Capítulo 4

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Era sábado a la mañana, el teléfono de la casa no paraba de sonar y mi pereza era extrema, no quería levantarme de la cama. Me negaba.

No entendía quien mierda me podría estar llamando a las diez y media de la mañana, ¿qué la gente no sabe dormir hasta tarde o que hay gente que lo hace?

Ayer después de volver del cine, me quedé mirando de vuelta mi película favorita, por supuesto; A Walk to Remember. Nunca ame tanto una película como esa, quería un amor como ellos y no me interesaba si terminaba en una tragedia como la muerte de la protagonista en este caso. Solamente quería tener una persona que se preocupara tanto por mi como lo hacía Landon por Jamie.

Sin dudas la escena que ablandaba mi corazón era cuando el le decía cariño en el momento en que todos se burlaban de ella, es la escena más tierna y linda de todas.

Mi celular sonó y esta vez estaba al lado mio, por ende no necesitaba descender al primer piso para responder el llamado, que estaba segura serian mis padres.

―¿Porque carajos no respondes el teléfono de tu casa? ¿Sos idiota no? Están en la entrada del barrio hace más de media hora Connor y Milo esperando a que atiendas a la guardia para pasar. Los tuve que hacer pasar yo, no te preocupes. En menos de dos minutos están en tu puerta y yo en cinco, así que más te vale que te cambies.

Y la llamada se cortó, no pude decir ni una palabra, Amanda estaba más que enojada. Seguramente se debe haber despertado por el teléfono al igual que yo, eso fue lo que le habrá molestado, que no haya contestado y haya tenido que ser ella.

Todavía no entendía cómo era que había aceptado el trato, iba a vivir con dos hombres, literalmente. Estaba un poco preocupada por mis padres, pueden llegar en cualquier momento de sus viajes, uno nunca sabe cuando esos desgraciados querrán volver. Sin dudas tenía que hacerles una llamada y preguntar, porque no había posibilidad alguna de que ellos pudieran quedarse en mi casa si ellos se enteraban.

Estaba tan concentrada imaginándome la reacción de mis padres al entrar a la casa y ver que su ''querida hija'' estaba viviendo con dos hombres que salte cuando una bocina de auto sonó. Ni siquiera me había cambiado, estaba con mi pijama constaban de unos shorts sueltos y una blusa sin mangas, como hace calor no me preocupa dormir así pero no tenia corpiño, ya de por sí ¿qué mujer duerme con corpiño? Sin dudas debería ponérmelo pero cuando estaba por salir a correr a mi cuarto otra bocina  más sonó por ende pensé en lo más rápido que podía hacer y agarre la campera de Aeropostale que estaba colgada en el perchero de la entrada, al lado de la puerta. Me la coloqué como pude y le abrí la puerta a mis dos nuevos compañeros de casa. Lo que me esperaba.

Al abrir la puerta me encontré con Amanda caminando hacia mi, con un bolso enorme azul en una de sus manos y en la otra cargaba su cartera de color gris. Me dio un beso en la mejilla y tiró el bolso al igual que la cartera en el sillón, que estaba enfrente a la televisión.

―No sé qué carajos trae Connor en ese bolso pero pesa una tonelada y media, me quede sin brazo. Literalmente.

―Cállate zapalla, deja de mentir y decir tonterías si no pesa nada.

Me di vuelta y otro beso fue estampado en mi mejilla, Connor estaba sonriéndome como un nene adorable. Camino al mismo lugar que Amy y dejó una maleta en el suelo.

―¿Dónde está el baño? ―La confianza con la que me lo pregunto hizo que levantara mis cejas, seguido de esto dije:

―Abajo de la escalera, ―señale una puerta y este se dio vuelta para mirarla― esa.

Corrió hasta este y cerró la puerta dando un portazo, sin dudas se estaba haciendo pis encima. Con Mandy nos miramos y empezamos a reírnos.

―¿Qué es lo gracioso? ¿De qué me perdí?

The Master of FraudWhere stories live. Discover now