Capítulo 4

7.1K 685 474
                                    

— ¿Por qué tengo que aprender a cocinar? — preguntó Sakura.

Reiji se acomodó los lentes, suspirando. Sakura ya le había preguntado miles de veces eso, y él contestaba todas esas veces.

— Una dama sabe cocinar. — respondió con un poco de fastidio.

— ¡Pero yo no quiero aprender a cocinar...! — se quejó como una niña pequeña.

— Aprenderás te guste o no.

Sakura lo miró. Reiji conocía esa expresión; Ojos cristalizados, una mueca triste en su rostro, su labio inferior temblando. Kanato era su hermano, por lo que conocía la expresión que ponía cuando quería algo.

— Buen intento. — comentó — Pero igualmente aprenderás.

Sakura murmuró una maldición, y Reiji le pegó con suavidad en su mejilla.

— Las damas no maldicen.

Sakura rodó los ojos.

— Tampoco ruedan los ojos, es de mal gusto.

Sakura se agarró la zona donde estaba su corazón, arrugando su chaqueta marrón dramáticamente.

— ¿Cómo pueden vivir así?

— Ellas no se quejan, ni hacen desorden. — volvió a decir Reiji — Ahora, agarra esos tomates.

Sakura miró los tomates y rió fuertemente.

— ¡Se parecen al cabello de Ayato! ¿Tú que crees, Reiji-san?

— Supongo que tienes razón. — respondió con tranquilidad.

Lo único bueno que -quizás- tiene Sakura, es que le ponía el «san» en su nombre. Y adoraba eso. Lo hacía sentir importante y adorado.

— Pon esto allí. — ordenó. Sakura asintió y obedeció.

Estuvieron un momentos tranquilos, , hasta que escuchó como Sakura murmuró una maldición. Se había dado vuelta para regañarla, pero no pudo hacerlo.

Sus pupilas se dilataron, y su boca se entre abrió. En ese mismo momento, Sakura se limpiaba el corte que había en su mano con rapidez y murmurando maldiciones a cada segundo.

— Sakura, ven aquí.

— Eh...No, estoy muy bien aquí. — rió nerviosamente.

— Es una orden.

— Pero que lindo..., eh, que lindo techo. — comentó Sakura. — Es muy...bonito.

Reiji se acercó a ella a paso rápido, aunque Sakura fue más rápida y con su mano sana le dio un puñetazo que sonó por toda la cocina. Reiji soltó un quejido por lo bajo que ni siquiera se escucho.

— ¡Lo siento, Reiji-san, pero no quiero que me dejen anémica! — se disculpó y desapareció de su vista.

Reiji se quedo ahí, con una mano tapándose la boca. Aún podía sentir el olor de su sangre no muy lejos, así que la siguió.

Pudo ver a Sakura, juntando piedras para poder protegerse. Eso fue bastante estúpido, ya que él era un vampiro y tenía más fuerza que los humanos. Pero estábamos hablando de Sakura, y realmente no le sorprendía lo que ella hiciera.

«Pero que chica más ingenua y torpe» Pensó.

— ¿Cómo te atreves a golpearme, humana? — gruñó.

Sakura saltó del susto, y lo miró con nerviosismo.

— Tú me obligaste a golpearte. — dijo Sakura—. Aléjate, satanás. Yo aún quiero ser pura.

Reiji la miró aun con más furia. Y con rapidez se acercó a ella -Sakura maldijo a los vampiros por ser tan rápidos- y levantó su mano dispuesto a abofetearla.

— ¿Qué crees que haces? — preguntó Shuu con flojera. Reiji observó que rodeaba a Sakura con uno de sus brazos, y la protegía.

— No te entrometas, vago.

— Si no quieres que me entrometa, no hagas ruido. Quiero dormir. — farfulló — Además, yo soy el mayor. Tú no me ordenas nada.

Reiji apretó los puños con más furia que antes. ¿Cuántas veces había escuchado a Shuu decir eso? ¿Cuántas veces se sintió así de humillado?

Aunque Shuu era el mayor, no hacía absolutamente nada. ¡Ni siquiera debió ser el mayor!

Reiji se preocupaba por casi todos sus hermanos. ¿Quién le enseñaba inglés a Ayato?; Él. ¿Quién era el que cocinaba para Kanato?; Él. Nadie más que él.

Shuu no hacía absolutamente nada con su vida. Pero eso no le interesaba.

Rebel ♣ Reiji SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora