White Robe

Regreso a casa

Los Angeles, California, 12:24 am, Lunes

Tony abrió la puerta cuando tocaron el timbre, había terminado de decorar la casa y ofreció una pequeña merienda a sus amigos. Y también para conocer al bebé de Banner, Clint y Natasha.

-¡Hey, hola! Bienvenidos- les dijo dejándolos entrar, Tony se detuvo frente a Banner, quien estaba en silla de ruedas cargando al bebé entre sus brazos- hola, campeón- lo saludo y termino de recibir a Loki y a Thor.

Tuvieron una pequeña merienda y todos conversaban en la sala cuando Tony se deslizo hacia su recamara después de tener una arcada al ver unos canapés que estaban a su lado, Natasha lo siguió con la mirada y codeo a Clint para que se diera cuenta de lo que pasaba.

-Ve, cariño, me quedo con Bruce y Ethan- la pelirroja asintió y siguió a Tony. Cuando se acercó a la puerta la miró entre abierta y se asomó, el castaño estaba en el umbral del baño de su recamara, tenía la mirada perdida en un punto del cuarto o eso parecía.

-¿Qué pasa Tony?- el castaño se despabiló y cerró la puerta detrás de él.

-Oh, nada, solo…necesitaba aire- la pelirroja se sentó y el castaño se quedó inquieto y nervioso.

-¿Seguro? Te conocemos desde hace tiempo y algo te pasa- el castaño miro de nuevo sobre el tocador donde estaba sentada Natasha, ella entendió el mensaje y giró su mirada, viendo una prueba de embarazo sobre la mesa- Oh, vaya… ¿la has hecho?- Tony se quedó en silencio sin quitarle la mirada a la prueba- Tony…¿se lo dirás  a Steve cuándo regrese?- el castaño cerró los ojos y se quedó sin hablar.

-Tony… ¿hay algo malo, qué pasa? – el castaño desvió la mirada.

Rusia 22:24 p.m, Martes

Tony había hablado un par de veces con Steve, todo iba normal, hasta unos días antes de regresar a casa. Si por fin habían pasado los dos meses más largos de su vida, Tony había estado trabajando en sus ratos libres en la casa para cuando su esposo regresará viera su casa bonita y descansara de tan pesada misión, en la fría Rusia.

En una video-llamada Tony juraba haber visto a alguien y si, después de varios momentos de silencio y de nerviosismo Steve confirmo que alguien estaba con él: su compañero de misión, James. Se sintió más tranquilo al saber que su esposo no estaba solo en este trabajo y tenía con quien pasar el tiempo.

Era hora de partir, al día siguiente. Bucky lo miraba desde el umbral de la cocina, con los brazos cruzados sobre su pecho. Miraba a Steve ver su pasaporte, atentamente y ahí, como siempre, como cada maldito día de eses dos meses brillaba su anillo de bodas.

-¿Estás feliz de regresar a casa?- preguntó Bucky, sereno, sin inmutarse. Steve se llevo las manos a la cara y lo entendía. En las últimas semanas habían peleado constantemente por ello. Bucky sentía una tremenda cantidad de celos por Tony y por solo pensar que su alfa tenía a otro omega quien lo esperaba con las piernas abiertas en Los Angeles; habían acordado esperar hasta que toda la misión terminara para llevarlo a casa, Steve debía hablar con Tony acerca de que ahora tenía a dos omegas pero Bucky se sentía el amante aunque todo fuera legal y por selección natural. Por su parte Steve no podía dejar de pensar en solamente en cómo reaccionaría su esposo y supondría que igual que Bucky o peor.

Se habían presentado casos así, de muchos campos semánticos pero nunca uno tan cercano a él o el que le tocara, ahora, vivirlo.

-Claro que lo estoy, veré a Tony después de estos dos meses en este maldito lugar pero a la vez estoy triste por dejarte aquí, solo y sin poder decirle nada a Tony, aun-

Bucky no podía soportar el hecho de que cuando Steve regresara oliera  a otro omega. Habían pasado por el celo de Bucky, lo había reclamado la primera noche que estuvieron juntos pero Steve se cuidaba en exceso para evitar un embarazo. Bucky quería formalizar lo suyo con Steve, era su alfa, lo amaba y quería darle hijos.