Capítulo 12.

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JongIn abrió los ojos, sorprendido, pero no dudó en corresponder al menor. Acarició el rostro del menor a la vez que sus labios danzaban y cerró sus ojos para disfrutar la caricia. SeHun se aferró a la camisa y abrió su boca para profundizar el beso.

El pelinegro respondió inmediatamente, degustando el sabor del menor. Era mil veces mejor que sus sueños, los cuales se seguían repitiendo constantemente durante los últimos días. Escuchaba una débil vocecita que decía que no era el momento ni el lugar, pero su cuerpo no reaccionaba a esta.

Cuando sintieron que les faltaba el aire, se separaron lentamente. JongIn abrió sus ojos lentamente, encontrándose con la mirada de SeHun, el cual empezó a sonrojarse al darse cuenta de lo que había hecho.

—Yo… lo siento —se disculpó nerviosamente—, quería asegurarme de que eras realmente tú… y me dejé llevar.

JongIn lo miró con ternura y decidió callarlo con un pequeño beso.

—Hablaremos de esto después ¿Está bien? —dijo cuándo se separó—, ahora hay que sacarte de aquí.

SeHun asintió totalmente sonrojado, observó que el mayor sacaba unas llaves y abría las esposas y liberaba sus manos. JongIn ayudó al menor a levantarse y, cuando se aseguró que estaba bien, le tomó de la mano y empezó a salir de la habitación.

El menor se dejó llevar, observó el lugar, tratando de reconocerlo, ya que no tenía ni idea de dónde estaba, pero lo único que veía era el pasillo blanco, llegaron hasta el final de este y doblaron a la derecha, había unas escaleras y una trampilla, al inicio del largo pasillo.
La trampilla se abrió abruptamente, y de ella bajó un agitado SuHo.

—¡SuHo! —exclamó SeHun, abrazando a su hermano.

El mencionado devolvió el abrazo y empezó a examinar al menor.

—Cuando pueda voy a golpear a ese imbécil por hacerte esto —refunfuñó apuntando el rostro de SeHun—, pero ahora debemos salir de aquí, esos tipejos están encerrados, pero no sé por cuánto tiempo —dijo empezando a caminar a la salida.

JongIn empezó a seguir a SuHo, pero SeHun se quedó en el lugar. Los mayores al notar que el pequeño no los seguía, se detuvieron y lo miraron.

—Vamos, Hunnie —dijo JongIn tomando la mano del menor—, tenemos que salir.

—No… yo no puedo… no sin el relicario —dijo el menor—, le prometí a mamá y papá que nadie podía tenerlo excepto yo.

—¿Relicario? ¿De qué estás hablando? —interrogó un confundido SuHo.

—Un relicario… papá y mamá me dieron un relicario… tiene una foto de una puerta y una clave… creo que es para abrir la puerta que recordé anoche —explicó SeHun.

**

Kris estaba sentado junto a Tao en el hospital, al frente de las salas de emergencias, donde Chanyeol estaba actualmente. El ambiente estaba tenso. El castaño observaba a su Tao disimuladamente, no sabía si éste le había perdonado y mucho menos que decir para establecer una conversación. Pensó en las palabras de SeHun; ¿Qué haría cuando terminara la misión? Debía admitir que no le agradaba la idea de alejarse de Tao, tampoco de SeHun, pero éste era un tema distinto.

¿Y si el mayor nunca lo perdonaba? Se asustó ante esa posibilidad. Ahora comprendía a JongIn.

—¿No vas a decirme nada? —Tao rompió el silencio.

Kris lo miró con sorpresa, ¿Tao le estaba hablando? Tenía que aprovechar la oportunidad.

—Sólo si tú quieres —dijo con timidez, odiaba sentirse así, pero tenía miedo de la reacción del mayor.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2018 ⏰

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