O3 - «La verdosa»

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–El te estubo esperando– digo con un gesto no muy amable a la muchacha que se encontraba frente a mí

–Oh no– sacude su mano proveyéndose un mínimo aire– El... el no estaba enojado, ¿verdad?

–No lo sé– encojo mis hombros y vuelvo al trabajo

La muchacha de ojos verdes había llegado a la cafetería dos horas después de que su pareja se había ido de allí. Parecía tranquila y auto controladora al principio. Pero después de quince minutos, se veía realmente preocupada y empezaba a alterarse. Alterándome a mi también.

–¿Por qué no llamas o vas a su casa?– digo notando que ella seguíadrente a mí. ¿Qué hago yo dándole consejos a una extraña?– El no va a volver aquí.

–¿Y si no contesta? ¿Y si apagó su teléfono? ¿Y si... me eliminó de sus contactos? ¿Y si ya no quiere... volver a hablarme?– su rostro iba tomando gestos de horror a medida de que iba pronunciando cada palabra.

–Creo que estás exagerando.

–Bueno... sólo un poco, per...

–No te conozco, no sé quién eres– respondo abruptamente– Si me dejaras trabajar...

–¿¡Pero que tengo que hacer!?

–¡No tengo idea de lo que tienes que hacer! ¡Nunca tuve un maldito novio en toda mi vida!– la joven da un salto por mi reacción la cual llama la atención de mi tía.

–¿Qué es lo que está pasando aquí?– Shelby se acerca alarmada

–Sólo quiero trabajar en paz.

–Bien– dice la joven –Voy a ir a la casa de Harry y... voy a pedirle perdón.

–¿Qué esperas?– añado 

Ella toma su cartera y la coloca en su hombro izquierdo. Acomoda su cabello alisado de peluquería y mira fijo hacia a mí.

–Espero que la próxima vez que nos veamos, estés de mejor humor– dice señalándome

–Estaré de mejor humor cuando vea tu pequeño trasero salir de esta cafetería– ¿Yo dije eso?

Ella se da la vuelta y sale de la cafetería. Por suerte, esa escena pasada no la habían prescenciado las demás personas en local, porque si fuera así ¡adiós trabajo!

–¿Puedes creer? ¿Cómo crees que la aguantará su novio?– le digo a Shelby mientras ella me fulmina con la mirada

Después de ese altercado, la cafetería siguió con su rumbo de todos los días hasta que llegó la hora de cerrarla. Shelby me acompaña de camino a casa. La noche estaba totalmente nublada. La luna estaba tapada por las nubes y no había ninguna estrella que adornara el cielo. Además del sonido de los grillos, todo está silecioso e incómodo. Shelby se había comportado extraña desde el cruce con la castaña. No quise preguntarle el por qué de su comportamiento, asique me limité a callarme y a deducir, por qué. No pude encontrar otra razón asique es por lo de la verdosa. Llegamos a casa y saludo por última vez a Shelby.

–Char... tengo algo que decirte...– su nerviosismo comienza a notarse

–Me asustas

–N-no... te asustes

–¿Estás embarazada?– mi alegría y horror se mezclan y siento mariposas vomitando en mi estómago

–¡Claro que no!– finge un enojo que ni ella cree

Largo un suspiro fuerte –Dímelo, entonces.

–Yo... yo creo que... ya no puedes seguir trabajando en la cafetería.

Shelby's coffee.Where stories live. Discover now