[CANCELADA] No Soy Humana.

2

Cuando se fueron una gran sonrisa apareció en mi cara. Eran cazadores. Me caían bien pero tenía que mantenerme alejada. Si descubrían que era un ángel me capturarían o me matarían. La sonrisa desapareció de mi cara y suspiré cerrando la puerta.
Ya era de noche, miré por la ventana y vi fuego dentro de una de las casas pero no salí.
Esperé a que fuera de día, me vestí y me maquillé. Estaba abajo peinándome y llamaron a la puerta. Fui a abrir y me encontré a Dean dando un paseo en un Impala. Me acerqué un poco pero apareció Sam, me agarró y me puso una mano en la boca para que no gritara. No me resistí, me metió en la casa y entre los dos me ataron a una silla.

- Buenos días a vosotros también. -dije irónicamente.

- ¿Qué eres? -dijo el más alto directo.

- Una persona que tiene derecho a estar libre y no atada a una silla. -le respondí.

- ¿Como supiste que eramos cazadores? -preguntó ahora el bajo.

- Lo supuse cuando me hiciste caso con las pistas que te di sobre el Rougarou. Y cuando vi fuego en la casa. ¿Supongo que lo matasteis?

- No te equivocas. -dijo Dean mientras su hermano saco una pistola y me la puso contra la sien.

- ¿Qué eres? -repitió entre dientes y yo pegué mi cabeza más a la fría boca del arma.

- Adelante, se que no vas a dispararme. Principalmente por que te caigo bien y le gusto a tu hermano. -dije sonriendo sin separar la cabeza del arma.

Se quedaron callados, se miraron y Sam quitó la arma de mi sien.

- Ahora, si los amables caballeros desean, podrían quitarme las ataduras. -dije sin perder la sonrisa y vi como Dean sonreía- Mejor me desato yo.

Sam se apartó un poco, lo suficiente como para que no se fijara en mi y yo aproveché para chascar los dedos y, como no podía teletransportarme, ya que descubrirían que soy un ángel, hice teletransportarse la cuerda de las manos que estaba con varios nudos y me agarré las muñecas por el dolor. Me miraban asombrados mientras me quitaba las cuerdas de los tobillos.

- ¿Qué, nunca habéis visto una chica? -dije levantando la mirada.

Sam dejó de mirarme pero Dean seguía haciéndolo mientras masajeaba los tobillos.

- Aún que no te hagamos daño para que nos digas que eres, ahora estas en peligro. -dijo Sam serio.

"Siempre lo estoy" pensé, incluyéndome en la definición de monstruo.

- Haré como si no lo hubiera escuchado ya que lo sabía. -dije sonriendole mientras Dean no paraba de mirarme- Y ahora quiero desayunar.

- Dean vamos. -dijo Sam dándole un golpe en el hombro por lo que salio de su asombramiento.

- Aún no nos ha dicho que es. -reprochó mirando a su hermano.

- Oh, venga ya. -dije agarrando un bolígrafo y escribiéndole mi numero en la mano- ¿Contento?

- Vale vámonos, Sam. -dijo el mayor mientras salían y Sam se despedía con la mano.

Me tumbé en el sofá teletransportándome. "No se como los humanos pueden andar tanto tiempo, ya entiendo por que se cansan" pensé. Era un rollo estar ocultándole a todos lo que soy en realidad, pero aun no estoy segura ni yo.

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