Favores

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Tocaron a su puerta, dio la indicación que pasaran. Frente a él vio a un cadete de color, bien uniformado y saludándolo, cuando cerró la puertas detrás de él. Solo alzo la vista un momento de los documentos que firmaba, y por el borde de sus lentes lo reconoció.

-Samuel Wilson, descanse cadete- el otro se relajó y saco un sobre amarillo y Daniel pudo distinguir que decía "Confidencial", suspiro y se recargo en su silla de cuero negro, le miro con una sonrisa ladina- ¿Qué me traes?- sabía que era amigo de Rogers, así que debía de tener cuidado con él.

-Una carta de su superior, se debe manejar con discreción y actuar de inmediato- se puso de pie y tomo el sobre que le extendía. Lo miro y analizó de los pies a la cabeza, algo tramaba. Lo rodeaba como un tigre a su presa, arrinconada pero Samuel no se inmuto ante el acto de su superior.

-Señor, con todo respeto...- Daniel se detuvo en seco y le lanzo una mirada mortífera.

-No te di permiso de hablar, soldado. Que insolencia, con razón se llevan de maravilla- Samuel sabía que se refería a Steve y solo rio por dentro- pero como ya has empezado, dilo- Samuel asintió y prosiguió.

-No es lo que usted piensa, esto viene directo de arriba, nadie tiene que ver en esto- el azabache ladeo la cabeza.

-Y si investigo que no es así ¿qué le pasaría a la familia de tu hermano si se queda sin pensión?- Samuel, trago duro pero no expreso nada. Sabía que esto sería un al final de todo.

-"Lo mataré cuando lo vea...lo mataré antes que Daniel"-pensó.

-Te puedes ir soldado- Samuel saludo y salió, cuando se encontró lejos al fin pudo respirar y romper su postura de soldado.

¿Cómo se lo iba a decir? Miraba la carta entre sus manos, apenas llevaban un par de meses saliendo y ¿tenía que llegar esto? ¿Por qué lo requerían a él? Se supone que a su rango ya no deberían de asignarles misiones de este tipo, misiones de campo y menos una misión de recuperación así de ese nivel. No era más que un nivel 6 ¿qué tanto podía arriesgarse en esa misión? Y más que con unos cuantos hombres. Literalmente lo mandaban a la guerra sin armas y al lugar más inhóspito y hostil de mundo. ¿Los Andes? Mierda.

Volvió a tomar asiento, analizo todo, tenía que llegar al fondo de esto. Con su cerebro trabajando al mil, volvió al trabajo pendiente. Deseaba llegar a casa, deseaba ver a Tony y hacerlo suyo una vez más.

Después de un día lleno de trabajo pero largo llego a su casa, vio las luces encendidas. Tony había dejado su casa y ahora parecía una recién casada, tenía todo en orden y consentía a Daniel. Era raro ver eso, era todo lo contrario al Tony de siempre pero al final de todo era un omega.

Entró y escucho los ruidos de la cocina y ese olor exquisito, Stark sabía cocinar, eso era nuevo para Daniel nunca se lo hubiera imaginado. Llego hasta ahí y lo vio, cocinando mientras escuchaba "Megadeth".

-Buenas noches, Tony- llegó hasta él y le rodeo con sus grandes brazos por detrás, besó su cuello y se meció de un lado para otro junto a él.

-Bienvenido General, buenas noches- siguió besando su cuello y su clavícula -Oh, alguien está feliz de llegar a casa o de verme- sonrió y movió su trasero contra la erección del azabache. Daniel suspiro profundo y lo tomo de las caderas, lo agacho un poco contra la tabla de la cocina y comenzó a friccionar su erección contra el pantalón el pants deportivo de Tony, que entallaba ese glorioso trasero perfecto. Un gemido ronco salió de la garganta de Tony y dejo el cuchillo a un lado- oh, mhhh...alguien viene muy despierto hoy- el alfa de Daniel gruño y lo giro de cuerpo completo para besarlo, su mirada estaba llena de lujuria y opaca por el deseo.

White RobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora