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Desperté por los ruidos tan sordos de afuera de mi cuarto, un poco enojada levante mi cabeza, yo estaba en mi cama, pero había algo que no calzaba, yo me había quedado dormida en el escritorio no en la cama.

- hola gente.- dije poniendo mis manos en mi cabeza.

- hola Maky.- reconocí la voz.- pensé que nunca despertarías nena.- me abrazó.

- reí.- ¿donde esta mi familia?- le pregunté.

Extrañamente desde que Jos llegó a mi vida me he estado llevando mejor con mi familia, el psicólogo me dio de alta diciendome solo que tenía un temperamento alto.

- se fueron a clases de francés y tu mamá con sus tías.- dijo sirviéndose agua.

- cierto, es sábado, lo olvidaba.- chasqueé los dedos y me senté en la silla.- ¿tu me llevaste a la cama?

- sí.- sonrió inocente.- sentía que tenías frío.- se sentó al lado de mi.- ¿tu y yo que haremos?

- Hmm... No sé.- encogí los hombros.- cualquier cosa que hagamos tu tienes que cambiarte de ropa.- di un vistazo rápido a su ridículas pantuflas y pijama de cuadros.

- tal vez.- sonrió de lado.- o tal vez podría quitarme mi ropa solamente.- acarició mi mejilla.

- Jo... Jos ¿qué te pasa?- reí ligermante y nuevamente las ganas de besarlo me invadieron... No aguantaba más. El estaba riendo, tal vez estaba demasiado roja, sin embargo... No aguanté más, miré sus labios, hice lo que nunca debí, lo estaba besando. Mi respiración se había detenido, mi corazón latía de lo más rápido. Ambos sabíamos que estábamos haciendo mal, pero no nos separabamos. Debía para esto, yo lo inicié, me sentía como la mierda.

- Lo... Lo siento.- me separé y evadí su mirada.

- Hey nena...- me miró.

¡Mierda, el sabia como arreglarlo todo!

- no hay problema pequeña, yo también tuve la culpa, no me resistí.- sonrió apenado.

- creo que...

- no Crea nada, como que nada pasó ¿vale?- preguntó.

- vale.- sonreí sonrojada.

Tenía que admitirlo, había amado ese beso realmente.

- ¡ya se!- anunció.- vamos a... ¿Te parece un bosque?- me preguntó.

- buena idea.- sonreí.- tal vez un picnic en el bosque no estaría mal.

- bien, me voy a cambiar a mi casa y tu preparas la comida ¿ok?- se paró y comenzó a buscar algo, las llaves de su casa y carro.

Mientras me arreglaba con algo con lo que estuviera cómoda mi celular sonó, sospeche que era Jos pero no, era Camila. Era facetime.

- hola Camila.- no le gustaba que la llaman Cami. La chica tenía la cara roja, sus ojos estaban hinchados y estaba muy despeinada.- ¿todo esta bien?

- no sé que pasó anoche, creo que me dieron algo de tomar, no recuerdo nada, pero estaba sin ropa. Macarena temo que me han violado.- decía rápido y gritando.

- tranquila, tranquila.- la intenté calmar pero era imposible.- ¿cuantas pastillas has tomado en el año?

- tres.- comenzó a llorar más.- pero... Me la tomaré.

- no Camila, espe...

Había colgado, intente llamarla de nuevo pero no me contestó. Pero mientras preparaba la comida me mando un mensaje que estaba bien y me relajé un poco más.

Inefable. ➢ Jos Canela. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora