¿Donde estoy?

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Disclaimer: ESDLA ni CHYF son de mi propiedad. Pertenecen a J.R. R. Tolkien y George R. R. Martin respectivamente.

- Ah, ¿que ha ocurrido? - dijo Aragorn levantándose del suelo - ¡Ay, mi cabeza! Siento como si me hubiera pasado por encima un ejército de trolls de montaña. - añadió llevándose una mano a la cabeza.
Sólo entonces se dio cuenta de que estaba en el medio de un bosque y de la pequeña nevada que caía.
- Una cosa está clara, no estoy en Isengard. Creo que ni siquiera me hallo en Rohan sino que estoy más al norte. Quizás sea Fornost o Angmar. - pensaba el rey mientras exploraba el bosque.
De pronto, oyó el ruido cada vez más cercano de unos cascos.
- Es una persecución. - dijo escondiéndose detrás de un árbol. - Espero que no sean enemigos y puedan ayudarme.
Al poco tiempo, pasó un caballero cubierto con una capa azul celeste y un escudo con una luna y un halcón color crema a la espalda. Poco después, pasaron uno, dos y tres caballeros de armadura roja y amarilla.
- Van muy deprisa, los caballos no van a aguantar mucho más. - dijo Aragorn mientras echaba a correr a grandes zancadas detrás de los caballos.
No tardó en encontrar el cadáver decapitado de uno de los caballos. Más adelante, el de la capa azul luchaba, con la espalda apoyada en un árbol, contra dos de sus oponentes. La diferencia de tamaño con ellos era abismal, ya que, frente a sus dos robustos enemigos, casi parecía un niño.
- Esta ves no te resultará tan sensillo escapar - dijo uno lanzando un tajo que el joven bloqueo.
- ¿Creen que fue sensillo? - contraatacó el chico con otro tajo.
- Sólo dos hombres muy cobardes atacan a un niño desamparado. Meteos con alguien de vuestro tamaño - les increpó Aragorn saliendo de la espesura al tiempo que desenvainaba la espada.

- No digas estupideses, ansiano. - contestó uno de los atacantes encarando al recién llegado.
- Calla y lucha - contestó el de Gondor con un tajo descendente que el de rojo bloqueó.
Tras un corto intercambio de estocadas, Aragorn bloqueó una y lanzó una patada frontal al pecho.
-"Ay, que daño"- dijo para sí al golpear la extremadamente dura coraza del hombre. -"Sin duda, es una muy buena armadura. Esperemos que no se haya dado cuenta de que no llevo más armadura que los brazales de Boromir. Quizás si consigo matarlo sin dañar la armadura, me sirva de protección" - añadió mientras a su oponente recuperar rápidamente el resuello y reincorporarse a la lucha. Tras bloquear un golpe de espada vio como penetrar la defensa del de rojo. En el siguiente envite, en vez de parar el golpe con la espada, empujó a su oponente con una mano. El oponente, aturdido por el traspiés no vió venir la estocada directa al ojo derecho.
- Maldito - le oyó decir mientras la sangre se le escurría por la coraza abajo.
Del otro lado, el chico de azul había conseguido acabar con el suyo, aprovechando que el de rojo tenía la espada trabada en el árbol en el que se había apoyado, clavándole un puñal en la axila izquierda y el ojo derecho.

- Le agradezco que me haya salvado de esos canallas. Me llamo Arthur Royce y...¡cuidado! - exclamó el chico empujándolo a un lado con tan mala suerte que la saeta destinada a su salvador le acertó en el pecho. Aragorn no tardó en descubrir al soldado que había disparado a traición. 
- ¿Sabes qué es lo que más odio de las ballestas? - preguntó arrancando de un golpe el diabólico artefacto de las manos del ballestero. - Que se tarda demasiado en cargarlas. - añadió cortándole la cabeza.
- ¡Arthur!¡Arthur! - lo llamó preguntándose si podría mantenerlo vivo lo suficiente para saber qué hacía allá un niño y porqué le perseguían. Casi respiró aliviado cuando vio al chico recostado en un árbol y con los ojos abiertos.
- Disculpe. Pero creo que no le pregunté su nombre, ser... - contestó el joven con un hilo de voz.
- Puedes llamarme Trancos (Strider) - contestó mientras examinaba la herida.- Espera, no te levantes. Podrías empeorar la herida. - dijo Aragorn antes de ponerle una mano en el pecho.
- ¿Qué sucede?¿Acaso sois un Maester y sabéis cómo curarme? - preguntó el tal Arthur.
-No, pero sé un poco de este tipo de heridas y te agradecería que te estuvieras quieto mientras examino la herida y determino que hacer. - contestó Aragorn.

- ¿Qué pasa?¿Se te ocurre alguna idea? - preguntó el chico tras un rato largo esperando el diagnóstico del montaraz.
- No, esta herida supera mis conocimientos. Temo que la herida es demasiado profunda y no estoy de qué pasará si intento sacarla. Necesitas ayuda especializada. - respondió de forma tranquila y sincera Aragorn.
El gesto de preocupación en la cara del chico hizo que Aragorn se preguntara una vez más el porqué del ataque que había sufrido.

- ¿Me permites que te haga una pregunta?¿Qué hace un chico cómo tú aquí?¿Qué te ha llevado a abandonar tu casa y venir hasta este páramo nórdico y helado? - preguntó al cabo de un rato.
- Tengo que entregar un mensaje urgente de parte de mi señor Jon Arryn para Lord Eddard Stark, señor de estas tierras. - fue la escueta respuesta del chico.
- Y es algo muy importante ¿verdad?. Lamentó decirte que probablemente no llegues a tu destino con esa herida en el pecho. Si quieres, yo puedo acompañarte hasta el pueblo más cercano para que descanses y te cures mientras que yo entrego el mensaje por ti.- empezó a decir comprensivo.
- ¿¡Porqué nadie lo entiende!? Ya no soy un niño. Soy un enviado de la mano del rey. Mi misión es muy urgente y por mi honor que habré de cumplirla. - declaró el chico al borde de las lágrimas.
- No te fías de mi. Lo entiendo. Permite al menos que te trate la herida con mis conocimientos de hierbas medicinales de la zona. Si después de eso aún sigues desconfiando, me voy y punto. -
- ¿Y cómo sé que no huirás mientras "buscas hierbas" o me intentarás envenenar la herida?
- Escucha, Arthur. Si te quisiera robar, a estas alturas ya te habría rematado y huido con tu dinero. En cuanto a lo de huir,dejaré aquí mi espada mientras busco con que curar la herida y la trato. ¿Qué te parece? - respondió Aragorn clavando su espada a pocos metros de donde reposaba el joven.
- Está bien, haslo. - respondió más calmado Arthur.
A pesar de que la nieve dificultaba la identificación de plantas, Aragorn no tardó en encontrar las hierbas necesarias y volver.
- Arthur, ya estoy aquí - dijo entrando en el claro de bosque con las hierbas
- ¿Arthur?¿Estás bien?- añadió acercándose al joven recostado en el árbol y aparentemente dormido.
- ¡Maldita sea!¡Se ha quedado dormido como un tronco! - exclamó tras comprobar la respiración del chico. - Mejor, así podré trabajar más a gusto con su herida. - añadió preparando el suelo para encender un fuego y seleccionar las hierbas medicinales.
- Trancos, ¿qué haces? - preguntó el joven caballero despertando con el olor de varias de las hierbas que el montaraz hervía en el casco de uno de los soldados caídos.
- Preparo un remedio para tu herida. - contestó todavía de espaldas al joven. - Espero que dure hasta que encontremos a uno de esos Maestres - añadió para sus adentros.

Notas de autor
Maester/Maestre: Para los no familiarizados con el mundo de Canción de Hielo y Fuego/Juego de Tronos, los Maestres son una orden de hombres sabios expertos en distintas ramas del saber (como son las finanzas, la forja de metales, la sanación, la historia o las ciencias ocultas) cuya misión principal es la de conservar y ampliar el conocimiento, así como usar sus conocimientos en beneficio del señor y/o a la casa noble a la que juran servir (educar a los hijos del señor, sanar heridas e, incluso, escribir los mensajes del señor). Son fácilmente reconocibles por las cadenas con eslabones de diferentes metales  que portan al cuello.

Y, por fin, ha llegado el nuevo capítulo del fic. Se hace difícil escribir en medio de vacaciones pero, al final, lo he logrado. Espero que lo disfruten y, si les gusta, dejen estrellas que siempre ayuda a escribir más y mejor.

El Señor de los TronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora