Habían empezado las clases. Mario y Pablo se sentaron juntos a conversar.
- ¡Oye Mario! ¿Irás a la fiesta del viernes? ─ Pablo pregunta.
- ¿Qué fiesta?
- La de Pedro, dicen que son las mejores fiestas de esta escuela ¿Qué dices?
- No lo sé, no lo conozco bien y sabes lo poco que me gustan las fiestas.
- No te preocupes, yo sí lo conozco y me ha invitado a mí y a una pareja.
- No voy a ser tu pareja para entrar a ningún lugar, no de nuevo.
- No me hagas gritarlo, pareja.
- De acuerdo iré, pero cállate ─ Dice volteando los ojos.
- Perfecto, pareja. ─ Responde moviendo una ceja.
- Vete al demonio.
Los dos empezaron a reír, este gozo aumento tanto de volumen que el profesor los oyó y los retiró del aula. Mientras tanto detrás de ellos estaban sentadas Alondra y Elizabeth, una amiga de ella. Elizabeth estaba oyendo todo lo que los dos chicos decían, por otro lado, Alondra estudiaba.
- ¿Irás? ─ Pregunta Elizabeth.
- ¿A dónde? ─ Responde despegando su vista del libro.
- A la fiesta de Pedro, obviamente.
- No me gustan las fiestas, además tengo que estudiar y aparte ni siquiera me han invitado
- Si te invitaran ¿Irías?
- No sé, nunca he asistido a una fiesta la verdad.
- Siempre hay una primera vez, vamos, será divertido.
- Bueno, pero solo un rato.
- ¿Dos horas?
- Media
- Una hora y media ─ Responde retándola.
- Una hora, última oferta.
- Perfecto.
El tiempo había pasado, ya casi era hora de divertirse, Mario decidió ir con una camisa azul y unos jeans. Alondra no sabía que usar. Su mamá entra a su cuarto y la ve sentada en su cama, desilusionada.
- ¿Qué pasa cariño?
- Es mi primera fiesta y nada me queda bien. Estoy fea. ─ Dice con una cara triste.
- No eres fea hijita, ven creo que tengo el vestido perfecto para ti.
En un momento su madre saca un vestido negro brillante bellísimo y Alondra no duda en probárselo.
- ¿Cómo me queda? ─ Le pregunta a su mamá.
- Te ves hermosa, hijita, eres igualita a tu madre. ─ Responde riendo y abrazando a su hija. ─ mejor apúrate, se está haciendo tarde.
- Gracias mamá ¿Me dejas allá? ─ Dice y le da un beso en la mejilla.
- Claro.
La fiesta ya había comenzado. Mario y Pablo estaban sentados buscando a una siguiente presa.
- Esa de ahí ─ Dice Pablo
- No lo creo, es una lunática. El último que la dejó casi murió en extrañas condiciones.
- Suena como las que te gustan. ─ Dice riéndose.
Alondra llegó al local y aparece en la puerta.
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2 Minutos Cerca Al Mar
RomanceMario era un chico desinteresado que solo se preocupaba por las cosas que le sucedían a él, Alondra era muy diferente, una chica preparada, tímida, con grandes metas. Sus caminos eran tan diferentes que los llevaron al mismo lugar.