Epílogo

2.2K 173 23
                                    

Era una mañana de Marzo. La luz cegadora del sol se colaba juguetona en una pequeña habitación de algún lugar en Busan.

Dos jóvenes reposaban en una gran cama con finas sabanas color vainilla. Uno de ellos abría lentamente los ojos parpadeando repetidas veces para acostumbrarse a la pesada luz del día. Se removió en la cama y frotó con ambas manos sus ojos. Bajó la mirada hacia su pequeño acompañante encontrándolo aún dormido y no pudo evitar plasmar una sonrisa tonta.   

Sus hombros blanquecinos apenas cubiertos por chupetones rojizos que lo hicieron sentir orgulloso, su cabello despeinado, sus labios rosas y sus ojos cerrados, protegidos por aquellas pestañas oscuras. Todo él era perfecto.   

-Taeminnie.- le habló dulcemente en un, casi, susurro. El nombrado únicamente le dio la espalda esperando dormir solo un poco más, aunque sin mucho éxito.

-Tae.- volvió a llamarlo; pero al parecer no lograba su objetivo. Se acercó a él y lo abrazó por la espalda depositando castos besos en su nuca. El aludido sonrió, aún con los ojos cerrados. 

-Sólo cinco minutos.- murmuró somnoliento, volviendo a girarse para quedar frente al chico. 

- ¡Hey! No querrás perderte la graduación de tu novio, ¿verdad?- sonrío acariciandole el cabello. 

Taemin poco a poco fue abriendo los ojos sin borrar aquella sonrisa. - No me la perdería por nada del mundo.- el pelinegro le devolvió el gesto y pesadamente se sentó en la orilla de la cama, estirándo los brazos y piernas para después levantarse. 

-Me iré a bañar, si quieres puedes ve...- No pudó terminar la frase por que unos carnosos labios atraparon los suyos encajando perfectamente en un beso dulce y duradero que para finalizar Taemin remató con una suave mordida en el labio inferior del otro.  

-Buenos días, Minho.- le habló el rojizo al momento de terminar aquel ósculo; con una leve sonrisa. 

-Buenos días, Taemin.- respondió mirandolo con intensidad a los ojos.   

•••

-Chicos, apresúrense que ya es tarde y el desayuno se enfría.- se escuchó de fondo la voz de Kai, desde el piso de abajo. 

-¡Ya vamos!- contestó Minho enrollando una toalla en su cintura - Ya escuchaste a tu hermano, debemos darnos prisa.- le dio un dulce beso en la sien a su novio y poco después ambos salieron de la ducha hacia sus respectivas habitaciónes.

Habían pasado ya 12 meses desde que Taemin, Minho y Kai se habían mudado a una pequeña, pero cómoda, casa de Busan. Todo iba más que magnifico para la pareja y los hermanos.  

-¿Y cómo vas en el taller, Kai?- le preguntó Taemin a su hermano mayor, una vez que estuvieron ya todos desayunando. 

-De maravilla. Es solo que debo apresurarme porque después de la ceremonia de graduación debo ir a reparar varios autos.- dijo Kai al momento que devoraba su desayuno. 

El chico llevaba ya meses sin ir a los arrancones. Desde que se mudaron, Kai se volvió más responsable con Taemin, y por ende, también con Minho. Decidió dejar esa vida de fiesta y carreras ilícitas para poder buscar un buen sustento económico; y fue así como consiguió empleo en un taller mecánico donde únicamente arreglaban autos lujosos, justo el tipo de autos que él amaba manejar y conocía bien. La paga era buena y el trabajo no lo suficientemente pesado, estaba feliz con lo que hacia, añadiendo que no tendría que nadar el océano, montar un burro y escalar una montaña para llegar de su casa al trabajo y viceversa. 

-Yo debo ir a Mouse Rabbit después de la ceremonia.- comentó Minho mientras se levantaba de la mesa dejando su plato en el fregadero.  

HOMOPHOBY || 2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora