Capítulo 18

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Me quedé plasmada al ver quienes eran aquella pareja.

-Por todos los cielos, Jayn, claro que necesita ayuda, pobre- dijo la chica.

Otra vez tú.

-Bien, dame tu...

-Déjame, yo puedo- quité su mano de la mía. Su tono cambió inmediatamente.

-Perdón si interrumpí su.. Momento. Adelante, sigan. Qué esperan?

Esperan que te vayas, Ciara.

-Y-yo me voy- limpié mis manos y rodillas para recorrer los vidrios.

-No, déjalos ahí. Te puedes cortar- advirtió aquella chica.

-No te importa- dije entra dientes.

-Ah?

-Nada- balbuceé antes de que pudiese decir algo- Adiós.

Fue lo mas estúpido que me pudo haber pasado hoy, en esta semana, en este mes. Si piensan que me sonrojo, no, no lo hago. Al menos no físicamente. Por suerte...
-Eres muy inoportuna- habló mi subconsciente.
Qué puedo decir? No iría hasta allí si sabía que me iba a encontrar con semejante...Persona y acompañada.

El baño se estaba convirtiendo en lo que mas visitaba en esta casa. Tiré los trozos de vidrios al zafacón, y abrí el grifo para lavarme con muchas ancias la cara. Estaba furiosa por dos cosas: por haberme caído y que me vieran, porque no me hubiese importado si no me hubiesen visto, y porque me descubrieron. Un muy mal plan planeado.
Me encontré con el espejo, ese reflejo tan real.
-No me arrepiento, fue divertido- dije tensamente.
Cerré el grifo.

-De qué no te arrepientes?

Oh, tía Marianne. Ya presiento que me está siguiendo.

-Ah! Yo..- sequé mis manos con la suave y blanca toalla.

-Con que hablando sola, eh? De qué no te arrepientes?- imitó lo mismo que hacía hace un instante, a excepción de que solo lavaba sus manos.

-Estaba persiguiendo a unos niños- reí naturalmente.
Después de todo, no estaba mintiendo.

-Con que reviviendo tu niña interior...

-Sí..-supiré- Fue divertido.

-Tiene lindos ojos, no?

-Sí.. Qué?! No! Espera, Qué? De qué hablas?!
Di vueltas a mi alrededor y no estaba. Había desaparecido. Qué rayos?!
No tengo idea de que estaba hablando. O tal vez si... Pero no!

Cuando salí me encontré con el Sr. Manuel, quien me dijo que papá estaba vuelto loco buscándome para decirme- lo que para mí era una buena notica- que nos largábamos.
A ver, no mal interpreten. No es que odiaba la gran casa del tío Jack, pero vamos, no tenía nada que hacer allí.
Verdad?

Llegamos: papá fue directo arriba con mamá; Jorge se sentó en el sofá, como quien se había bebido 10 kilos de alcohol; Yo, fuí a la cocina por vaso de agua para subir a mi habitación, ducharme y caer en los delicados brazos de Morfeo.

"Aléjate  de mí"

Desperté de golpe al escuchar aquella palabras que azotaron mi mente de forma violenta. Estaba sudorosa, sofocada, espantada y desenfocada de todo.
Sabía que el sueño no volvería a acariciar mis ojos, así que me levanté, me dí un baño rápido. Al salir, vi la hora en el reloj que colgaba detrás de mi cama, eran las 7:02. Y por si lo preguntan, no, no tengo celular.
Aun no siento la "pasión" de tener uno.

Y me pregunto: Por qué mi subconsciente me exige levantarme temprano?
Ah, si. No solo por la "pesadilla" si así se le podía llamar, sino que, hoy era lunes. Ya debía ir al colegio otra vez.
No estaba de ánimos hoy, y mucho menos para encontrarme con la estúpida esa por la que me suspendieron.
Bajé. Me encontré a Jorge, que al parecer iba a salir. Jorge aún no entraba a la universidad porque quería tomar un supuesto descanso. Karla tampoco iba a entrar ahora, lo que me trae a conclusión de que Jorge lo hace solo para estar junto con Karla. Enamorados!

Tenía hambre. Tremenda hambre!
Me preparé dos sándwich. Sí, dos sándwich. Amo los sándwich! Abrí el refrigerador y tomé un vaso de jugo de mango. Rico!
Empecé- sin querer- a hacer ruidos agudos con los platos en la cocina, lo que hizo que Jorge se acercara a llamarme la atención. Él odiaba ese tipo de sonidos, esos que dan dentera.

-A propósito, que haces aquí? No deberías estar en el colegio?

-Debería.

-Estoy hablando en serio, Ciara.- comenzaba a hacerse el "responsable hermano mayor".

-No 'quiero' ir hoy.

-No quieres o no puedes? Cuál de las dos? Mamá no está aquí, suelta la verdad.- cruzó los brazos.

-Bien...yo.. Me suspendieron por trapear el piso del colegio- dije con la boca llena- No sé porqué lo hicieron, si lo que hice fue algo generoso.- Y después todo, era la verdad de algún modo.

Jorge carcajeó- Dime, a quién arrastraste esta vez?

Jorge y yo tuvimos aproximadamente una charla de 1 hora, sin pelear. (Se sintió raro, pero bien).

Jorge cree que uno se transforma desde que tiene 18, como que ya tiene derecho a todo y que se acabaron los permisos y todo ese tipo de cosas. Él quiere ganarse la confianza de nuestros padres siendo responsable, ejemplar y toda la cosa- como lo ha hecho siempre, al menos desde que supo que iba a nacer-, así que dentro de la "charla" me dijo que, aunque quiera o no, iba a hablar con nuestros padres sobre lo ocurrido- la suspensión-.
Ambos hablaron seriamente conmigo. Ya saben, la típica charla seria de los padres. Papá, como siempre, me terminó dando consejos, y mamá aún regañándome. Ellos me hablaban, yo los oía, pero no los escuchaba.

"No estoy mirándote, te observo".
Rápidamente me acorde de lo que me había dicho él, Jayn, aquel día de la playa, aquel día en que le dije que lo odiaba.

Les pedí disculpa, pero parece que no fue suficiente para ellos. Subí a mi habitación, el refugio. No hice mas que trancarme, tirarme a la cama, tomar el control, encender la televisión y comencé a cambiar canales.

Uf!

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