.02

19 2 0
                                    

- hola Maky.- Jos hizo un ademán me forma de saludo.

- tu ni me hables.- me senté.

- ¿pasa algo?- preguntó.

- no, como crees.- dije sarcástica y me giré para darle la espalda.

- ya se que tienes.- dijo sin importarle que no lo estuviera mirando.- lo de ayer, te cause problemas, lo siento.- dije y por fin se calló.

Han pasado tres clases y el no me ha dirigido la palabra, lo cual es un alivio, así los rumores se irán rápido.

Hora de inglés, Jos sigue sin hablarme y yo sin mirarlo, enserio estoy muy enojada con el.

- hola Macarena.- dijo Sandra.

- no quiero hablar con nadie.- me senté en la última banca y saqué el primer libro para leer que encontré. Lo abrí y comencé a leer, no pensaba hacer algo en la clase de inglés.

- me permite a Macarena.- dijo la directora y el profesor asíntio.

- ¿qué pasó?- dije recargandome en la puerta.

- dos compañeros tuyos se pelearon.

- ¿y yo qué?- dije.

- se pelearon por tu culpa.- la directora camino a la dirección.

En su oficina se encontraba Johan, su silla estaba en dirección a la puerta, y una cabellera negra estaba de espaldas a la puerta

- ¿qué pasó?- abracé a Johan.

- nadie se mete contigo.- dijo con ojos de furia.

Repentimemte lo solté y miré a Jos, su cara estaba llena de sangre, mis manos temblaban y mire a Johan.

- estas loco.- dije a punto de llorar, pero aguante las lágrimas, no tenían que verme llorar.- tu y yo no somos nada.

- Macarena...

- ¿puedes llevar a Jos a su casa?- preguntó la maestra y yo asentí.

- no quiero causarte problemas Maky.- dijo Jos y al verlo mis ojos se llenaron de coraje de solo imaginar lo feo que debió golpearlo Johan.

- ninguno, vamos Jos.- lo ayudé a levantar y por última vez miré a Johan, con ojos de odio.

Jos no tenía la culpa completa de esto, el solo quería no morir y crear amistades, es difícil crearlas cuando eres el nuevo. Sin embargo Jos pudo haber hecho algo para defenderse, pero no lo hizo, simplemente se dejo ser golpeado, vaya que en es una persona pacífica.

- ¿cual es tu dirección?- pregunté mirandolo.

- no necesitas llevarme, solo...

- no Jos, me siento un poco culpable por esto.- dije.- ahora, la dirección.

Después de que Jos me dio la dirección, los dos nos mantuvimos el total silencio, no había mi música, ni voces, solo se escuchaban algunos quejidos de Jos de vez en cuando.

- ¿tus padres estan en casa?- pregunté mientras abría su puerta del carro.

- mi madre, ten las llaves.- me dio las llaves y abrí la puerta.

La casa de Jos era ridículamente grande, tenía paredes blancas y beige, los muebles eran grandes, y en un estilo clásico. Pero ese no era el punto. De las escaleras se oyeron unas zapatillas y la dueña de estas, hablo dulcemente.

- ¡Jos!- grito la dueña de esas zapatillas.- ¿eres tu?

- si, soy yo.- dijo Jos tirandose al sofá.

- ¿qué pasó hijo?- dijo espantado.

- me golpearon.- dijo Jos.

- fue mi culpa.- dije nerviosa y la cara de la mamá de Jos se tornó pálida y comenzó a tartamudear.

- no fue su culpa.- jos me miró.

- no importa eso ahorita, señorita, por favor ayúdame a subirlo a su cuarto.- me indicó su mamá y yo accedí.

Su mamá me ayudó a cuidarlo en lo que el se quedo dormido, cuando eso paso ya eran más de las tres de la tarde.

- ¿cuál es tu nombre?- preguntó su mamá.

- Macarena, puede decir Maky, así me puso su hijo.- sonreí y traté de ser amable.

- soy Mariana.- dijo.- ahora puedes decirme ¿qué pasó?

- si.- jugué con mis manos.- Jos es muy cotizado en la escuela y ayer por la tarde, a la hora de la salida, en la puerta del salón una bola de niñas lo esperaban y Jos su única salida fue fingir que eramos novios, ya que, según el a menos de que la chica sea muy "zorra" disculpe la palabra, no le va a coquetear a su novio y menos en su cara.- pausé y tome un poco de agua.

- ¡ese Jos!- río su mamá.- pero ¿por qué está golpeado?

-Johan, "mi amigo" se puso celoso y le pego.-me recargué.- fue mi culpa.

- no cariño, tu culpa no fue.- acarició mi mano.

Mi celular comenzó a sonar, era una llamada de mi madre.

- ¿qué pasó?- preguntó mi madre al otro lado de la línea.

- nada ¿por?- pregunté confundida.

- ¿por qué no has llegado de la escuela? son más de las cuatro.- dijo seria.

- tuve un problema en la escuela...

- ¿qué hiciste?- preguntó enojada.

- nada, golpearon a Jos y lo traje hasta su casa... Mamá, en la casa te cuento todo.- colgué.

- señora, creo que es hora de irme.- guarde mi celular en la mochila.

- ¿no vas a comer? Hija, come antes de irte.- me miró con una sonrisa que no podía negar, era igual de sincera que la de su hijo.

- esta bien.- rasqué mi cabeza y entramos a la cocina.

La mamá de Jos sacó dos platos de la alacena y en ambos sirvió la comida, parecían ser espaguettis color verde... Algo un poco raro. Puso los platos en la mesa y sirvió una jarra de agua de jamaica.

- esta delicioso señora.- me sonrió.

- gracias Maky.- tomó agua.- me alegra que Jos tenga una novia como tú.

Reí nerviosa, al parecer ella creía que era verdadera novia de Jos, aunque yo le especifique que solo habíamos fingido.

- no.- me sonrojé.- solo somos amigos.

Ok... Ni amigos eramos, pero no quería sonar tan cruel.

- oh disculpa.- río.

Cuando terminamos de comer, ayudé a su madre a levantar la mesa. Antes de irme subí al cuarto de Jos para despedirme de él.

- ¿Maky, sigues aquí?- preguntó viendo su reloj.

- si, pero ya me voy, solo vengo a despedirme.- lo miré.

- gracias Maky.- sonrió.

- ¿por qué no te defendiste?- me senté en la orilla de la cama.

- no quería causar problemas, menos a la persona que quieres.- dijo sinceramente.

- fue un maldito.- rodé los ojos.- adiós Jos.- moví su cabello y salí.

- adiós y gracias.- gritó.

Inefable. ➢ Jos Canela. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora