CAPÍTULO ONCE: SORPRESA

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Nos pasamos horas en aquella biblioteca buscando información sobre los cristales y el Nexux, sobre Stark. Al pareces todos los cristales era trozas de un mismo colgante.
Nos íbamos para la cama, yo no tenia sueño, tenia la cabeza pensando en mi casa, en como estarían allí. Le dije a Ailén que fuera ella a dormir que yo iría a ver como estaban en casa. Ella se despidió de mi con un beso en la mejilla y se fue, yo camine hacia la televisión y busque a mi casa. La casa estaba tranquila, dormían ya que era mu tarde para estar despierto. La casa se veía tranquila, parecía que nunca había dejado la casa, como si no perteneciera a mi familia, u simple espectador y un reality show de estos canales extranjeros. Le eché un vistazo a las demás familias simplemente por conciliar el sueño. Primero mire la casa de Natalia y Noelia, después la de Sandra, Ailén, Eva. Que quedaba por mirar la de Patricia, aun que no estuviera ella aquí, quería ver si estaba bien. La encontré en la cama, sentada inmóvil, no se movía. Se había parado la imagen, así que eso significaba que tendría que ver que tal estaba en otro momento. Me fui a dormir, ya era muy tarde para estar rondando como si fuera un fantasma.
Al entrar vi a Ailén ya metida en su cama así que yo hice lo mismo.
A la mañana siguiente todo transcurría con normalidad, desayunamos, fuimos a entrenar y a comer para reponer fuerzas. Nos encontrábamos en la mesa sentados comiendo, cuando un estruendo nos sorprendió a todos, comp si hubiese caído una bomba al lado del castillo. Corrimos a mirar por una de las ventanas que daban a la ciudadela. De la plaza central salía una columna de humo oscuro y algún que otro puesto ambulante ardía.
- Chicos, prepararos, vamos a ver que ha pasado. - no dijo Paula. Todos corrimos a nuestros cuarto y nos vestimos con la ropa que usábamos para entrenar ya que era cómoda.
Al llegar al pueblo, la gente salía corriendo en nuestra dirección, gritando. Algunos se encontraban en el suelo ayudando a gente que tenia heridas, seguramente a causa de la explosión. Entramos sin miramientos en la plaza y buscamos el alboroto para ver que estaba sucediendo. En uno de los puestos al lado de la fuente había un hombre encapuchado con una túnica. Con las manos hizo que explotara el puesto ambulante y prendiera fuego.
- ¡Quieto! - Grite. El enmascarado se dio la vuelta, solo le pude ver la sonrisa que dejaba claro que le gustaba lo que estaba haciendo.
- ¿pero que tenemos aquí? - su voz me resulto familiar- Si son los supuestos héroes de pueblo.  - se quita la capucha para dejar al descubierto la cara de la ultima persona que podía ocultarse detrás de todo aquel horror.
-Tú. - dijo Ailén alucinando. No podíamos creer lo que estábamos presenciando.

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