- Sabes, nunca pensé verte de ésta manera.
- Cómo?
- Amando a alguien más, sufriendo, nunca pensé poder verlo.
- Cállate, Damian.
Kaori se sentó en uno de los bancos ahora vacíos de la pequeña parroquia.
- Qué haces por aquí? -Preguntó Kaori.-
- Vengo por Frank, ya que sabes que esa situación nos atañe a los dos.
Damian, de unos treinta años, era hijo de una panadera al otro lado del muro Rose.
La mujer había conocido al padre de Kaori justo después de que él las dejara a ella y a su madre por haberlas vendido. Ella ya tenia un hijo, Damian, y costeaba los gastos del muchacho muy difícilmente, pero a pesar de eso quedó embarazada de un pequeño al que nombraron Frank.
Kaori suponía que la mujer se había embarazado cuando ella ya poseía sus quince años, pues su padre se quedó con esa familia mucho tiempo.
Después de embarazar a la mujer, su padre huyó y dejó al niño al cuidado de su madre.
Cuando Frank nació, ella murió, quedándose Damian con la panadería de la familia y unas pocas monedas de oro.
Aún así, a sus veinte años, sacó adelante al niño como un verdadero padre, y, años después, al enterarse de que Frank tenía medias hermanas por una carta secreta del padre de Kaori a su ya difunta madre, se dispuso a encontrarlas con los únicos datos de que vivían en Sina, era criadas y la mayor poseía cinco años menos que él.
La encontró, sin embargo, cuando estaba a punto de enlistarse en la legión, y duró tan poco su felicidad de verla cuando ella rechazó todo lo que tuviera que ver con el hombre que la hizo tan desdichada a ella y a su madre. Frank, para Kaori, era solamente el bastardo de su padre, una criatura de la que no sabía en realidad si tenía lazos de sangre. Nunca vio al muchacho y no estaba segura de que existiera siquiera, así que la veracidad de tales cosas siempre eran una confusión a la hora de pensar.- Qué sucedió con él? -Preguntó la castaña.-
- No mucho, ha venido conmigo.
La sorpresa fue tal que Kaori enrojeció.
- Qué?!
- Sí, insistió en venir conmigo porque quiere conocerte y también a Liane, pero ví que huyó como alma que lleva el diablo después de la boda.
- La casi boda.
- Porqué no te casaste?
- Porque no quiero que las cosas sean así.
- Bien, supongo.
Se quedaron en silencio unos minutos.
- Damian, cómo lograste encontrarme?
- Es que me la pasé buscando en cada lugar hasta llegar aquí. No me quejo ya que tengo presupuesto para los viajes, después de que un tío murió y nos dejó todo.
- Porqué? Después de tantos años.
- Porque en realidad te tengo afecto, y el chiquillo también, aunque ni siquiera te vio. Me importa si te casas o no, si te enfermas o incluso si te cae una manzana en la cabeza, porque sé todo lo que ese horrible hombre les hizo a ti y a tu madre y la verdad siento que debo ayudarte. Me tomó años encontrarte, Kaori, no desprecies mis atenciones.
Ella sonrió.
- Me enlistaré de nuevo, Damian, los dejaré solos a ti y a tu hermano otra vez.
- Entonces, aprovechemos el tiempo que te queda aquí. Pasaré por la enorme casa que tienes dentro de un par de horas, reúne a Liane ahí también.
Ella asintió y él la abrazó con cariño como despedida.
Caminando, ni bien entró a su casa, encontró a su muy enojada hermana, el esposo de la misma y Levi sentado en uno de los sillones con los ojos enrojecidos.
ESTÁS LEYENDO
Ataque A Los Titanes - Resurgimiento.
FanfictionAmor. La manera de ver la vida. Amor. La felicidad. Amor... El puñal con el que puedes asesinar.