Los días fueron pasando hasta volverse semanas, estas fueron pasando hasta volverse meses y estos finalizaron el año antes de que Sans se diera cuenta. Su trabajo seguía estable y nada parecía haber cambiado en Snowdin ni en el Underground, no había nada de que preocuparse a excepción de las olas de frío penetrante que comenzaban a azotar al pueblo hace unas semanas atrás, pero no había por qué alarmarse pues Sans ya había cortado la leña suficiente para no morir congelado. Papyrus nunca volvió.
Aunque aún no aceptaba ese hecho Sans ya se había acostumbrado a vivir con la decepción y la soledad, a dormir sólo en las noches y durante la cena nunca ofrecerle a nadie un poco más a su plato. El sofá se había vuelto de su absoluta propiedad y su confidente, testigo de todas sus penas y de las tardes lluviosas en que se dejaba llevar por la tristeza y dejaba salir todo lo malo dentro de él. Cada vez que alguien le preguntaba por su hermano se sentía como una basura, nadie sabía cómo se sentía cada vez que debía responder "no lo sé". Eran como dagas que lo atravesaban una y otra vez todos los días, fuera donde fuera. Todas las veces que lo buscó no tuvo éxito, tampoco había alguien a quién preguntarle si lo habían visto por allí o si habrían escuchado algún rumor que lo ayudara, si es que seguía con vida o no.
-¿En serio piensas volver en ese estado? -Le preguntó Grillby al ver que el pequeño y borracho esqueleto se tambaleaba hacia la puerta.
-¡¿Te impor...*hip*... acaso?! ¡Déjame solo!
-Como quieras...
Grillby dejó ir al pequeño borracho, sabía que seguir hablando con él en ese estado era ganarse una pelea innecesaria que de seguro acabaría destruyendo su local. Pero la verdad es que Sans no tenía la más mínima intención de armar una pelea, sólo quería irse a casa y dormir sobre el sofá si es que no se quedaba dormido en las escaleras primero.
Lamentablemente iba por el camino incorrecto, se había desviado del camino a su casa desde hace un buen rato gracias a que apenas podía mantenerse de pié y despierto, se iba directo a los bosques pensando todavía que sea donde estuviera llendo era un atajo. Parecía un cachorro perdido que tan sólo buscaba un hogar al cual volver, unos brazos a los cuales volver a sentir.
Se detuvo cuando finalmente se dio cuenta que en realidad no iba hacia ningún lado. -¿Qué mierda hago *hip* aquí...? Ugh... -Se cayó sentado sobre la nieve, estaba profundamente mareado, todo a su alrededor parecía jugar a las rondas. -¡...Papyrus, tengo ganas de vomitar! -Gritó con acento de borracho. -¡S...Si no vienes aquí en este m-mismo instante yo... voy a vomitar! ¡Papyrus *hip*... sé que estás aquí, así que sal ya de donde quieras que estés, maldito desgraciado! *hip* ¡Papyrus...!
Sus alcoholizados gritos hacían eco en medio del silencioso bosque, era como una pequeña cereza que se había perdido tras caerse del canasto, perdida y asustada esperando a que alguien la fuera a buscar. Sin más empezó a llorar aún sentado en el suelo. Estaba furioso y cansado de todo, quería irse a su casa, tenía frío y su cabeza estaba a punto de estallar por la jaqueca. Estaba a punto de explotar.
-¡¿Por qué aún no llegas, Papyrus?! ¡¿Por qué me dejaste sólo, por qué me mentiste?! *hip* ¡...estoy llorando como un imbécil aquí por tú culpa Papyrus, a-así que ven y hazte cargo...! Maldito infeliz, mentiroso... bastardo... P-Por favor, vuelve y hazte cargo...
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Enséñame A Amar.
FanficTodo en la vida tiene un límite, incluso en el amor. Aquello fue lo que Sans aprendió durante el tiempo, pero que nunca quiso reconocer por temor a perder a quien era dueño de su corazón, siendo este Papyrus, nadie más que su propio hermano. Sin...