Capítulo 4

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***Juliana***

Perro, Perro, Perro, Perro, Perro...

¿Por qué me suena tanto ese nombre?

Apareció una figura, y al achicar mis ojos pude ver al chico que vi la otra vez.-"¿Quién eres? Nunca te presentaste..."-dije con el semblante confundido-"Me llamo Juliana."-él comenzó a reírse como si hubiera dicho el mejor chiste del siglo.

"Sé quién eres"-dijo sonriendo ampliamente-"La última vez te dije que ya sabías quién era, solo tienes que recordar."-dijo compartiendo una sonrisa y sentándose encima de mi cama de hospital. Sí, he vuelto a este cuarto aburrido.

"No lo sé..."-dije mordiéndome el labio para ver si recordaba.

"Bueno si no recuerdas tendré que irme..."-dijo levantándose lentamente.

Perro, Perro, Perro, Perro, Perro...

"Ese nombre..."-susurré para mí, de repente se me prendió el foco y fijé la mirada en él-"¿Perro?"-él se detuvo justo en la puerta; sosteniendo el pomo, la soltó lentamente y se alejó de ella para mirarme a los ojos.

"¿Recuerdas?"-dijo con duda en su tono de voz y acercándose nuevamente a la cama.

"Eh, no...pero ese nombre me sigue dando vueltas en la cabeza."-dije y este suspiró frustrado.

"Está bien, ya recordarás..."-dijo sonriendo. Levanté la mirada para ver su rostro. Por alguna razón se veía increíblemente familiar, pero por alguna otra razón lo veía borroso.

"¿Por qué tu rostro está nublado?"-dije confundida.

"Juliana..."-dijo acariciando mi rostro.-"Solo me ves de esa forma porque no me recuerdas..."-pausó-"Ahora puede que estés confundida y perdida pero ya verás que todo será más claro."-dijo levantándose y besando mi cien, se alejó para dirigirse a la salida nuevamente. Esos ojos grises era lo único que podía reconocer, pero esa era la pregunta: '¿De quién?' Apunto de abrir la puerta de salida lo detuve.

"¿Por qué sigues apareciendo en mis sueños?"-el ríe por lo bajo.

"Supongo que es tu cerebro, tal vez una parte de ti quiere recordar pero no estás consciente de ello."-pausó mirándome de arriba para abajo.-"Seguiré apareciendo cuando menos lo esperes y desapareceré cuando sepas quién soy."-dijo con una pequeña sonrisa.-"Antes de irme solo te diré una última cosa, en cuánto te levantes me seguirás recordando y el nombre también, tu cerebro ya te ha dejado recordar eso. Nos vemos."-cerró la puerta de la habitación, cerré los ojos para ver si intentaba volver a la realidad.

***

Abrí mis párpados nuevamente, pero esta vez me encontraba con la realidad y en esta realidad se encontraba mi familia con rostros sonrientes. Quería levantarme para recibirlos con un abrazo, pero una bomba inflable fue sometida a mi rostro. Por un segundo no pude respirar y la desesperación hizo que sacara el brazo y sacara el pequeño demonio de mi cara.-"Hijo de..."-dije al encontrarme con Marcos, mi hermanito, con una sonrisa traviesa.

"¡JULIANA!"-gritó mi madre, antes de que pudiera terminar mi frase.

"¡Él me provocó!"-dije mirándola a ella y a Marcos con rayos laser saliendo de mis ojos. Marcos, me sacó la lengua con burla.

"Marcos, eso no se hace. Te recuerdo que tu hermana está en el hospital y no está en buena condición como para tener otra razón para estar aquí."-le regañó mi madre y con cada palabra su sonrisa juguetona fue desapareciendo hasta llegar al punto de tener los ojos mirando el piso.

"Juliana...lo siento."-dijo volviendo a ser el niño bueno que es. Asentí para que viera que lo perdonaba. Enfoqué la mirada en cada uno de los miembros de mi familia y uno por uno fue acercándose hacia mí y abrazándome.

Perro CallejeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora