Capítulo 11: Alli donde solo los enamorados llegan

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-¿Sí?- asintió este cuando le dije eso asustada.

-Sí, pero antes, tengo que hacerte una pregunta- asentí- ¿Qué sientes por mi hija?- lo miré y sentí vergüenza, pero vergüenza de la buena.

- Es todo en mi vida- confesé- Mi vida a sido una mierda siempre- se volvió hacia mí- pero su hija dio la vuelta a mi mundo-suspiré y proseguí- Iba a mil por hora en la vida y en ese momento, apareció alguien que me dice que tranquila...que afloje...y cuando aflojo, me doy cuentas de las cosas.- lo observé- Me doy cuenta de que no está aquí solo por su esposa, si no también por Tori, obviamente. Me doy cuenta de que el whisky es por algo que pasa entre su esposa y usted y que no se siente a gusto siguiendo sus órdenes. ¿Me equivoco?

-Tendrías que servir para médium, ¿sabes?- bromeó- En efecto, diste en todo. ¿Sabes entonces que te diré?- asentí, desgraciadamente.

-Que la deje en paz- respondí.

-Te equivocas-alcé la mirada sorprendida- En mi vida he conocido mucha gente. Muchas muy mentirosas, otras muy pelotas, como no; y se cuando alguien es sincero o sincera conmigo, y tu lo eres- sonreí lentamente, nadie me había dicho cosa así.- Mi esposa me va a matar, pero no me importa, por que no quiero que Tori termine como uno de nosotros.

-Estaría muy bien que Tori siguiera sus pasos- alabé un poco- Es la chica más lista del mundo....

-Pero eso no es lo que quiere, ni si quiera yo lo quería. El año que viene me despido de la política, y no quiero que Tori termine como yo.- me cortó- Se que está cambiando. Está haciendo cosas de adolescente, metiéndose en problemas sin querer queriendo- me reprimió con la mirada, a lo que la agaché avergonzada- pero es una adolescente, gracias a ti. Además, prefiero que termine a alguien como tú que alguien como Beck- reí.

-Gracias. Y no se preocupe, a mí también me cae mal- le seguí la broma.

Asintió este con una pequeña sonrisa en sus labios volviendo a beber:

-No diría que vieras hoy a Tori por que su madre la castigó, pero hablaré con ella, arreglaré esto- se levantó y me miró- Tori es una buena chica, solo quiero que hagas una cosa.

-Lo que sea...

-Cuida de ella- asentí.

Asintió también dispuesto a marcharse, cuando lo paré:

-Señor Vega- se volvió- Gracias- me acerqué a él- Se que no es fácil, pero se lo agradezco; y una cosa- me acerqué y le señalé una mujer de la misma edad del señor Vega que no hacía nada más que mirarlo desde que entró- Sé que no me encumbre, pero toda persona se merece ser feliz- señalé con la cabeza- Solo digo eso.

-Lo tendré en cuenta- sonrió este- Ha sido agradable hablar contigo- respondió este marchándose de una vez.

Me volví a sentar en la silla y sonreí, lo había conseguido, no había pasado nada de lo que pudiese arrepentirme, aunque claro, tenía que ver a Tori, aunque no ahora. Seguiría el consejo del papá de Tori y esperaría un poco. Las cosas no se debían de tomar a la ligera ahora que tenía las cosas yéndome por primera vez bien.

TORI

-Estás castigada y no volverás a ver a esa chica nunca más- sentenció esta dando un portazo.

Caí en mi cama bocabajo ahogando mis llantos con la almohada. Todo iba mal, nada podía ir peor. No sabía como se sentía Jade, tenía que llamarla, pero mamá se había llevado mi teléfono. Papá no llegaba para hablarle de lo que pasaba y toda aquella presión me estaba matando. Solo había que esperar a ver lo que pasase.

A 3 Metros Sobre El Cielo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora