Black Star.

Como un tomate.

2 años después, Jonny ya era tan amigo mío como Colin lo era. Aún conservábamos al gato, el cuál ya había crecido bastante, e incluso ya tenía un nombre: Tiny. Jonny se lo había puesto.

Nos encontrábamos en la casa de los chicos, comíamos helado mientras yo tocaba la guitarra para ellos.

-Algún día aprenderé también, y tocaré contigo- dijo Colin, al mismo tiempo que se acostaba en el suelo. Sonreí.

-Eso espero.

Jonny entró a la habitación junto con Tiny, cargándolo en sus brazos.

-Colin, mamá te llama.

Colin refunfuñó y se levantó, yendo a dónde su madre, y el recién llegado se sentó frente a mí. Me miró por un buen rato, hasta que me incomodé y hablé.

-¿Qué?- pregunté.

-Me gusta tu guitarra.

-Oh, ya veo. Deberías comprarte una.

-¿Me enseñarías a tocarla?

-Sólo si me pagas.

-¡Claro! ¡Lo que sea!- los ojos de Jonny brillaban. Vaya que seguía siendo un niño.

-Es broma- reí -puedo hacerlo gratis.

-¡Eso es mucho mejor!- reí, su pequeño y emocionado grito sonó bastante tierno. Comencé a tocar. Parecía que Jonny disfrutaba el verme haciéndolo. Seguro él sería bueno tocando algún instrumento; sus dedos delgados y hábiles le darían mucha ventaja.

Me sorprendí de mí mismo; ¿quién diría que terminaría siendo amigo de ese niño tan callado, al que apenas si podía escuchar decir "hola"?
Lo mejor era que todo lo que Colin me había dicho sobre él era cierto; es un chico muy cariñoso, gracioso, atento y, lleno de imaginación. Además, tanto Colin como yo estábamos orgullosos de él; en estos dos años Jonny ya había perdido la mayoría de sus miedos, haciéndolo más seguro de sí mismo. Sin embargo, seguía siendo muy tímido con la mayoría de la gente.

-Eh...Thom- Jonny soltó a Tiny, y puso su mano sobre mi mano derecha, provocando que parara de tocar, así como que saliera de mis pensamientos.

-¿Qué?- hice la guitarra a un lado, y tomé de una mejor forma la mano de Jonny, y comencé a jugar con sus dedos. Él rió, y noté un leve sonrojo en sus mejillas.

-Yo...eh...¿puedo...?- sonreí. Era tierno cuando se ponía nervioso. -¡No! Olvídalo. Es...muy tonto- Jonny estaba a punto de ponerse de pie, pero lo jalé de la mano, provocando que volviera a sentarse.

-Vamos Jonny. Somos amigos, ¿no? Puedes decirme lo que quieras- solté su mano y tomé su pequeña y delgada barbilla, haciendo que subiera la mirada. Suspiró.

-¿Puedo...?, ¿yo puedo...?

-¿Ajá...?

-¿¡Puedo besarte!?- dijo casi gritando. Me quedé pasmado por un momento, inmóvil.

¿De dónde sacaba tantas cosas ese niño?

Comencé a reír. La cara de Jonny estaba completamente roja. Me levanté del suelo y me senté en la cama de Colin, retorciéndome un poco de la risa.

-Me gustaría saber de dónde sacas tantas cosas a los 11, Jonny.

-No es una broma- Esta vez su tono sonó bastante serio, así paulatinamente paré de reír. Jonny también se levantó del suelo, y se sentó junto a mí en la cama.

-¿Por qué querrías besarme?- traté de sonar tan serio como él.

-Primero, tienes que prometerme que no lo tomarás a broma.