Mas de un imposible en nuestro amor.

Algo inesperado.

_¡Hey! Despierta ya es tarde, y no quieres llegar tarde a tu primer día de clases ¿o si?
_Mamá enserio, ¿Tengo que ir?
Dije muy adormilada.
Me pare de la cama.
Y me arregle.
-Ariana corre tenemos que irnos ahora.
-Ya voy...
Me subí rápidamente al coche pues eran las 9:00.
Llegando a la escuela corrí para encontrar lo mas rápido posible mi salón, porque las clases ya habían empezado.
Mi salón era el 303, y apenas iba en el salón 220, me percaté de eso y corrí aun mas rápido cuando de repente choque con algo, solo me pare rápidamente para seguir mi camino a mi salón, cuando oí una voz algo grave diciéndome.
-"Estas bien".
-Si.
Respondí sin voltear a ver quien era.
El me empezó a seguir diciéndome si era nueva y en que salón iba, yo no respondí pues no tenia tiempo para hacerle la plática a alguien. Yo no respondí ninguna de sus preguntas así que el se presento.
-Soy Edward, voy en el salón 306.
Yo lo ignore pues ya había llegado a mi salón, ni siquiera me despedí de el ya que tal vez no me dejarian entrar a mi primera clase.
Entre al salón aliviada ya que todavía no llegaba la maestra.
Todos me voltearon a ver como era de esperar, ya que era nueva.
Alguien se acerco a preguntar mi nombre.
-Me llamo Ariana.
Respondí, y se hizo un silencio incomodo en el salón pues ya había llegado la maestra.
Ella se me quedo viendo con extrañeza, y me dijo.
-¿Acaso tu eres Ariana?
-¡Eh, si!
-Umm esta bien toma asiento.
Respondió la maestra con un tono burlante.
Yo lo ignore ya que me tenia que controlar en mi primer día.
Pasaron 3 clases y llego la hora de nuestro descanso.
Detrás de mi venia un grupo de niñas que estaban en la parte de atrás en el salón, cada vez mas cerca de mi.
Así que una se apresuró hasta quedar frente mío.
-Vemos que eres muy....
Se quedo con la palabra en la boca, cuando llego Edward a decirme algo.
-Ahora si piensas decirme tu nombre.
Yo me fui ,y Edward me empezó a seguir y dijo.
- Que piensas ignorarme otra vez.
-¡He no! Solo quiero conocer la escuela.
-Bueno pues yo te la puedo enseñar, pero primero dime cual es tu nombre.
-Prefiero conocerla sola, pero gracias.
No comprendí porque fue tanta su insistencia en saber mi nombre ya que era alguien nueva que ni siquiera conocía.
Y así seguí con mi día muy normal, solo que no sabía quién era Edward y porque su insistencia.