Sam y yo nos vemos más a menudo. Sí, como lo oyes. Es más, se podría incluso decir que nos vemos muy a menudo. Prácticamente nos vemos todos los días.

Quedamos en la fuente que hay en el centro de la plaza mayor para desde ahí pasear por cualquier lugar, y escribirnos notas mediante su libretita azul.

Quién sabe si Sam es el que me acosa. Quién sabe si es ese infeliz. 

Pero, ¿sabes qué? Aunque lo sea, no me interesa.  Si Sam me escribiese esas notas, no tendría un maldito sentido. Porque, de ser así, ¿por qué demonios el chico querría pasar tiempo conmigo? Porque hay hasta veces que él mismo lo propone.

Eso sí, he conseguido al fin sacarle una sonrisa. Y era muy bonita, sí. La más bonita que te puedes imaginar. Tenía unos hoyuelos pequeñitos, y risa tímida... Pero duró poco. Sí, duró muy poco. Porque parece que cuando se dio cuenta de que estaba riendo, dejó de reír. Y no sólo eso, sino que además ese día salió corriendo sin siquiera voltear a mirarme.

Pero claro, Sam es impredecible. No podía hacer otra cosa. Además, sigue sin hablar. Todo lo que "dice", lo escribe en papelitos. Sí señor, todo en papelitos.

Pero, ¿sabes qué? Me da igual. Puede que Sam me niegue hablar, pero,

¿no dicen que el silencio vale más que mil palabras?


N/A: Suzieee en multimediaa :)

Hard #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora