Tal vez la soledad ya no le afectaba tanto como creyó que lo haría, siempre se sintió sólo al lado de Papyrus por lo que ahora parecía seguir siéndolo, solamente que él ya no estaba ahí. No era sorpresa, sabía que algún día las cosas terminarían así aunque él tratara de que no sucedieran, pero cambiar a una persona como él le fue imposible.
¿Qué era peor; estar con una persona y sentirse solo, o estar solo queriendo a alguien que nunca te amará? La respuesta era simple.
Eran cerca de las 6 de la mañana, había pasado una semana desde que había cortado los lazos que lo unían con su hermano y desde ese día que no dormía nada, paseaba donde fuera gracias a eso sin hacer nada más que beber mostaza y otras cosas que no lo ayudaban en nada. Sabía que estaba acabado, podía sentirlo y quizá nunca volvería a la normalidad, aunque, ¿cuándo fue normal? Ese término no era el más adecuado para una persona como él, entregándose, arrastrándose y dejándose menospreciar por un amor incestuoso que desde el primer día no iba a nada. Ahora que se daba cuenta de las cosas le dolía más que las otras veces, porque aunque quisiera o lo intentara nunca dejaría de amar a Papyrus, y eso era un problema.
Recordaba todos los días que debía ir a buscar sus cosas pero no lo hacía por temor a verlo, a querer volver a estar a su lado aunque fuera como su mascota perdida. Debía encontrar un lugar en dónde vivir apartado de él y lo había hecho, en una cueva en Waterfall apartado de todas y todos, solo faltaban sus cosas y este era el día de hacerlo.
Fue hasta su casa, por suerte estaba cerca de allí, en 5 minutos se encontró delante de la puerta, no habían luces ni se escuchaban ruidos del otro lado. Entró con cuidado y cerró la puerta silenciosamente, caminó hasta los pies de la escalera y se quedó quieto al ver la espalda de Papyrus en la cocina. Estaba sentado en el comedor dándole la espalda, al parecer tomaba café por la manera en que movía su brazo. Sans se quedó allí unos segundos, vaciló y siguió su camino hasta su habitación. Papyrus ni siquiera se había inmutado. Cogió sus cosas y las metió en su mochila, no eran muchas cosas pero algo debió llevar en las manos. Bajó nuevamente y se encontró con Papyrus en la misma posición.
Suspiró cabizbajo. -Bueno, así deben ser las cosas... -Dio la última mirada a su hermano y partió por la puerta.
****************
Era cierto que ahora se sentía más tranquilo, había vuelto a tener sus derechos y ya nadie venía a invadir su espacio personal e íntimo, ¿pero a quién podía engañar? Es decir, le gustaba fingir que ahora era libre y que ya nadie podía abusar de él ni de lo que le correspondía como ciudadano del subsuelo, pero internamente no se tragaba sus mentiras. Sabía que estaba mal, que cada día que pasaba iba de mal en peor emocional y físicamente por sus enfermedades que le daba flojera tratar, que se sentía solo metido dentro de esa cueva por "su bien y seguridad". Tenía hecho añicos todos sus sentimientos y pensamientos sobre todo, había dejado de vivir, por decirlo de esa manera.
Pero no podía culpar a nadie, él había sido el único que había decidido alejarse por siempre de Papyrus y ser "libre" por fín, pero al parecer había empeorado las cosas. Ahora sabía que a Papyrus le importaba una mismísima mierda lo que fuera de él desde hoy en adelante, incluso quizás le había quitado un peso de encima. Tal vez por fín se había deshecho del estorbo.
Llamarse así mismo de esa manera lo hacía reír y hundirse más en su miseria.
Fuera de la cueva habían flores Eco, de alguna manera esas cosas le desagradaban hasta la médula, eran tan raras y brillantes que se sentía más opacado de lo que ya lo hacía. Pero ya había aprendido a convivir con ellas, después de todo era mejor que sentirse solo aunque sabía que de todas formas hablarse así mismo mediante unas flores marica era estúpido y más deplorable aún.
Pasaba la mayoría del día frente a ellas molestándolas o tocándolas, definitivamente eran muy raras.
-No sé como soportan estar solas aquí. -Les dijo.
-No sé como soportan estar solas aquí...
-Hehe, estúpidas...
-Hehe, estúpidas... Hehe...
-¡Jajaja! Esto es divertido.
-...divertido... ¡Jajaja!... es divertido...
No sabía si sentirse más idiota o más retrasado, estaba siendo un tonto haciendo tales cosas sin ningún fín.
-...divertido...
-... -Recordó aquella vez en que había traído a Papyrus a molestar a las mismas flores cuando había estado gravemente enfermo. Habían pasado tantos años entonces, pero el recuerdo aún seguía tan vivo como el fuego. -Dios... me siento tan solo...
-Dios... Dios... tan solo...
-Me siento tan solo... ¿por qué...? -Sans se colocó su capucha para ocultar sus lágrimas de las flores. Se sentía tan patético llorando frente a unas flores que de seguro ellas pensaban lo mismo. -Papyrus...
-¿...por qué?... me siento tan solo... tan solo... Papyrus... me siento... ¿por qué...?... Papyrus...

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Enséñame A Amar.
FanfictionTodo en la vida tiene un límite, incluso en el amor. Aquello fue lo que Sans aprendió durante el tiempo, pero que nunca quiso reconocer por temor a perder a quien era dueño de su corazón, siendo este Papyrus, nadie más que su propio hermano. Sin...