Esa misma mañana, cuando ella despertó empezó a exclamar:
-No puede ser, la soñé de nuevo, ya no puede ser coincidencia, pero ¿Y él? ¿Y lo de anoche? Nunca había estado tan feliz. Iré a verla hoy.
Se alistó para ir a su academia de inglés, la cual por algún infortunio estaba cerrada, así que aprovechó el tiempo para visitar a su vieja amiga.
- Hola pelirroja. ─ le dice cuando le abren la puerta.
- ¡Alondra, que sorpresa! ¿Qué haces aquí?
- Solo pasaba a saludar a mi mejor amiga, además la academia estaba cerrada, poco usual.
- ¿Y sabes por qué?
- No, pero estoy segura que pronto darán la explicación, o eso espero.
- Uhm, bueno ¿Quieres pasar?
- Por supuesto.
- ¿Y qué esperas?
- A que te arrodilles y me ruegues ─ Dice con tono orgulloso.
- ¿Podría hacerme el honor de entrar a mi humilde morada, mi señora? ─ Dice en sus rodillas extendiendo su mano.
- Sería un placer ─ Y entra.
Estuvieron recordando los tiempos en los que eran niñas, peleando con almohadas, cantando en inglés sin saber la letra de las canciones y viendo películas, imitando conversaciones serias. Luego se sientan en la cama a hablar un rato.
- Ayer fui a buscarte a tu casa. ─ Dijo Meylín. ─ Tus padres me dijeron que estabas en una fiesta, no sabía que te gustaban ese tipo de cosas.
Alondra estaba en duda, no sabía de debía contarle lo sucedido.
- Sí, lo hice por alguien, me pidió que vaya
- Y... ese alguien ¿Es varón?
- No, no y no, fue mi compañera de sitio. Me negué al inició, pero me convenció al final.
- Espero que no me reemplaces, más te vale ─ Dice apuntándole con el dedo.
- Nunca, lo juro ─ Dice intentando no reírse.
- ¿Y cómo estuvo? ¿Algo importante que deba saber?
- No, la verdad que no.
- Esperaba verte con alguien, ya que eres preciosa a simple y compleja vista.
- No, eso no sucedió y para tu información, llevo muchas imperfecciones en el rostro ¿De acuerdo?
- ¿Segura?
- Absolutamente.
- ¿Y de verdad no hubo nadie especial? ─ Dice acercándose a su oído.
- No, no me preocupo por eso ahora.
- A veces está más cerca de lo que crees ─ Se pone enfrente de ella y la mira a los ojos.
- ¿Qué insinúas?
Maylín le cierra los ojos con los dedos y la besa, Alondra actúa como si no se hubiese dado cuenta, continúa el beso, está confundida, prefiere no abrir los ojos ni moverse. Hasta que vuelve su razón.
- ¿Qué acabas de hacer? ─ Le pregunta.
- Bueno, si aún no lo notaste, te besé. Alondra, me gustas hace mucho, siempre me gustó la manera como me tratas, creí que deberíamos ser algo más y ahora que volviste podemos ser ese más.
- Cuesta mucho creer... No sé qué decir.
- Escúchame ¿Te gusto?
- No... No lo sé.
- ¿Te gustó el beso?
- No estoy segura. Creo que sí, pero no lo sé.
- Bésame una vez más, si no te gusta, solo olvidaremos este día.
Alondra lo pensó un buen rato, besarla o no besarla. Seguir un sueño planeado o hacer un propio camino. Era su mejor amiga ¿Cómo podría ser afectada esa relación?... Una vez decidida dijo:
-Está bien. ─ Entonces la besa mientras Meylín acaricia su rostro.
- ¿Y?
- Bueno... sí me gustó ese.
- Genial, seamos pareja.
- ¿No es un poco rápido?
- Para nada, tú me quieres, yo te amo, nos adoramos ¿No es perfecto?
- No lo sé.
- Di que sí, seguiremos siendo mejor amigas, la única diferencia es que nos miraremos como si fuéramos las únicas personas en este mundo.
- Supongo que tienes razón, sí... es verdad, tienes razón. ─ Dice y la abraza.
- Perfecto ¿Quieres ir a comer algo? Mi mamá me consiguió algo de dinero, me encantaría gastarlo contigo.
- ¿Estás segura? hace mucho no te dan una propina así.
- Por supuesto ¿Vamos?
- De acuerdo.
Mientras ellas se dirigían al restaurante, en algún otro lado al mismo tiempo, Mario se decía:
- Es raro, ella es diferente. No puede ser así, no debería importarme tanto, quise robarle un beso, divertirme con ella, era una fiesta y nada más, pero no puedo dejar de pensarla ahora, no puedo estar enamorándome. Seguro se me pasará con los días. Espero.
- Ya llegué ¿Qué pasó? ─ Dice Pablo acercándose.
- Demoraste, como siempre; vives a cuatro cuadras de aquí ¿Cómo rayos demoraste media hora?
- Tráfico.
- Pero viniste a pie. No importa, tenemos que hablar de la fiesta.
- ¿Otra vez quieres hablar de eso, pareja?
- Te dije que no me llames así.
- Lo siento, bueno ¿Qué querías decir?
- Está pasando, alerta amarilla.
- No puede ser ¿Tú? ¿Enamorarte?
- Muy raro, esperaba que no suceda, pero no estoy seguro. No nos adelantemos ni hagamos estupideces antes de tiempo.
- Siempre haces estupideces.
- Cierto.
- Bueno, esperemos que no te enamores, tu reputación iría al suelo.
- ¿Cuál reputación? La mayoría de personas que conozco me odia. Incluso tú un tiempo atrás.
- Los buenos tiempos. ─ Dice mirando al cielo, riéndose. ─ Bueno, enamorarte no te va a ayudar a que todos te amen.
- Que mal, sería mucho más fácil.
- Eso es verdad.
- La veré una vez más y después de eso nada. Solo tengo que saber qué es lo que estoy sintiendo, comprobar que esto no es verdad.
- Me parece bien. Hablando de eso ¿Y Lina?
- ¿Quién es Lina?
- Olvídalo, no importa.
- Bueno... ¿Vamos a comer?
- Por favor, me muero de hambre.
- Tú invitas.
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2 Minutos Cerca Al Mar
RomanceMario era un chico desinteresado que solo se preocupaba por las cosas que le sucedían a él, Alondra era muy diferente, una chica preparada, tímida, con grandes metas. Sus caminos eran tan diferentes que los llevaron al mismo lugar.