subiendo a su auto.
- perdí mi linterna ahí adentro!.- reclamé.
- yo no voy a entrar otra vez, no de noche!.- dijo ella. Le sonreí y esta vez me devolvió la sonrisa.
Rumbo a mi casa, analicé lo sucedido, es que no podía ser más extraño. Tía Molly, dijo que mamá siempre veía fantasmas y espíritus… pero nunca creí en eso.
Narra Melissa.
Llegué a casa de la abuela completamente asustada, me temblaba la mitad del cuerpo, y sentía hasta nauseas, estaba muy confundida y mi corazón latía rápido. A pesar de que me gustaban las aventuras esta había sido atroz, y más aún pensando en que Bartolomeo decía conocerme, y no me hablaba de la manera en la que le hablaba a Nick, como si lo odiara, o estuviera celoso, o envidiara algo de él. Me acosté en silencio. Todos dormían, suertudos, yo no podía conciliar el sueño.
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La separación ♥ Terror
RomanceTe has preguntado si viviste otra vida? si en algún siglo pasado fuiste otra persona?... La historia se remonta al siglo XIX (19). En un pueblo, en una iglesia... una pareja de jóvenes estaban en plena boda... El joven y apuesto Nicholas Jonas y la...