White Robe

El inicio

Steve Rogers ahora era general; recibía en ese momento su nombramiento por parte del ejército junto a su amigo Samuel Wilson en una gran ceremonia celebrada con medios de comunicación ya qué, Rogers era un alfa muy cotizado y reconocido.

Era un alfa importante y respetado y con este nombramiento estaría aun más en boca de todos, aunque eso es lo que menos le importaba. Lo molesto sería el acoso por parte de los omegas pero el tenia la mirada puesta en uno de los más cotizados omegas: Tony Stark, el científico director encargado de proveer la tecnología para el ejército.

Rogers había empezado desde abajo, llegó de los suburbios a la ciudad y de ahí cuando cumplió la mayoría de edad se enlistó en el ejército, fue aceptado pero como todos, empezó desde abajo, como un cadete insignificante pero poco a poco subió de nivel a través de los años con esfuerzo y perseverancia.

Tenían de conocerse un par de años pero hasta ahora era sólo amistad y uno que otro coqueteo en versión de juego. Ahí estaba, en primera fila, con su típico traje vestir, tenis y esa sexy bata blanca que resaltaba su redondeado trasero; aplaudía emocionado al ver que al fin los esfuerzos de Rogers rendían frutos.

El público aplaudía de pie, los medios no se hicieron esperar cuando finalizo la ceremonia de reconocimiento, los flashes se disparaban aquí y allá, las felicitaciones no se hicieron esperar, tantos saludos abrumaban al rubio alfa. Su mirada buscaba por encima de todos a Tony, a lo lejos se le veía con el Dr. Bruce Banner, su mano derecha. Banner era una persona reservada y retraída, enfocada en sus descubrimientos e investigaciones; su cabello castaño oscuro, ojos cafés y sus lentes eran característicos de él.

Era obvio que después de la ceremonia se daría una gran fiesta en su honor y daría algunas entrevistas antes de empezar el festejo en el salón más importante de la ciudad con cientos de invitados.

-Supongo que estás ansioso ¿no?- le pregunto Banner.

- Sí, Rogers se lo merece, es buen amigo y le deseo lo mejor- de nuevo Bruce sonrió cómplice y alzo una ceja, casi burlándose, incrédulo de lo que escuchaba.

-¿Amigo? Vamos Stark, ya tienen un par de años de conocerse y dices "amigos"- haciendo la seña con los dedos- todos hablan de eso, se les nota a leguas y cuando están juntos, por Dios- el moreno se sonrojo ante el tal comentario.

-Es unilateral y lo sabes, Banner- dijo desanimado y en voz baja, mirando al rubio saludando a gente importante y posando para fotos.

-¡Por los Dioses! Claro que no, toda la ceremonia te miró, no te quitó los ojos de encima y tú sonreías cuando hacían contacto visual con él, te sonrojabas. Cuando están juntos te mira, no ¡te contempla!-.

-No me quiero ilusionar, ahora que tiene este grado de lugar y rango de importancia será más selectivo y cuidadoso al escoger a su pareja, su descendencia deber ser "pura"- dijo con un tono molesto lo último, casi con repudio.

-Pfft, tu familia tiene casi "sangre de la realeza", eres un Stark, Tony y sabes que no buscas a tu pareja tu pareja te encuentra, están unidos por el destino ¿nunca lo has olido?- el moreno se sonrojo

-¿Qué? N...no, nunca. Basta no quiero hablar más de esto, me incomoda. Steve es mi amigo y nada más- se sonrojo y se giro para otro lado, dando la espalda al general.

Rogers no sabía por qué el cambio repentino de Tony, esperaba que no estuviera enojado, era un poco temperamental y orgulloso, por toda la atención que estaba recibiendo en ese momento; se comportaba, a veces, posesivo pero no significaba nada eran amigos y nada más o por lo menos es lo que Tony le hacía sentir la mayor de la veces.

-Señoritas si me disculpan, enviaré un texto- sacó su móvil y tecleó. Del otro lado del lugar el móvil de Tony vibro en su bata.

-Oh, un mensaje- saco el aparato y lo reviso, era Rogers, una sonrisa se dibujo en su rostro.

-Aquí vamos de nuevo. Por dios, mira tu cara- lo ignoro pero sabía perfectamente a lo que se refería.

"¿Irás a la fiesta verdad? Espero que sí, quiero que vayas conmigo, ve conmigo"-Steve.

Negó, sonriendo, con la cabeza. Estaba loco, rió para sí mismo y contesto el mensaje con rapidez.

"Si, si iré. Si alguna vez esas chicas te sueltan, general. No ¿estás loco? Dirán muchas cosas si llegamos juntos, pueden pensar mal , llegaré por mí mismo. Allá te espero"- Tony.

"Bien pero quiero verte antes, ve en esta dirección y espera por mí. Solo tú".

Giró su mirada y vio como Steve le miraba, casi suplicando, alzo una mano y lo saludo tímidamente. Banner solos veía.

-Vamos, Tony, lleguemos antes que todos- Tony se despidió de Rogers a lo lejos y se fue junto a Banner en dirección al salón.

-Señoritas, si me disculpan, tengo que ir al salón- a como pudo se abrió paso y se dirigió a la camioneta que lo esperaba, ahí en la puerta estaba Sam, con los brazos cruzados y sonriendo.

-¿Y esa cara? ¿Una chica linda?- Steve le regreso la sonrisa

-Chico y sabes que es lindo- subió a la camioneta y le siguió su compañero, el chofer cerró la puerta detrás de él.

-Tony Stark ¿verdad? Es lindo pero es un niño mimado, aunque debo admitir que tiene buen trasero- bromeó pero el alfa de Steve gruño ante el comentario y su mueca se contorsiono molesta.

-No bromees así Sam, eres mi amigo y no quisiera lastimarte - el joven alzo las cejas.

-¿Vas en serio Steve? Vaya, ya han pasado años y no han dado un paso, se ve cuando están juntos pero ¿es tu compañero?- Rogers recordó ese aroma que tanto le había costado reprimir.

-Lo sé, pero no puedo presionarlo una cosa es la naturaleza y otra cosas es su corazón. Siento que...-gruñía-...espero que no, en verdad imploro por que no prometo contenerme, el simple hecho de imaginarlo-

-Puedes usar tu posición para marcar territorio si no es que lo has hecho ya- Rogers se sonrojo un poco.

-No, diablos sí, lo he hecho con algunos cuantos y me siento avergonzado de eso pero simplemente el ser bueno y moral es contrarrestado con mi alfa primitivo, una balanza- su compañero rió.

-Vaya, eres hombre muerto, Steve- la camioneta dio vuelta en la siguiente cuadra- ¡Hey! Por aquí no es- el rubio lo tomo del hombro.

-Sí, veré a Tony a solas antes de empezar con este teatro, me dejaran aquí y tu y el chofer se irán directo al salón. Te veo más tarde- le guiño un ojo y bajo del vehículo. Parcado frente a él estaba un Ferrari en color negro y recargado en el carro, Tony con sus lentes de sol.

-Tony-

-General- los dos se miraron y sonrieron.