El día había pasado rápido, inclusive la noche y en cuanto menos se lo esperó ya estaba despierto en su cama no tan cómoda como el viejo sillón de la sala. Se levanto algo lento tirando la alarma al piso y viendo como el tiempo se detenía un poco para que esta cayera lentamente, odiaba que pasara eso pero, era inevitable, recogió la alarma que aún no caía al suelo y tras dejarla en la mesita de noche el espacio-tiempo volvió a su lugar.
(...)
Salió a la tienda, se repetía mil y un veces aquellas palabras que le había dicho Dipper el día anterior. Miraba una caja de cereal mientras pensaba en alguna idea de como sacarse aquellos escritos de la cabeza, es que bien, eran perfectos, tantos que su envidia fue más grande que su buena voluntad. Tomó la caja y comenzó a caminar leyendo aún las cosas para luego terminar en el suelo con un gran golpe en la cabeza.
-Fíjate imbé... -Antes de decir algo, pudo notar que con quien había chocado era el dueño de sus ahora pensamientos que, en cuanto lo vio frunció el ceño -¿Pino?-Preguntó extrañado al ver la reacción de este, levantándose rápidamente para tomarle del brazo antes de que se fuera -Dipper-¿Qué? -Preguntó mirando al piso, seguía dolido, su mayor ídolo le había destrozado por completo sus ilusiones de la manera más brutal que pudo no haber imaginado.
-Quiero mostrarte algo -Dijo serio, esta vez no iba a dejar que sus celos le dominaran, se arrepentía un poco de lo que había dicho y ahora tenía que arreglar la situación.
