Capítulo 23

6 1 0
                                    


Papá, solo quiero decirte que el karma existe, eh.

Sujeté la manilla, me coloqué sigilosamente detrás de la puerta, de modo que cuando abriera, este no pudiera verme, al menos no del todo.

–Papá, no está...

–¿Qué? ¡Me caso con un demo...

–¡Ahí está! creo que se va. Está dentro del auto.

–¡Llámalo!

–¿Ah? ¡Papá, no! No voy a hacer eso.

–¿Quieres tener un futuro? ¡Hazlo!

¿Un futuro? ¿Jayn es mi futuro?

–¡Hey! ¡Heeeey! ¡Espera!

–¡Llámalo más fuerte!

–¡¿Qué no puedes venir tú, papá?!

–Sal y dirígete hacia él.

–Esto es el límite, papá. No voy a hacer eso- dije rendida-.

–¿Ah sí?

Y así, como de la nada, estaba ahí, frente al muy idiota, en toalla, articulándole gestos para que entendiera que mi padre "ya estaba disponible".
Muy descaradamente, se bajó de su auto, y de la misma manera en que me "comunicaba" con él hace un minuto, me dijo "Gracias". Me rozó por el lado derecho, y entró muy...¿cómo diría?
Ah sí, como todo un jefe de negocios.

Era un tipo repugnante, para mí lo era, y estaba segura de que no cabía la menor posibilidad de que eso cambiara.

Comiéndome todo mi orgullo, entré. Hice un sonido hueco con la puerta, por lo que mi padre y él miraron. Me miraron. Pero a diferencia de mi padre, Jayn volvió a centrar los ojos rápidamente en aquellos tantos papeles.

No entiendo porqué me cae tan mal. Creo que realmente estoy delirando, y que, bueno...me tomo las cosas muy a pecho. Quizás debería ser más abierta con él, con los demás.

Ahora sí podía disfrutar de una ducha sin interrupciones. Sin bajar escaleras antes de, sin humillarme, sin tener que soportar que... Okay, estoy delirando otra vez.
Terminé.
Era tan complaciente tomar una ducha después de tanto estrés.
Me puse algo cómodo y deje que mi
cabello se secara por sí solo. Aunque sabía parecería una esponja andante más luego.

Bajé a ver si ya había terminado la famosa reunión, y en efecto, la puerta estaba cerrada. Por intuición, sabía que papá no estaba cerca. Fui al garaje para verificar, luego crucé a su oficina, y nada. La casa estaba para mi solita.

Minutos después, oí a Jorge llegar, y luego a mamá también. Esta trajo frutas y vegetales, y un pequeño servicio de papas fritas, porque según ella, teníamos como un año sin comer de "eso", como solía llamarle.
Al menos, papá y yo teníamos un secreto.

Aunque mamá es doctora, ella comprende que, de vez en cuando hay que llevarse de esos antojitos, pero no siempre.
Años atrás, antes de que ella estudiara medicina, era una chica rellenita, y no por herencia, sino porque comía mucha comida chatarra, pero luego, ya saben, se dio cuenta de que la comida chatarra no es lo mejor, bla bla bla, dejó de comerlas, y ahora es un ejemplo a seguir de muchas mujeres de su edad.

Creo que también soy un modelo a seguir...
O tal vez no. Pero bueno, algo bueno alguien tiene que seguir de mí, ¿no?

                                  ***

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 01, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PosibilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora