Sasha

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¡Hola! Tuve que explicar lo de Daniel y obvio en el siguiente será la continuación de "Saludos"-Stony-, explique lo de Daniel para que no se quedaran con las ganas y la duda de que pasaría con esta pareja, no sé si quieran que meta más esta historia o les haga su fic a parte después de terminarlo.


Para las fans del Stucky, no se desesperen ya casi es su turno :D

Gracias por leer y compartan, dejen reviews.


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En medio de la carretera vislumbraron una casa grande, de tres pisos pero se veía descuidada mas no abandonada ya qué un par de gorilas custodiaban la entrada con armas largas.

El frío era pesado, tanto tiempo fuera de misión le habían costado los primeros días a la intemperie; en medio del bosque cerca de las Las Leñas, Mendoza, Argentina se encontraban localizados, vigilando el punto. Aun a los kilómetros que los separaban del centro recreativo podía escuchar el bullicio. Casi anochecía así que pronto podrían actuar.

-Vaya, no pensé que nos topáramos con esto antes de poder llegar a nuestro destino- Daniel asintió y siguió viendo por los binoculares. Vicent era su segundo al mando, tenían años de conocerse. Carros lujosos llegaban y se iban, suponían que era como un burdel clandestino pero no sabían a qué clase de gente prostituían, mujeres, niños, inclusive un prostíbulo homosexual.

-Ni yo pero es nuestro deber. Rusos, rusos, siempre tienen que ser ellos maldición- su compañero alzo una ceja y le arrebato los binoculares, pudo ver a un hombre con una chamarra negra y una boina negra, y en su brazo prendía una banda con la bandera de dicho país.

-Malditos, hijos de puta, están locos como una cabra con sus experimentos y guerras...- Daniel sonrió.

-Nos falta poco para parecernos a ellos u ¿olvidaste todo lo que manejamos?- el otro rubio abrió los ojos como dos platos grandes y agacho la mirada. Daniel siguió viendo hasta que vio a una niña de unos quince años ser arrastrada fuera del lugar por un hombre alto y guapo pero quien era guardaespaldas de un hombre obeso, lleno de joyas y pagaba en efectivo; suponía que quien recibía el dinero era el proxeneta.

-Hijos de puta- desde el fondo de la vagoneta se escucho:

-¡Ves, te lo dije!- Daniel lo miro por encima de su hombro

-Son niñas, imbécil, pobres niñas, mierda. Tenemos que hacer esto ya- gruño enojado.

-Aun no recibimos...-trato de razonar pero el enojo de Daniel lo cegaba.

-Me importa un carajo, responderé por eso. Tenemos que esperar a que anochezca, llama a los helicópteros y pide médicos para las pobres niñas, ropa, comida lo que sea necesario. Habla a las embajadas, que chequen las listas de desaparecidos- todos se miraron, no podían no acatar la orden y no les quedo más que asentir.

Todos dormían pero Daniel y Vicent seguían en vigilia, sus hombres debían estar descansados pero quedaban unos minutos para atacar la casa y tenían primero que despabilarse. Daniel veía indignado y furioso como entraban y salían hombres asquerosos y cerdos. No tardo en despertarlos, se demoraron en despertar y entraron en calor, se colocaron el uniforme, tomaron sus armas y se abrocharon el chaleco antibalas; Daniel dio las órdenes y organizo el ataque, sus hombres asintieron y con cautela y rodearon el lugar. Un soldado disparo dardos tranquilizantes a los guardias de las entradas, dos equipos de cuatro hombres cada uno rodearon la puerta por ambos lados, izquierda y derecha, esperaron hasta que Daniel le dio la orden a Vicent y tiraron la puerta; por la puerta detrás había hombres y por el techo también, prácticamente estaban rodeando la casona.

White RobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora