4 años atrás...
En ocasiones, el ser humano puede experimentar envidia o recelo hacia otro de forma involuntaria, pero... ¿este sentimiento puede llegar a ser tan fuerte como para asesinar?
Este era el tema que abordaba los pensamientos de Violeta esa tarde al estar acostada en su cama sintiendo como chocaba la lluvia en el techo sobre su cabeza y viendo con atención las gotas que resbalan por su ventana. Era increíble que la mayoría de las veces sintiera que su hermano la opacara porque cuando creía que habia hecho algo bien y se sentía orgullosa de ello descubría que su hermano lo había logrado hacer perfecto, eso a veces la lograba poner de pésimo humor, no le gustaba tener ese sentimiento hacia él, pero era algo que no podía evitar, algo que se le escapa de sus manos.
Para David, sus más grandes tesoros eran su madre y su hermana de diecisiete años recién graduada de preparatoria y por la que daría la vida si fuera preciso, siempre contaba los minutos para llegar a casa y poder verlas o... eso fue así hasta que apareció Camile en su vida.
Esa tarde el viento soplaba fuerte y hacia agitar las ramas de los arboles de cerezo afuera de la casa de los Clayton. La brisa estaba fría y el cielo se torno gris amenazando con llover. Lo que era extraño porque estaban en pleno verano. David lo notó así que apresuro el paso para llegar pronto a su reconfortante habitación, lo que fue en vano ya que a poco menos de dos cuadras empezó una fuerte tormenta dejándolo completamente empapado.
-¡hola! -gritó al abrir la puerta- ¿Hay alguien en casa? -volvió a decir David dejando las llaves en el mesón de la cocina.
-Aquí arriba -vocifero Violeta desde la planta superior.
David subió las escaleras de dos en dos llegando finalmente a la habitación de su hermana, tocando la puerta dos veces sin esperar respuesta para después entrar.
-Oh, hola -dijo ella sonriente haciendo espacio en su cama para que su hermano se sentara.
-Hola -respondió este sin una pizca de ánimo.
-¿Que te pasa? -Intento indagar la chica poniéndose erguida de inmediato.
-¿Por que la pregunta? -Intentó sonreírle a su hermana para tranquilizarla pero le salio una mueca.
-¡Oh por Dios! No intentes engañarme David, soy tu hermana, sangre de tu sangre y te conozco tan bien como para saber que justo ahora te pasa algo - Con estas palabras el chico rió sinceramente y negó con la cabeza- ahora dime hermanito, ¿que te atormenta?
Se quedó mirando sus manos entrelazadas en su regazo, soltó un fuerte suspiro para luego responder:
-Terminé con Camile -.Levantó la mirada encontrándose con la de su hermana. Se le notaba mucho el dolor y lo que le costaba decir esas tres simples palabras.
La chica en respuesta abrió los ojos de par en par.
-¡wow, que? ¿No se supone que ella era la mujer que iba a ser la madre de mis sobrinos? -respondió la chica con evidente sorpresa.
-Eso pensaba yo, pero por lo visto ella no compartía esa idea -.Se encogió de hombros cabizbajo.
-¿Que le hiciste? -Lo acusó señalándolo con su dedo índice.
-¡Ay¡ por Dios Violeta, tu siempre piensas que ella es la víctima. Yo... le di todo de mi y ella no lo valoro -dijo, dándole a su hermana una sonrisa sin mostrar los dientes.
-Okay... eso fue un chiste, uno muy malo, pero vamos, tienes que tener una razón muy fuerte como para terminar las cosas así -Lo incitó la chica para que hablara.
-Es que la hay, y es simple, le gusta alguien mas. No la podía obligar a estar conmigo -.Otro suspiro- Pero se va a volver hueso esperando a alguien mejor que yo.
-De eso no me cabe dudas, ella no te valoro, pero quizás otra chica lo haga -.Violeta le dio una mirada significativa dándole ánimos a su hermano para después agregar:
-Deberías ir a bañarte, estas empapado y puedes resfriarte.
El chico se levantó de la cama y solo para fastidiar a su hermana sacudió su cabello como un perro al que le acababan de dar un baño. Ella sólo se quedó sentada allí, viéndolo marcharse y al fin comprendiendo porque días atrás había estado tan apagado, pensaba también en que se veía bastante deprimido y que debía hacer algo para cambiar eso.
* * * * * *La casa de los Clayton era grande, un poco antigua y agregando el hecho de una tormenta le daba un aspecto bastante tenebroso, con sus grandes ventanales y gran estructura de madera.
Al caer la noche la Señora Clayton llegó a casa encontrándose con un silencio sepulcral, lo que le pareció extraño ya que sus dos hijos eran un poco escandalosos estando ambos allí. Así que se apresuro a dejar las compras en la cocina y subió a las recámaras de los chicos.
Cuando llegó finalmente a la habitación de su hija y darse cuenta que no se encontraba nadie en ella supo que algo no andaba bien, mas tarde se apuro en ir a la de su hijo mayor.
Pero lo que encontró en esta fue un escenario espeluznante, un charco de sangre adornaba el piso de la habitación, en el yacía tendido su hijo, siguió observando la escena y se dio cuenta que a su lado estaba su hija con un cuchillo a sus pies y las manos ensangrentadas al igual que su atuendo. Ni siquiera reparo en la presencia de su madre, no se inmuto ni hizo algún movimiento, ella solo estaba allí con la mirada perdida en algún lugar de la habitación.
* * * * *
N/A
Perdonen alguna falta de ortografía .-.
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Una Vida Efímera, Un Amor Eterno. #Wattys2016
Ficción GeneralNadie puede asesinar a su hermano y salir ileso de eso. Violeta Clayton es una peculiar chica de diecisiete años con un "crimen" a cuestas, nadie sabe como lo logro pero es un asesinato que conmovió a todo el país, ella tratara a toda costa de demo...