Y la semana recién empieza...

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Al día siguiente estaba muy cansada, me levanté lentamente y vi a Seth a mi lado, durmiendo como un bebé. Debo admitirlo, él era un chico muy simpático y educado, también hablaba malas palabras, pero siempre sabía en qué momento decirlas y con quién.

Estiré el brazo y tomé mi celular de la mesita de la izquierda para ver la hora (7.20am). DIOS. En 10 minutos mi madre iba a entrar a mi cuarto a levantarme y yo seguía aquí, cuando supuestamente estoy castigada. Me levanté finalmente y justo un aire gélido me heló la piel, así que tome la primera polera que encontré y salí por la ventana sin hacer ruido para que él pueda dormir ahora los 8 minutos que nos quedan.
Al entrar a mis aposentos, rápidamente me di una ducha y me vestí con un conjunto cómodo porque realmente no tenía ganas de buscar más: un polo manga corta de kiss, un jogger gris y la polera que me robé de Seth. Luego de secar mi cabello, me lo até en una cola alta y baje las escaleras, junto con mi mochila de la escuela y mi maleta lista para ser transportada a donde sería mi hogar por el tiempo que mi madre se iba de viaje. Que se la lleven, igual esto será difícil.

Al bajar a la cocina, no había nadie, pero vi una nota de mi madre que decía "Desayuna bien, no olvides lo que te dije ayer. Tk mamá" así que me dispuse a terminar todo lo que había preparado en la cocina. Podré ser muy orgullosa y todo pero mi estómago es asunto aparte. Cuando terminé Seth ya estaba entrando a la casa para ver si ya estaba lista: Ya estoy. Dije mientras dejaba todo en el lavadero y tomaba mi mochila para irnos. – Buenos días princesa – dijo él mientras me daba un beso en la mejilla y nos disponíamos a caminar con rumbo al colegio.

Todas las clases del día estuvieron aburridas, a ello, súmenle mi pésimo humor por la noticia de ayer. No sé si podré sobrevivir a la semana ¡y hoy recién es martes! ¡Un terrible, horrible y aburrido martes! No lograba concentrarme y todo el día estuve pensando en quién sería el hijo misterioso de ¿Henry?, ash en serio, ¿cómo se llama este tipo?, bueno ese, ustedes entienden. Y gracias a eso no me he podido concentrar, lo cual significa que Jeon debe estar acumulando más puntos que yo, pero me llega, igual tengo más puntos acumulados de toda la semana pasada, necesitaría toda esta semana para superar mi puntaje y no voy a darle tanta tregua.

Estaba ansiosa, con cada segundo que pasa el día termina más rápido. Ya habían terminado las 4 primeras horas de clase y ahora estoy en el break haciendo mi fila para pedir un pan y un jugo en la cafetería. Stephano está a unas cinco personas detrás mío cuando me doy cuenta que ya se está acercando con todo su grupito de desmadrados - Hola enana, ¿me quieres colar? - me dice como si fuera una orden, más que una pregunta.

- ¿A quién le dices enana idiota? - le respondo con los puños apretados y casi echando humo. ¿Es en serio? Fuerzas del universo, ¿qué clase de karma estoy pagando, que no me dejan una tregua ni siquiera en el almuerzo?

- A ti ENANA- ay espermatozoide retardado, ¿por qué le encanta retarme?

- Pues NO. NO TE QUIERO COLAR, idiota-ya había avanzado y me encontraba a dos personas de llegar a pedir el glorioso pan con pollo de la cafetería.

- Entonces tesoro, no me dejas otra opción - dice cuando me toma de la cintura con una mano y con la otra toma suavemente mi cabeza hundiéndome en un profundo beso. El beso duró tanto como lo que tardamos en llegar a ser los siguientes. Para cuando reaccioné, él ya había pedido una hamburguesa de pollo y cuando iba a protestar y empezar a gritarle, me volvió a atacar juntando sus labios con los míos, haciendo que la señora de la cafetería se incomode y evite vernos. La inocente señora le entrega la última hamburguesa y cuando yo iba a pedir me dijo: lo siento cielo, la última es la que se llevó tu novio. Más roja que un tomate me aparté del mostrador llena de indignación y como furia es mi segundo nombre, corrí a alcanzar a Valenti e intenté quitarle con todas mis fuerzas el bendito pan, pero el maldito la puso en alto y maldita sea la diferencia de altura porque yo no llegaba. Dignamente paré cuando me cansé de saltar, Stephano dirigió la hamburguesa a su boca y empezó a irse, cuando dio un par de pasos volteó y me dedicó una última mirada socarrona diciendo - es una treta tesoro - y se fue caminando victorioso, mientras su grupo de amigos, junto a toda la cafetería nos veían y yo me quedaba susurrando-me las pagarás Valenti, te arrepentirás.

Con Z De Zorra:)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora