La semana transcurrió tranquila, ya era viernes. El tiempo pasaba volando.
El timbre sonó y todos nos levantamos para salir prácticamente corriendo del salón luego de haber guardado nuestras cosas. Sin dudas tener dos horas de matemática, un viernes era agotador. El cerebro en cualquier momento me iba a explotar pero estaba contenta porque había entendido el tema.
―¿Entendiste algo?
―Si, estoy muy contenta por eso, espero sacarme una buena nota en el examen próximo que tengamos.
―Estoy igual, necesitamos buenas notas, no quiero nada de sietes el último año del colegio. ―Amanda me miró y respondí asintiendo la cabeza.
Nos dirigimos al estacionamiento, subimos al auto y emprendimos el camino regreso a casa.
Las cosas andaban bien, los chicos me ayudaban a mantenerla limpia aunque tengamos a Margaret, la verdad no me apetecía que tuviera que limpiar cada desastre que hacíamos o cosa que ensuciáramos. Por ende pusimos reglas, todos ayudábamos con todo y estaban de acuerdo.
Respecto al tema de mis padres los había llamado y no sabían cuando iban a volver pero luego de insistirles un poco me iban a llamar antes de venir. Margaret estaba contenta de que los chicos vivieran conmigo, le había dicho que eran amigos del colegio, que se habían egresado hace un tiempo y era temporal su estadía que los estaba ayudando a que no deban alquilar ningún departamento para asi ahorrar mas rápido y comprarse uno.
Ella me entendió, le parecía perfecto, que además como vivía prácticamente sola y así no pasaría tanto tiempo sola. Mandy prácticamente vivía en casa también, casi siempre nos juntábamos los cuatro para hacer tonterías como jugar a las cartas, juegos de mesa, mirar series o charlar un rato. También como es Marzo y hace calor nos juntábamos en la pileta, tomábamos sol o jugábamos volley.
La verdad que me reía mucho y pasaba un tiempo espectacular, los empezaba a conocer más, me parecían super divertidos y simpáticos.
―¿Cómo va todo con Connor? ―Pregunté, ya que había olvidado de hacerlo y ella nunca había sacado el tema a la luz.
―Supongo que bien, somos amigos, ¿por qué preguntas? ―Me miró con cara de confusión y luego volvió su vista adelante para mirar la ruta por donde manejaba, ya casi llegábamos a casa.
―No se, solo preguntaba. ¿Dónde conociste a los chicos?
La verdad que nunca supe de donde se conocían ya que en la fiesta que había dado, Connor le había dicho que estaba conmigo luego de golpearme la cabeza contra la puerta.
―Conocí a Connor en el bar de siempre, yo iba caminando mientras bailaba y me volcó todo encima de mi vestido blanco, encima era blanco, vodka con jugó de uva.
―¿Me estas cargando? ―La interrumpí, solté una risita.
―Te juro que no, lo quise matar en ese momento, era nuevo para colmo. En fin luego de eso me pidió perdón como seiscientas veces y me persiguió hasta el baño, me ayudó a limpiarme un poco porque estaba empapada pero después empezamos a reírnos y terminamos hablando toda la noche. ―Me echó una mirada para comprobar si la estaba escuchando y siguió. ―Intercambiamos números, al otro día me hablo y como era tu fiesta te pregunte si los podía invitar. Lo demás ya lo sabes.
Dio vuelta y entramos al barrio, se dirigió a casa.
―Supongo que las dos conocimos a Connor en circunstancias no agradables, a vos te volcó toda la bebida y a mi prácticamente me dio la cabeza contra una puerta.
Me empecé a reír y ella también lo hizo.
―Así no vamos a olvidar nunca como lo conocimos.
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The Master of Fraud
Romance―No puedo creer que me hayas mentido todo este tiempo, no lo puedo creer. Confíe en ti a ciegas. Fuiste la persona con la que más confianza tuve y me traicionaste. ―Por favor déjame explicarte todo. ―Lágrimas caían de sus ojos, no me importaba, me h...