-No sabes cuánto odio todo esto -Resople exasperada y ya un poco cansada de la retención de Valentina en las duchas, que se le estaba haciendo costumbre.
-¡Hey! -imitó con un tono indignado- agradece que te salvo de esa comida que parece fuera a salir caminando en cualquier momento de tú plato -.Lo consideré por un segundo, dándome cuenta que tenía razón pero nunca admitiéndolo en voz alta.
-¿Ahora que pasa? -Cruce mis brazos a la altura de mi pecho y levanté una ceja escéptica.
-Oh -Agitó su mano con desdén- solo que ya tengo un plan para salir de aquí -Se encogió de hombros- pero en caso de que eso no te importa... -Dio media vuelta dirigiéndose a la puerta y dejando la oración suspendida en el aire.
-Nunca pongas palabras en mí boca que ni siquiera han pasado por mí mente -Se paró en seco y se giró hacia mí.
-Pues eso pareciera, no muestras el más mínimo interés. Como si quisieras pasar lo que te resta de vida detrás de estos muros -Todo lo gritó en un susurro.
-No es que quiera pudrirme aquí adentro, es solo que... -vacilé, porque no quería admitirlo, hay una regla universal que dice: si suena estúpido en tú mente, no lo digas en voz alta. Lástima que hay muchas personas que desconocen esa regla- tengo miedo de lo que pueda pasar -admiti finalmente, ella caminó hacia mi tomándome de ambos brazos.
-Tú miedo es comprensible, pero tienes que entender algo, todos sentimos miedo alguna vez. Pero no puedes atemorizarte por algo que probablemente haga tú vida un poco mejor. Mira a tú alrededor -.Señaló el lugar- Esto no es vida -Miré al igual que ella y me di cuenta de lo que trataba de mostrarme, es decir, tenía que hacer esto, no podía simplemente quedarme allí para que hicieran lo que quisieran conmigo.
Asentí con la cabeza comprendiendo que cuando tú conciencia te falla, siempre va a estar alguien ahí que sea la voz de la razón.
-Tienes razón, tenemos que hacer esto -dije decidida.
-Así se habla -Se apresuró a treparse en un feo lavabo- ven, acercate -.Palmeó un lugar a su lado y con un poco de desconfianza me senté sintiendo que se tambaleaba- Éste es el plan -Sacó su muñeca de uno de los bolsillos del uniforme, el cual constaba de un desgastado mono azúl y una camisa que hacía juego. Noté que dicha muñeca siempre la llevaba consigo.
-¿Por qué siempre la llevas contigo? -pregunté intrigada, señalándola.
-Cuando entré aquí la llevaba conmigo, así que dejaron que la conservara -.Mi mano voló a mí cuello por instinto atrapando entre mi mano la cadena que colgaba de mi pecho- Ésta muñeca fue lo único que se salvó del incendió (era de una de mis hermanas) y la llevo siempre conmigo porque al verla, puedo verla a ella, sus grandes rizos rebeldes que adornaban su tierno rostro... -La miraba con tanto amor en sus ojos, que por un momento dudé que estuviera hablando conmigo- tal vez sonará estúpido, pero a veces un objeto puede conservar más recuerdos que una cámara digital.
-No, no suena estúpido para nada -Todavía empuñaba el dije de la cadena- a mí me dejaron ésta, pero no hubiera sido así sí no fuera porque patee, golpee, grité y hasta mordí a quien intentara quitármela. No dejaría que me la quitaran tan fácilmente, me la dio una persona muy especial -.Rió sin mostrar los dientes, asintiendo con la cabeza en señal de compresión- Recuerdo, que cuando me la colocaba, me dijo «siempre estaré contigo» una de las mentiras más comunes dichas por el ser humano. De hecho -Gire la medalla, para ver, que en el dorso de ésta rezaba la misma frase- estábamos en nuestra casa del árbol. Allí escribió exactamente lo mismo.
-¿Te digo algo? -cuestionó, posando su mano en mi hombro. Yo afirmé- Hay situaciones en la vida, que son como cambiar la posición de los tirantes del brasier sin quitárte la camisa, difícil, pero no imposible -Reí abiertamente al escuchar esa absurda suposición, sabía que sólo lo había hecho para hacerme reír y para desviarnos un poco del tema que ponía el ambiente melancólico- seguro piensas que es la cosa más estúpida que he dicho desde que me conociste, pero ¿no es verdad? -Iba a responder, pero me arrepentí cuando noté que seguiría hablando- El punto es, que ésta es una de esas situaciones, tendremos un plan bien elaborado y saldremos de aquí, eso es todo lo que necesitamos... -Rebuscó en el vestido de la muñeca, hasta sacar un trozo de papel arrugado con líneas y garabatos que no lograba entender- Aquí está, mira.
-¿De dónde sacas papel y lápiz?
-Querida, ya deberías saber que un mago nunca revela sus secretos. Con respecto al plan, hice un pequeño plano de los ductos de ventilación -Desdobló la pequeña hoja de papel y me mostró líneas que, que a decir verdad, seguían siendo garabatos para mí- se supone que cada habitación tiene uno de éstos, y todos se dirigen a un solo lugar. Afuera.
-Pero como se supone que lo vamos a alcanzar sí está un poco alto, y con un poco alto me refiero, ¡a muchos metros del piso! -La coherencia y ella definitivamente se odiaban.
-Wow, calmate ¿quien dijo que va a ser desde nuestras habitaciones? -Esta vez sí era un hecho, estaba confundida- Va a ser desde la cocina.
-Imagino, que tienes pensado algo para llegar ahí.
-Por supuesto que sí, una cosa con lleva a la otra y a mí, nunca se me escapa nada. Nos vamos escabullir al cuarto de limpieza, nos colocamos uno de esos feos uniformes y listo -Esto último lo dijo como si fuera pan comido- solo hay un problema -Tomó su barbilla pensando- ¿Que haremos con el tipo de las cámaras?
Por un largo rato, reinó el silencio entre ambas. Pensando que haríamos. Bueno, en realidad sólo ella. Es de esas veces que estás en un examen y ves al infinito «recordando» pero en realidad estás disimulando la falta de conocimiento para que tú pareja no te mate. ¿A quién engañaba? Ella era la mente maestra en todo esto.
Chasqueo los dedos cuando menos lo esperaba y su rostro se iluminó con una idea fresca.
-Hay que dormirlo. Arrullarlo como un bebé -.Hizo una especie de cama con ambos brazos simulando que dormía a un niño- Iremos vestidas de de enfermeras al depósito, sacamos algún somnífero y lo drogamos. Una cucharada de su propia medicina.
Algo en mi cabeza hizo un clic.
-No... -dije tardíamente.
-¿Como que no?, ¡ahora explicame por qué no! Que rayos te pa... -No la dejé terminar porque le tape la boca con una mano, ya que estaba comenzando a gritar sin darse cuenta.
-Dije que no porque no hace falta ir al depósito. Tengo una mejor idea -Empecé a decir quitando de a poco mi mano de su boca- las pastillas que nos daban a beber, la droga, yo no la boté. Las tengo escondidas en un lugar.
Abrió los ojos como platos.
-¡Eso es perfecto! -exclamó feliz, acto seguido se bajó del lavabo de un salto dirigiéndose a la puerta, pero se paró de repente y volvió a mí- Otra cosa, es un detallito pequeño -Rió nerviosa- escaparemos ésta noche. Cuando las luces se apaguen, yo iré a tú cuarto a buscarte, tocaré tres veces. Hay cámaras infrarrojas, pero eso no será un problema porque el cuarto de limpieza está a unas cuantas puertas de la tuya, a demás, el que vigila para esa hora seguramente estará soñando con conquistar el mundo.
-Pe...pero -Estaba empezando a odiar esos detalles menores de Valentina.
-Ya pasó la hora del almuerzo, por lo visto. Pero para la cena te necesito en el comedor, debes distraer un poquitin a los enfermeros, para así arrastrarme a la cocina y poner la droga en la comida.
-¿Y cómo se supone que haré eso?
-Sé que se te ocurrirá algo -Guiñándome un ojo se marchó dejándome estupefacta.
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Una Vida Efímera, Un Amor Eterno. #Wattys2016
قصص عامةNadie puede asesinar a su hermano y salir ileso de eso. Violeta Clayton es una peculiar chica de diecisiete años con un "crimen" a cuestas, nadie sabe como lo logro pero es un asesinato que conmovió a todo el país, ella tratara a toda costa de demo...