Los ángeles 2/4: Una rara observación (+18)

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· Los ángeles 2/4: Una rara observación.

POV "N"

Eran las 3:00 Pm, en el hotel no había nada que hacer y se podía decir con solemnidad y pura agonía que hacía flojera.

L estaba en su habitación del penthouse hablando con watari, y yo simplemente leía un libro de Stephen King: "Carrie"

Ciertamente no sé si odiar a Stephen King por crear tan atroz relato como "it" o admirarlo por tener una imaginación que solo encontraría en Edgar Allan Poe... sí, ambos escritores tenían una imaginación perversa, grotesca y horriblemente encantadora.

Había un personaje que me llamaba mucho la atención: Mrs. White, la madre de Carrie... su compulsiva religiosidad me hacía pensar en una niñez muy dañada, casi como... la mía.

<< Oh no... no una crisis... ¡No ahora!>>

Mi respiración era lánguida y tan imperceptible como el color del viento, daba la impresión de que no respiraba, aunque estuviera jadeando. Lancé el libro hacia el piso con fuerza, la rabia me controlaba y con esta se mezclaba el dolor, también la confusión y el desenfrenado odio inexplicable.

Traté de llamar a L, pero sentí que no controlaba mis labios, mis cuerdas vocales no emitían ni un solo sonido y ahora solo veía a ese hombre: Cabello negro, ojos azules, piel pálida; con una perversa sonrisa, con una oscuridad en los ojos, con sus manos manchadas por un deseo sucio e imperdonable.

<< L, ayúdame... ¡Sálvame!>> pero el hombre solo se reía, Patrick solo se reía de mí, de mi dolor, de mis gritos...

— ¡L! — logré gritar, con todas mis fuerzas, siendo dueña nuevamente de mis cuerdas vocales... Pero aun no era dueña de mi Cuerpo, mi cuerpo no me pertenecía, le pertenecía a Patrick.

Mi habitación del penthouse ya no lo era, era una habitación que recordaba a la perfección, con una ventana que mostraba la luna, una gran cama con sábanas blancas que por la mañana estarían manchadas... esa habitación del horror, ese primer juego...

— ¡Near! No te vallas, quédate conmigo, mira, estamos en un hotel de los ángeles, trabajamos en un caso...

— L, él quiere jugar, estoy en su habitación— Sentía que me rodeaban, pero solo veía a Patrick.

— No, Near, no; abre los ojos y mira, estás en los ángeles, no en Londres...

— No estoy en Londres, estoy en Rusia... ¡Me duele!

Sentí como mis músculos se contraían y el olor era vívido e intensamente inolvidable.

Algo helado me sacó de mis recuerdos y al abrir los ojos, estaba en la ducha, L estaba en la tina conmigo y estaba tan empapado como yo, el agua fría me hacía temblar y lo único que encontré conveniente fue abrazar a L.

— ¿Rusia? — Su cabello goteaba en mi cara, pero mi atención estaba puesta en su rostro.

— Soy rusa y mitad francesa— Jadeé por el frío— Eso no importa ahora.

— Yo... Yo También soy de Rusia, pero mitad italiano y con nacionalidad inglesa, y yo que pensé que diferíamos en todo.

— po... podrías... cerrar la llave, pescaré un resfriado o algo así.

— Oh, claro.

El flujo de agua se detuvo y L se quitaba el cabello de la cara, se veía gracioso con el cabello ordenado y se parecía mucho a...

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