Caminaba a lado del castaño el que llevaba aproximadamente media hora hablando, la gente le miraba un poco raro además de que las chicas no se le acercaban desde hace dos días y no es que le molestara, sino que se le hacía bastante raro después de todos los alborotos que pasaban.
-Hey Pino... -Llamó al chico, él traía las manos en los bolsillos y miraba en frente suyo.
-¿Qué pasó? -Dijo animoso el chico mientras sonreía y cruzaba sus brazos detrás de la espalda.
-Me siento raro hoy...
-¿Por qué lo dices? -Su sonrisa cambió por ahora una mueca de preocupación estaba viendo venir el "ya me hartaste" proviniente de la boca del contrario.
-No lo sé, la gente nos está mirando raro...
-Oh vamos, no pasa nada, la gente tiende a ver así cuando ven a un chico con otro... En esta sociedad ya es difícil verlos sin malinterpretar la relación que lleven -Comentó orgulloso de aquella respuesta ya que era cierta.
-Quizá tienes razón... -Dijo mientras detenía un poco el tiempo, dejando al castaño atrás, era lo que le gustaba que no pudieran interrumpirlo en esos momentos. Eran sólo para él.
-¿Por qué has hecho eso? -La sangre se le heló al oír aquella voz. Se paró en seco para voltear y ver que Dipper caminaba a paso vacilante hacia él. -¿Quieres estar solo? Debiste habermelo dicho -Tomó una mariposa que pasaba frente, se movía tan lento que al jalarla de las alas sintió la presión del tiempo.
-¿Cómo has hecho eso? -Preguntó frunciendo el ceño.
-Bien, algún día te lo diré, dame tiempo para controlar
-¿Controlar?
-Eso... -regresó a su posición inicial en la cual había quedado "pausado" para poder hacer que el tiempo volviera a la normalidad, cosa que el mayor notó al instante. Cada vez se arrepentía más de haber contestado aquel mensaje.
