VIII

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Iban pasando los días y las semanas, en que nos conociamos e interpretabamos un poco mas uno del otro. Llegó el primer mes en que nos hablábamos por primera vez. La mayoría de nuestros amigos nos veían como una pareja por las cosas que compartíamos y el tiempo que nos dedicabamos.
Llegó un día en el que hablábamos sobre los noviazgos de nuetros amigos, en un momento ella preguntó con una voz mirándome a los ojos y sonriendo, "¿Y nosotros que somos?". Yo la miré, le sonreí y agaché mi cabeza; ella no sabía que realmente quería ser su novio, aunque claramente se identificaba con facilidad por mi estado de animo, amor y confianza cuando hablaba de ella y cuando pasabamos tiempo juntos.
Yo tenía planificado como pedirle para que sea mi novia, la confianza era muy avanzada por el corto tiempo en que nos conocíamos; pensaba en hacer algo romántico, algo que no olvide. Pensaba en obsequiarle una anillo, un anillo caro donde esté grabado su nombre. Yo demoraba en pedirle que sea mi novia porque me faltaba un poco de dinero porque particionaba todos mis ahorros. Luego en la semana lo conseguí.
La semana siguiente nos vimos de nuevo y me realizó la misma pregunta, yo cambie de tema diciendo le que tenía una sorpresa para ella, y que estaría para el próximo fin de semana.
Durante el transcurso de la semana, compré el anillo, hice que grabaran su nombre en el. No podía dejar de mirarlo, lo tenía siempre en la mano, quería colocárselo en su dedo. Ella me había dicho para ir a merendar el viernes y el sábado ir al cumpleaños de una de sus amigas en su casa, por la noche.
Llegó el viernes, nos fuimos a merendar y a caminar, le decía que tenía una sorpresa para ella el próximo dia, que quería decirle y regalarle algo.
Llegó la noche, me arreglé y me preparé los más que pude. Justo cuando llegaba a la casa de su compañera, ella también venía; su mamá me saludó desde el auto y despues se fue. Entramos en la casa y nos quedamos conversando con sus amigas y hablando entre nosotros dos. Ella me insistía en que le mostrara su obsequio y yo no sabía como dárselo, quería proponerle que fuese mi novia, de un modo clásico como se pide un matrimonio. Insistió en salir de la casa, lo hicimos y me comenzó a insistir en dárselo, yo le decía características del regalo para que ella adivinara; hasta que me hizo cosquillas y me obligó a dárselo. Tomé su mano, saque el anillo de mi bolsillo y se lo coloqué en uno de sus dedo, su expresión cambió bruscamente, se sorprendió, haciendo un gesto que realmente no se esperaba algo así. Sus ojos se abrieron mediante la expresión, su otra mano las colocó sobre su boca y sus sejas se elevaron sorprendentemente, luego me dijo "no puedo creer, es demasiado esto, es muy caro". Si expresión no sesaba, entonces la tome desde sus mejillas, levante su cabeza, le sonreí calidamenre diciéndole con un simple gesto que la amaba demasiado; la besé y le mostré que había grabado en el. Al momento llegaron otras amigas y nos interrumpieron en nuestro momento. Las saludamos y nos fuimos dentro de la casa nuevamente con ellas. Charlamos en grupo y despues de un tiempo decidimos salir y nos fuimos a la calle.
Hablábamos y ella no dejaba de decir de lo sorprendida que estaba. Yo me sentía muy feliz porque le había gustado. Su voz era alegre, su rostro mostrando lo más hermoso y maravilloso de ella, su sonrisa.
Llegó un momento en que estábamos totalmente solos, nos estábamos abrazando cuando de repente la aleje de mi, me arrodillé ante ella y le pedí que fuera mi novia. Ella aún más alegre me levanto de inmediato y me beso. Inmediatamente ella dijo, "obvio que si quiero serlo, desde hace mucho antes quería serlo". La abracé muy fuerte, la agradecí por su respuesta y por dejarme que la conociera, luego la besé con mucha pasion y nos fuimos hacia la vas nuevamente. Una hora mas tarde vinieron sus papas a buscarla. Se fue y me llevaron hasta mi casa. En el camino no me soltó un sólo segundo, me apretaba muy fuerte mi mano; me miraba y sonreía. Yo le devolvía una respuesta de igual manera más una caricia en sus mejillas o en su cuello. Una vez que me despedí de ellos, inmendiatamente salté de alegría por todo mi jardín, era oficialmente que éramos novios. Inmediatamente que nos separamos comenzamos a chatear. Cuando llegó a su casa le contó a sus amigas y yo a mis amigos respectivamente. Al día siguiente cada uno les contó a sus papás.
Esa misma noche soñé, anehelé, recordé todo lo especial, estupendendo y veraz de nuestro amor, que fue desde nuetro comienzo de la relacion y todo lo que en un futuro haríamos como pareja.

Obsesión de un joven enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora