Un cuerpo perfecto

6. ¿Qué está pasando?

Me quedé mirando hacia su torso durante unos segundos. Era musculado y con algunos lunares. Era precioso. Tenía un tatuaje en la clavícula de una frase. Iba a leerla cuando de repente...

-¿Pasa algo? -Me preguntó con cara curiosa. Todavía tenía un poco de sangre en la nariz.

-No que va. -Intenté disimular tocándome el pelo y mirando para otro sitio. De pronto se dio la vuelta dirigiéndose al armario. Oí como se reía.

-Las chicas ven a un tío desnudo y se escandalizan -Dijo con un tono chulo. 

-Cómo si los chicos no os motivarais viendo un culo y unas tetas -Me reí superando la chulería.

-No sé, a mí por ejemplo el tuyo no me gusta. - Le miré burlesca y le hice sentir un idiota. Desvié la mirada hacia otra parte.  -Total, son solo huesos. 

Y sí, en ese momento me puse más furiosa que nunca. Nadie, digo NADIE podía hablar así de un tema tan delicado como lo es mi cuerpo. Creo que mi cara se volvió roja en menos de dos segundos. Me levanté de un brinco y me acerqué a él. Le dí dos palmadas fuertes en la espalda y me enfrenté a él más cerca que nunca.

-Tú, tú.. ¿qué te crees? ¿a caso te crees mejor que yo por ser menos delgado? Eres un hipócrita, no se ni cómo me he venido a casa de un maldito desconocido que ni si quiera sabe tratar bien a las personas. -En ese momento empecé a llorar de rabia. -¡Eres un pedazo de mierda! un...

En ese mismo momento sentí como rápidamente se acercó a mí y juntó sus labios con los míos. Yo me quedé asombrada. Pero, era tan cálido  y tan suave que no pude separarme. Y le seguí el juego. Su boca empezó a entreabrirse y la mía encajaba perfectamente en ella. Parecía un puzzle. Fue muy poco a poco, sin agresividad. Su olor impregnó toda mi cara. Era un olor fuerte pero a la vez muy apetecible. Yo no quería esto. Pero no tenía la suficiente fuerza de voluntad para separarme de él. En ese momento hizo una mueca de dolor. Y se separó de mí. 

-Ahh. Mi mandíbula. -Se quejó, había olvidado que había recibido una paliza antes de todo esto. Cogí con cariño su cara y le acaricié la zona. No se que me había pasado con él. 

-Vete ya. No quiero compañía. -Se puso muy serio conmigo y se metió en un cuarto cerrando la puerta. No entendía nada.

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De camino a casa, cogí mi móvil. Eran las 5 de la tarde y no había dado señales de vida. Mis padres me habían llamado 14 veces. Salí a correr intentando llegar antes. 

Cuando llegué al portal, busqué las llaves en mi mochila, pero para mi sorpresa Taylor, mi nuevo vecino abrió la puerta antes que yo.

-¿Sabes que tus padres están muy preocupados no? ¿y que te va a caer una muy buena cuando llegues a casa? -Me dijo él en tono sarcástico.

-¿Cómo sabes eso?

-Tus padres me mandaron un whatsapp para saber si estabas conmigo. Ya que no dabas señales de vida. Y yo te he cubierto las espaldas y he dicho que estabas conmigo. Por eso ahora vamos arriba y te acompaño con tus padres. -Me quedé asombrada, mucha información en muy poco tiempo.  Un poco sin palabras.

-Gra... gracias. -Dije yo muy confusa. -Pero... ¿por qué hiciste eso?

-Porque me importas. -Me miró con una sonrisa muy seductora y me dio paso a entrar en el ascensor. Pero, ¿que estaba pasando ese día? Habían pasado muchas cosas en poco tiempo...