Capítulo 20. Adiós

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Antes de comenzar con este capítulo quiero pedirles una disculpa muy grande por la forma en que desaparecí, les mentiría si les dijera que volveré a subir capítulos de nuevo, pues la verdad es que no , no he estado muy bien, primero que nada, mi computador se descompuso y por lo que no podía escribir ahí lo poco que tenía a lápiz y papel, comencé a escribirlo en el celular pero este también falló y estuvo una semana en reparación, cuando por fin lo tuve de nuevo conmigo comencé a transcribir y mientras escribía me di cuenta de algo:

Este capítulo, es un capítulo muy personal para mí, pues me he dado cuenta (ahora que estaba releyendo la primera parte) que narra mi historia con el amor de mi vida, no es que él haya muerto ni nada de eso, claro está que tampoco tenemos un hijo en común, pero nuestra historia de amor es muy complicada.
Gracias por leerme, y espero recuperar mis fuerzas y continuar con esta linda historia, donde el final, sea tan feliz como espero que sea el mío.

los quiere.

Kryzta Cañedo.

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Narrador.

Muy alejado del lugar donde una pareja se declaraba su amor después de tantos años, se encontraba una mansión, donde una hermosa mujer de cabello rubio como el oro, piel pálida, ojos profundamente azules, estaba sentada frente a la chimenea de su salón, tenía los ojos cerrados y respiraba con tranquilidad, había recibido una nota de su nuera esa misma mañana, pidiéndole verla con urgencia a las nueve en punto en su salón.

El gran reloj situado sobre la chimenea marcaba cinco minutos pasadas las nueve y Narcissa Malfoy comenzó a desesperarse ¿Qué tan urgente podía ser ese asunto para que Maris, la hiciera esperar de esa manera? A pesar de lo molesta que se sentía, mantenía los ojos cerrados, esperando, el salón se encontraba en completo silencio, solo el crepitar del fuego rompía ese profundo silencio.

La rubia pensaba en su hijo, oh su amado hijo, ese niño al que le había dado todo su amor y su ternura ahora era un hombre, y le había dado una hermosa nieta, Ara Malfoy era la niña más hermosa que jamás hubiera visto antes, parecía una muñeca, sus hermoso ojos grises como los de su padre y abuelo la hacía ver aún más linda de lo que era, ese cabello rubio heredado de su madre y abuela la convertía en todo una princesa, hubiera preferido que fuera niño, claro, porque cuando faltara su hijo toda su fortuna pasaría a manos de él, pero fue una niña, una hermosa niña que le trajo alegría a su triste existencia, sabía que pronto tendría un nieto, alguien que se hiciera cargo de los negocios familiares, o tal vez el hombre que desposara a su nieta podía manejar toda esa fortuna, pero por ahora no se preocuparía por ello, disfrutaría a su nieta, como no pudo disfrutar a su hijo.

Un fuerte ruido en la chimenea la hizo abrir los ojos, y antes de mirar a la persona que salió de las llamas de fuego, fijo su mirada en el reloj, las nueve y veinte minutos, negó con la cabeza y desvió su mirada a su nuera, quien la miraba con una malvada sonrisa.

-Cissy - saludo su nuera con una voz tan tierna que le erizó los cabellos de la nuca.

-Maris - respondió ella poniéndose de pie y acercándose para besarle ambas mejillas - pensé que te urgía verme.

-sí, es verdad, tengo que decirte algo muy importante - dijo ella tomando asiento en el sofá donde, segundos antes, se encontraba su suegra.

-no entiendo entonces tu retardo - respondió sentándose a lado de su nuera.

-un inconveniente con Ara - dijo restándole importancia.

- ¿ella está bien?

-claro, no tienes que preocuparte, es solo que le ayudaba a hacer su tarea - respondió sonriendo.

¿Obliviate u Olvido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora