4

995 88 7
                                    

Ella estaba en la sala de la casa. Hoy su mamá le dijo que irían a la casa de su mejor amiga. Esa casa la había evitado, nunca le apetecía, ella pensaba que en esa casa estaba la clase de señora chismosa, y cuales sus hijos son unos egocéntricos. Por eso siempre evita la visita a ese lugar. Pero hoy ella no tenía escapatoria, así que vistió unos vaqueros y una blusa amarilla de tiras, era algo simple. Su mamá la arrastró, literalmente. Cuando se fijo dónde la llevaban comenzó a respirar pesadamente, iban a la casa de alfrente. Comenzó a forcejear...

-¡Emely, quédate quieta! Solo iremos a cenar.

-No, allí no, por favor...

-¿Por qué?

-Porque... porque...

-¿Por qué?

-No, mejor olvídalo.

-A veces pienso que estas loca, Emely.

-Gracias.

Al quedar en frente de la puerta su corazón latía con fuerza, parecía que se le fuera a salir. Jamás había entrado allí, y no tenía planeado hacerlo. Es muy torpe y no quiere causar mala impresión, No a él.

-Hola, Belinda -Saludó una señora-. Wow, Emely, haz crecido mucho...

Ella se encoge de hombros -Gracias.

La señora le sonríe -Pasen, Peter y Aaliyah están poniendo la mesa.

Ella observa todo con detenimiento disimulado. Huele a él. El olor que él impregnaba estaba en esta casa, un olor tan calmado y glorioso, como él. Cuando se acercó a la mesa, lo vio a él, en tejanos y camisa azul.

Malditamente sexy, pensó ella.

Se quedó pegada a su mamá como un niño que tiene miedo a perderse. Lo vio sonreír, con su sensual sonrisa, alrededor de sus ojos habían arrugas, en ese momento quiso que si llorara fuera gasolina para prenderse fuego y que él la notara todos los días. Quería nadar y sobrepasar aquella linea invisible.

Notice me | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora