Mi despertador sonó fuertemente retumbando en mis oídos. Lo apagué de un golpe y abrí los ojos poco a poco. La persiana estaba entrecerrada, pero entraba un rayo directo hacia mi ojo derecho. Eso me levantaba el ánimo. Me gustaban los días soleados. Me recogí el pelo en una coleta y me dirigí directa a la ducha. Al terminar abrí el armario en busca de algo para ponerme. Cogí una camiseta ancha que ocultara mis marcadas costillas y unos pantalones también anchos. Bajé con mi mochila y saludé a mi madre.
- Buenos días cariño, ¿Cómo has dormido?
Recordé lo que había pasado ayer. Toda la movida que pasó con Stan, el chico nuevo que había conocido en el instituto y con Taylor, mi nuevo vecino.
-Bien, estaba cansada.
-Te he preparado el desayuno por si quieres... ya sabes... probar algo. -Señaló a la preciosa mesa decorada con ricas tostadas con formas de corazón y estrellas. Huevos revueltos, cereales, batido de fresa casero...
-Mamá... Lo siento, no me apetece nada.
-Nae, cariño, deberías comer algo, si no esta mañana no vas a poder con tu cuerpo. -"¿Esta mañana? Dirás las 24 horas del día los 365 días del año" pensé.
-No me hagas esto más difícil ¿vale? - cogí mis cosas y salí enfadada por la puerta dando un portazo. No me gustaba cuando mi madre me ofrecía comida. Siempre que la probaba con esfuerzo la acababa vomitando, después me sentía mal y me torturaba entre malos pensamientos y algunas cosas más...
Yo comía 2 veces al día, 3 como mucho, y casi siempre eran chorradas. Como alguna pequeña fruta o bocadillito. Realmente, me veía delgada en el espejo, bueno, en los huesos. Pero tenía la obsesión de estar así, aunque me viese horrible, no quería ver un gramo más del que tenía en mi cuerpo ahora mismo. Quería ser perfecta, como las modelos, pero en realidad no me cuidaba nada.
Bajé por las escaleras y salí por la pesada puerta del portal. En ese momento una moto grande estaba saliendo del garaje.
Taylor.
-¡Buenos día preciosa! -Gritó él desde su alucinante moto.
-Buenos días Taylor, ¿cómo pasaste la noche? -Intenté echarle mi mejor sonrisa con una cara tímida y coqueta. Me intimidaba con esos preciosos ojos aceituna.
-Genial, aunque el despertador me arruinó un increíble sueño. -Y guiñó un ojo hacia mí. Bajé la cabeza y sonreí muy tímidamente. Eso había sido raro. -Tengo prisa ¿sabes? Empiezo un nuevo trabajo hoy como fotógrafo en un estudio. Pero tengo el tiempo justo para llevarte al instituto. Ya no somos desconocidos... -Reí y asentí con la cabeza.
-Espero que mi madre no me mate después de esto, de todas formas creo que eres el único en el que confía.
-Anda toma esto y móntate -Me estiró un casco y me lo puse de inmediato. Me monté en su moto grande, chula, maravillosa... -¿Es tu primera vez? -Me preguntó con picardía, sabía que iba con doble sentido y me empecé a reír nerviosa.
- Sí, nunca me he montado en una. En una moto quiero decir. -Mierda Nae, ya la estas cagando. Noté como Taylor se reía con seguridad.
-Pues agarrate fuerte que nos vamos. - Y la motó aceleró con fuerza.
El viaje no fue muy incómodo. Él me contó cosas sobre su nuevo trabajo de fotógrafo y yo le contaba algunas cosas sobre mi antigua vida y mi antiguo colegio. Era, la verdad, un chico muy simpático y amable. Y guapo.
Llegamos al instituto y me quité el casco, como en las películas. Para quedar "bien". Aunque me salió algo regular.
-Buen día preciosa. - Me guiñó un ojo y salió rápido hacia la carretera. Imposible no derretirse con Taylor, realmente imposible.
Entré en el instituto buscando a Nath con la mirada pero no la encontré. También busqué a Stan y ni rastro. Entonces decidí entrar a mi clase de literatura aunque quedase tiempo para empezar las clases. Me senté en la fila de atrás y empecé a repasar algunos apuntes antiguos.
Después de unos diez minutos la gente empezó a llenar la clase. Entraban diferentes grupos de diferentes estilos. Y al rato entró una chica alegre y alocada y se sentó a mi lado. Era Nath.
-Te he estado buscando... -Le dije sonriendo a la chica loca del sombrero.
-¡Y yo! Dime que no has estado con Stan realmente.
-¿Qué?... Sí, lo ví ayer... ¿Qué pasa? -Hablé sorprendida, ¿que tenía de malo ese chico?
-Oh mierda. Te has metido en un lío Nae...
¿Qué?
¨**************************************************
La chica de arriba es Nath en mi imaginación aunque la podéis interpretar a vuestra manera.
Espero que os esté gustando esta novela, la intentaré completar seguidamente. Mil gracias a los que tienen paciencia para seguirle. Os aseguro que valdrá la pena
Besos!
****¿QUÉ PERSONAJE OS GUSTA MÁS A ESTE PUNTO DE LA NOVELA?****
ESTÁS LEYENDO
Un cuerpo perfecto
RomanceNae, una chica "normal" que sufre una enfermedad llamada anorexia, tiene que enfrentarse a la mudanza de un país muy diferente al suyo. Tendrá que adaptarse a su nueva casa y colegio y conocerá a mucha gente, como sus mejores amigos de verdad o un c...