3. LA PROPUESTA

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Han Sang Hiuk

Hiuk:
Leo a preparado espagueti para el desayuno. Te he guardado una ración en un toper AZUL, solo debes calentarlo por DOS MINUTOS en el microondas, de preferencia pide ayuda a HongBin. Volveremos en un par de horas, Bing esta a cargo. Comportate.
Con cariño,
N.

Despego la nota del microondas con fuerza tras leer por lo menos cuatro veces el mensaje.

   —Como si no supiera usar este cacharro —murmuro sabiendo que nadie me escucha.  Hago bola el papel y lo arrojo al bote de basura—. No necesito indicaciones.

Saco del refrigerador un sartén con espaguetis fríos y un bote con salsa de tomate. Vierto la mitad de la salsa en un tazón para luego introducirlo en el microondas. Introduzco una cifra al aparato y aprieto el botón del encendido. Mentalmente me doy unas palmadas cuando la charola del microondas comienza a girar.

Voy a la sala en espera de que la comida este lista. Tomo asiento en el suelo y apoyo la cabeza en el sillón. Estoy encendiendo la televisión cuando HongBin entra a la sala con el celular pegado a la oreja.

   —¡Estas de broma! —dice a la persona que esta al otro lado del teléfono.

Parece muy inmerso en la conversación que ni siquiera me mira. Suspiro de manera pesada en un intento de atraer su atención.

   —¡HongBin!—grito, pero no hace caso.

Me levanto frustrado. Es un día bastante soleado como para permanecer en casa. Así que, sin hacer ruido alguno, me abalanzo sobre mi amigo y le arrebato el celular.

   —¡Hiuk! —grita mientras yo corro por toda la sala y escucho una voz femenina proveniente del celular.

   —¿Bin, sigues ahí?

Miro ceñudo al celular. ¿Quién es esa tipa? ¿Por qué le habla a HongBin? ¿Qué se trae con el? Mis pensamientos se ven interrumpidos al sentir como un peso cae sobre mi.

   —¡HongBin! ¡¿Qué haces?! —murmuro con el rostro pegado al suelo.

   —¡Dame el celular! —exige jalando de mi camisa.

   —¡No te daré nada! —replico.

Los tirones se vuelven más violentos hasta hacerme sentir una punzada de dolor en las costillas. Suelto el celular entonces, dejándome a la merced de HongBin.

   —¿Hyuna, sigues ahí? —pregunta Bin aún sobre mi espalda. Suelta una pequeña carcajada ante la respuesta—. ¡Claro, te veré en la noche! ... pero –HongBin se queda pensativo por un momento. 

Por fin se quita de mi espalda. Ambos nos encontramos sentados a la mitad del pasillo. 

   —¡Hiuky, mi querido Hiuky! —canturrea.

   —¿Qué quieres? Sólo me llamas así cuando buscas algo —le reprocho. Mi mejilla esta totalmente irritada.

Hongbin se acerca hasta quedar a pocos centímetros de mi rostro. Me siento demasiado nervioso.

   —¡Hongbin, alejate!— no hace caso y ríe de manera maliciosa.

   —Hiuky, ¿Qué te parece salir hoy en la noche de fiesta?.— dice con una gran sonrisa que hace resaltar sus hermosos holluelos.

    —No —respondo con sequedad—. Te emborracharas y me dejarás solo.

   —Hiuky, prometo estar toda la noche contigo. —elimina todo el espacio que nos separa y me da un fuerte abrazo.

EFÍMERO [VIXX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora