You Could Be Mine (GNR Fanfic)

Capitulo 1°

Como siempre me encontraba en mi habitación leyendo un poco y escuchando los gritos de mi madre dando por teléfono a sus trabajadores, mi vida podría decirse que se resumía en eso, escuchar los gritos de mi madre hacer eco por la casa, o en su caso, casi siempre me encontraba sola, ya que mi madre siempre andaba viajando, es una importante diseñadora de modas, había crecido tanto mi madre como empresaria que se olvidaba que tenía una hija por quien ver, no la culpo, haber quedado viuda al mando de una hija no fue nada facil, me ha sacado a delante y siempre me da lo que necesito de eso no puedo quejarme, pero de darme amor o atención se le olvido por completo.

A decir verdad quien me viera iba a pensar que soy muy educada, aburrida o rara, como suelen decirme, pero la verdad no es que sea así, si no que soy muy tímida y tranquila, no suelo socializar mucho y por eso las personas piensan eso, mi estilo se define al Rock N Roll, y si, amo él rock ¡es mi vida!, casi no salia a fiestas y no me ponía borracha decían que para que me gustaba él rock si no disfrutaba pero él rock a mi opinión no solo se trata de drogarse y parecer él mas loco o rebelde incluso en sus casos hasta el más idiota, si no simplemente es un genero musical que no puede utilizarse como una moda porque simplemente no es una moda

Seguía leyendo en mi habitación hasta que un recuerdo de mi mejor amigo se hizo presente hace tiempo no veía a Steven, la verdad extrañaba demasiado a ese idiota, era demasiado tierno siempre hacia reírme y sobre todo, sabia como alzar mi animo en segundos, desde que se fue con sus padres a Inglaterra por él trabajo de su papa no lo volví a ver y así a pasado ya casi medio año de verdad lo extraño y ni se diga también de amiga Lesly ella y Steven son los únicos mejores amigos que pude tener, ella también siempre me escuchaba y daba buenos consejos aquella alocada chica era la que me convencía de ir a fiestas y hacer cosas bastantes locas, pero también se la llevaron, y digo se la llevaron porque sus padres la obligaron a irse y ahora esta en florida y si prácticamente estoy sola, ya que como ven mis amigos allá lejos de mi y mi madre siempre en su trabajo

Ese mismo día pensé que iba a ser como todos los demás, normal y nada interesante que pudiera pasar, baje hacía la sala de mi casa, comencé a ver televisión cambiaba los canales constantemente y la verdad no había nada interesante en cada canal que pasaba, así pase como diez minutos mas o menos cambiando de canales hasta que decidí dejarle en un programa de comedia, estaba tan entretenida en aquel programa hasta que un sonido me hizo sacar de ese trance, el teléfono de la sala comenzó a sonar y en un movimiento rápido logre llegar antes de que colgaran

-¿Si?- dije cuando conteste

-¡hermosa he vuelto!- dijo alguien emocionado en la otra línea, reconocía esa voz, mis ojos comenzaron a cristalizarse y un nudo en la garganta se formo en mi incluyendo que mi corazón latía a una fuerza sobrehumana y todo en mi temblaba -¿Dan?- volvió a decir aquella voz -no te hayas desmayado- yo solté una pequeña risa nerviosa ante eso, respire profundo y por fin hable

-Steven, no puedo creer que seas tú- dije aguantando los sollozos que amenazaban por salir -¿Como estas?- mi voz sonaba confundible por el nudo que se formaba en mi garganta

-Oh nena, no quiero que llores, mejor ven a abrirme que estoy afuera de tu casa- dijo él, en cuanto escuche eso yo solté el teléfono y salí rápidamente afuera, el se encontraba en un teléfono publico llamándome por mi nombre, ni siquiera se había percatado de que ya estaba afuera, tome impulso y corrí hacía él, aquel movimiento nos hizo caer y los dos comenzamos a reír -Yo también te extrañe Dani- dijo mi amigo abrazándome fuerte, de verdad estaba aquí no podía creerlo era una emoción enorme, él había sido mas que mi amigo lo consideraba como un hermano, las lágrimas comenzaron a salir, el sobaba mi espalda en forma de consuelo-Pequeña hay que levantarnos creo que me rompiste la espalda- dijo y yo comencé a reír, alcé mi vista hacía su rostro y él tenía esa característica sonrisa alegre que te contagiaba de pura felicidad, Dios si que extrañaba demasiado a este hombre, nos levantamos del piso y nos dirigimos hacía mi casa y entramos en ella, mi madre lo vio y lo saludo de inmediato con la misma emoción pero no tanto que la mía