Black Star.

Sonidos.

Casi cinco años después.
-¿Puedes dejar de hacer eso?

-¿Qué?

-Llevas afinando la misma cuerda por media hora.

-¿Por qué ella tiene que venir a los ensayos?

-¿De qué hablas?, ni siquiera se acerca a la puerta; sabe que la odias.- Colin y yo eramos los únicos dentro del aula. Ed y Philip aún no llegaban y Thom estaba afuera con su novia. Podía verlos por la ventana. 

Aunque Thom y yo ya no teníamos sexo, seguíamos llevándonos bien. Aunque había muchas excepciones.

Ya no dormíamos en la casa del otro.

Ya no ensayábamos a solas.

Ya no salíamos a conciertos. 

Él ya no acariciaba mi espalda por debajo de mi camiseta.

Ya ni siquiera nos mirábamos tanto a los ojos.

Ya no eramos novios.

Ya no.

Muchas veces me preguntaba si Thom haría con Bee todo lo que solíamos hacer juntos. O sí siquiera lo extrañaba. Porque yo lo hacía, y mucho.

Cuando menos lo noté, Colin ya estaba afuera hablando con ellos.

Colin era muy buen amigo de Bee, y fue quién nos la presentó. 

Y tal vez, lo que más me molestaba no era que Bee y Thom hayan estado en una relación a mis espaldas por seis meses, sino la estúpida razón por la que ella cree que la odio.

«Supuestamente yo estaba enamorado de Bee, pero Thom también, y fue por eso que tuvieron que ocultar su relación de mí. Así que la consideré una puta por quedarse con mi mejor amigo.»
Eso fue lo que Thom le dijo.

Y eso sólo me hacía quedar a mí como un idiota, pero mientras ni ella ni nadie supiera que Thom y yo eramos pareja, todo estaría bien.

Amigos antes que zorras, por supuesto.

-Hola Jonny-  dijeron Ed, Philip al unísono, mientras entraban con Colin al aula.

-Hola- pude ver como Thom se despedía de ella. Suspiré.

A mí me daba besos más largos. 

-¿Están listos?- preguntó Thom mientras entraba, frotando las palmas de sus manos. Todos asentimos.

Odiaba los viernes.

Después de ensayar, decidimos ir al primer restaurante que se nos cruzara en el camino.

Yo estaba sentado junto a la ventana. El cumpleaños de Thom estaba cerca, y su aniversario con Bee también. 

Tuve 4 aniversarios con Thom. 

En todos ellos, sin excepción, la pasamos juntos. Faltábamos incluso a la escuela si era necesario. Lo cual era un poco difícil, ya que lo hacíamos a escondidas de nuestros padres. 

Siempre era en mi casa, ya que mamá trabajaba casi todo el día, y Colin y yo ya no compartíamos habitación. 

Thom llegaba a mi casa en la mañana, o en la madrugada, si tenía suerte. 

Después salíamos a comprar comida, y cualquier cosa tonta que nos encontráramos en el camino.
Era divertido.  
En ninguno llegamos a tocarnos lo suficiente, ni siquiera nos abrazábamos. Sólo era disfrutar de la presencia del otro. 

Comíamos hasta sentir nauseas. 

Reíamos hasta que nuestra orina ya no podía más.

Escuchábamos música, tanta que Thom ya no tenía que obligarme a bailar.

Había veces en las que ni siquiera hablábamos. Millones de segundos sólo escuchando respiraciones y latidos. Thom decía que era horrible que hiciéramos eso, ya que el no quería acostumbrarse; "sí lo hiciera, si me acostumbrara a oír tu cuerpo, ¿imaginas lo desquiciado que me pondría al ya no hacerlo más? Algún día tu cuerpo me abandonará, y tal vez lloraría al querer recargarme en tu pecho y saber que el latido ya no estará allí".

Cuando Thom dijo eso, recuerdo no haber sentido nada. Estaba tan inútilmente preparado para esas palabras que simplemente no dejé a mi cuerpo reaccionar. 

Él lo noto, así que sonrío y me abrazó. 

-Tal vez jamás perderás ese hábito- Thom habló, e interrumpió mis pensamientos. Sacudió sus manos. Lucían mojadas. 

Miré alrededor, los chicos ya no estaban en la mesa. 

-¿Y los demás?

-Fueron a la barra.

-Ah- tomé café.

-¿Sabes a que me refiero?

-No lo creo.

-Sigues comiendo porquerías antes de ir a dormir- Thom jaló el plato en el que se encontraba mi pastel hacía él, y con la cuchara recogió los últimos restos del postre, para después comérselo. Hizo una mueca, y después tomó agua.

-No importa. No me importaría engordar un poco.

-¿Para qué?, tu cuerpo es lindo. 

Sentí ganas de golpearlo. Tal vez sólo de romperle algo en la maldita cabeza. Pero no lo hice. 

-¿Podrías decirle a Colin que pague mi parte por favor?- acomodé mi chaqueta y me levanté de la mesa, caminando rápido hacia la salida. 

Escuché los pasos apresurados de Thom detrás. 

-Jonny, por favor, no hagas esto- Thom tomó mi antebrazo, evitando que siguiera caminando, quedándome de pie justo en la salida, con la puerta ya abierta.

-¿Qué?, Colin me debe dinero- zafé mi brazo rápidamente de su mano, y salí del lugar.

No quería pensar, ni suponer, sólo quería llegar a casa.

Al llegar a mi puerta, y tratar de abrirla, mis manos temblaban y lo hacían inútil. 

-Jonny- escuché detrás de mí, era Thom. Mis llaves se cayeron. Volteé a verlo. Corrió hacía mí y me besó. Lo golpeé en el estómago y me soltó. Giré la perilla de la puerta. Estaba abierta. Pero antes de que pudiera cerrarla Thom entró y la azotó tras él.

-¿Qué quieres?

-Hablar contigo- su respiración sonaba agitada. Parecía que había estado corriendo.

-¿Sobre qué?

-Te extraño.

-Jodete.

-Yo quiero que...

-No Thom, no, ¡jodete y sal de mi maldita casa!

-Jonny, no vine aquí para eso.

-¿Entonces para qué?, ¿¡para qué!?, tú no puedes simplemente llegar como si nada y decir que me extrañas. Fuiste lo suficientemente cobarde como para mantener una relación con otra persona mientras seguías conmigo, simplemente decidiste que todo lo que teníamos no fue suficiente y lo mandaste a la mierda. ¿Sabes? incluso me siento mal por Bee, me siento mal porque ella cree que la odio pero en realidad te odio a ti, pero me odio más a mí mismo por perdonarte pedazo de idiota, me odio porque me aferré a ti hasta un punto en el que ya ni siquiera podía pensar en algo sin relacionarlo contigo, me tragaba todo lo que decías y apreciaba lo que me dabas, ¡y lo sigo haciendo y...! yo, ya ni siquiera sé que hacer sin ti, ¡y odio sentir esta maldita dependencia!, ¡odio perdonarte sin condición, odio no poder olvidarte, pero... me odio más a mí mismo por alegrarme de que estés aquí!- Thom sonrió entre sus lágrimas, y se acercó rápidamente para abrazarme. 

Sentí el cuerpo de Thom de nuevo, pegado al mío.

Era la primera vez que lo escuchaba sollozar y reír al mismo tiempo.

-Acabo de terminar con Bee.