Prólogo.

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-Entonces, ¿Sólo debo protegerlo? -preguntó un chico, de unos 22 años, pelo negro y ojos oscuros. Su nombre era Kim JongIn.

-Exacto... ¿Me puede hacer ese favor? -dijo otro hombre, pelo castaño y ojos marrón. Respondía al nombre de Kim Jun Myeon.

-Claro, pero hay algo que no entiendo -respondió el pelinegro-, tienes un gran número de otros espías... ¿Por qué yo?

-JongIn , esto es más algo personal que un trabajo, y además eres mi amigo. No te estoy ordenando como Suho, sino que te lo estoy pidiendo como Jun Myeon. Sé que lo vas a hacer bien.

-Comprendo, pero necesito detalles.

-Se llama Oh Sehun -dijo entregándole una foto-, tiene 22 años, estudia música y baile en la Universidad de Seúl, siendo hijo de unos padres fallecidos, pero tiene a un apuesto y excelente hermano mayor: yo.

-Se te olvida sobreprotector -se burló el mayor-, ¿Por qué estás tan seguro de que está en peligro? -preguntó observando la foto, en ella había un chico de cabello castaño, piel muy blanca, muy guapo, sus labios bien rosaditos y una gran sonrisa. "Es lindo", pensó.

-¿Te acuerdas del grupo que estuve infiltrado la semana pasada? -preguntó, recibiendo una afirmación-, mandaron una amenaza de que me iba a arrepentir de haberlos delatado, sabes que la única manera de hacerme sufrir es que le hagan algo a mi hermano. Perdimos a nuestros padres cuando eramos pequeños, él es lo único que me queda.

-Pero, ¿No es que ya habían acabado con esa organización?

-El líder tenía un hermano... cosas de familia, ya sabes.

-¿Cómo hago con los datos? Ya sabes, para acercarme a él? -JongIn seguía mirando la foto.

-Yo me encargo, no te preocupes -respondió con una sonrisa-, oye, deja de mirar la foto ¿No ves que se gasta?

-¡S-sólo estoy tratando de memorizar su rostro para poder identificarlo! -se excusó rápidamente.

-Sí, si claro. Sé que es lindo, pero aún nadie ha tenido mi permiso para estar con él -afirmó orgullosamente-, y tú, te vas a encargar de que no le pase nada ¿Entendido?

-Afirmativo, jefe. Misión aceptada -respondió con una sonrisa.

-Gracias, Muchas gracias.

Ambos se levantaron y se retiraron del lugar, para luego despedirse y dirigirse cada uno a su hogar.
JongIn , un chico de 22 años, atractivo, con una profunda voz y arriesgada profesión. Espía. Hijo de dos grandes agentes, recibió clases de defensa personal y otras aptitudes desde pequeño, ya que era heredero del trabajo familiar, tampoco se quejaba, al fin y al cabo le pagaban bien.

Dado a su intenso entrenamiento, entró rápidamente a la academia, ganando rápidos ascensos y premios por sus aptitudes, dejando bien parado el apellido de su familia, tal como lo habían educado sus padres. No se quejaba de su infancia, pero hubiera deseado que fuera un poco más normal, sin tantas preocupaciones y sin el peso de la herencia, que recaía completamente en él, a diferencia de su hermano menor, el cual no sabía nada respecto al trabajo de su familia.

Ser espía no es fácil, colocas tu vida en riesgo por el bienestar de las personas, y por ende: el bienestar de tu familia. Pertenecía a la agencia SM, la misma agencia de sus padres y posiblemente la de su futuro primogénito, ya que la SM tenía una peculiar manera de obtener agentes: El primer hijo de cada empleado debía entrar a la empresa en un futuro.

Conoció a Jun Myeon cuando tenía 14 años haciéndose amigos rápidamente, gracias a la poca diferencia de edad y a las múltiples misiones que habían realizado juntos.

Al igual que él, Suho (su sobrenombre dentro de la agencia) era el primogénito de la familia, por lo cual su destino era entrar a la empresa, sabiendo todo el peligro que conlleva el trabajo creó una sobreprotección a su hermano menor, mismo miedo que compartía JongIn.

Entendía perfectamente la situación que estaba pasando Suho, por eso aceptó el trabajo sin problemas, estaba seguro que su amigo hubiera hecho lo mismo por él.

Observó la foto de Sehun, había prometido a su amigo que lo protegería y eso iba a hacer.

Él era un espía, un agente, estaba capacitado para enfrentar cualquier peligro que le acechara en el futuro. Sonrió, sin saber que el destino le traía una sorpresa para la cual no estaba preparado: Enamorarse.

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My Mission Is To Protect [KAIHUN ].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora