Habían pasado dos horas desde que llegamos a la fiesta, la estaba pasando sensacional, no estaba borracha ni estaba sobria, solo alegre y eso me bastaba. No necesitaba de más alcohol para pasarla bien.
Si decía que no quería saber donde estaban los chicos mentía, desde que habíamos llegado nos separamos y no supimos más nada de ellos.
Fácilmente te dabas cuenta de que la casa enorme, el living que se había convertido en la pista, era lo bastante grande como para que entre treinta y cincuenta personas entren bailando perfectamente, sin la necesidad de andar empujándose uno con el otro.
Mis pies no daban más, no sentía mi talón y creía que me estaba saliendo una ampolla.
―¿Queres ir al baño? Necesito ir urgente, creo que me salio una ampolla. ―Prácticamente grité en su oído. La música estaba muy fuerte, demasiado para mi gusto, seguro iba a salir aturdida.
―¡Caiii! Sabes que es mi canción favorita. ―La verdad era que ni sabía queAmanda tenía canción favorita. Me daba igual si me acompañaba, solo necesitaba sacarme el zapato antes de morir del dolor.
―Esta bien, no pasa nada, voy al baño y capaz me quede sentada en algunos de los sillones de ahí. ―Señalé con mi cabeza. ―Cualquier cosa ya sabes.
Levante mi celular dándole a entender que me mande un mensaje por si pasaba algo, asintió y di media vuelta, casi corrí hasta el baño.
Abrí la puerta sin importarme si alguien se encontraba dentro, gracias a Dios, junte mis manos y mire al techo, agradecí internamente que no había nadie. Puse traba y me senté en la ducha porque ni loca iba a apoyar mi culo en el inodoro, un asco.
Desabroche con rapidez el gancho del zapato y lo tire como si quemara. Deslice mi media hasta la mitad de la planta del piel. Ardía, pero no tenía ninguna ampolla, solo un poco rojo.
Mire dentro del mueble blanco bajo el fregadero, encontré un par de toallas y saque una. Gire la canilla de agua caliente y la regule con la fría, abrí la canilla del medio para que no cayera en lluvia si no en chorro y metí mi pie luego de que se llenara un poco. Estaba un poco caliente pero daba igual.
Habré estado unos cinco minutos con el pie en el agua hasta que sentí unos golpes en la puerta.
―¡Ya voy! ―Grite.
Al sacar el pie del agua salpique un poco la colcha de peludos que uno pone al salir de la ducha, me lo sequé como pude y me puse la media junto al zapato de un tirón. Abroche el gancho y me pare.
No dolía pero sentía un malestar, escondí la toalla en el mueble que estaba debajo del lavamanos, porque obviamente no quería que alguien la usara después de haber lavado mis pies y cerré las canillas. No sé cómo hice todo eso tan rápido pero lo logre.
Agarre el celular que lo había apoyado arriba del mueble y tire la manija de la puerta, por supuesto esta estaba cerrada, saque la traba. Al abrirla me encontré con una chica, su aspecto era asqueroso, el cabello todo desordenado y enredado, todo el labial corrido, sonreí tan falsamente como pude y me largue de ahí.
Mientras me dirigía hacia el patio, desbloquee el celular y vi que tenia varios mensajes. Eran exactamente 03:36 am. Al salir no había muchas personas afuera, solo dos grupos de chicas que estaban fumando, creo. Divise una hamaca color rosa fuí hasta ahí y me senté.
Revise los mensajes y solo leí los de Connor, los otros eran del grupo que teníamos con algunos chicos del barrio si queríamos hacer algo.
Mensaje 1:
02:56 am
¿Dónde carajo están? No las encontramos por ningún lado, estamos en el patio afuera, en unos sillones blanco al lado de la puerta corrediza, vengan para acá.
Mensaje 2:
03:25 am
Estamos con Amy en la cocina, nos dijo que fuiste al baño pero cuando te fue a buscar no estabas, vení para acá, Milo se siente mal.
Solo respondí un: en camino.
Volví a adentro, al dirigirme a la cocina divise a Tom. Estaba bailando con una morena. Sinceramente no me molestó para nada. Levantó la vista, me vio y sonrió de lado. Le devolví la sonrisa seguida de un guiño.
Si quería implementar el plan a la perfección ¿Por qué no empezar?
Lo vi susurrarle algo a la chica que estaba meneando sus caderas junto a él, después de separarse y empezar a caminar hacia mi.
Nos separaban algo de tres o cuatro metros, aproveche la distancia y salí disparada a la cocina, meneando mis caderas. Al llegar a la entrada de la cocina, antes de pasar me di media vuelta y lo mire, estaba observando mi trasero, internamente sentía las ganas de vomitar. Nunca iba a cambiar.
Me di media vuelta y entré a la cocina, busqué con la mirada a los chicos cuando divisé a Connor hablando con Amanda, Milo se encontraba sentado en una silla tomándose la cabeza.
―¿Que le paso? ―Fue lo primero que salió de mi boca al llegar junto a ellos.
―Lo que pasó fue que este campeón tomó un par de copas demás. ―Connor lo palmeó en la espalda y Milo gruñó.
―Callate idiota.
Todos nos reímos porque al parecer la borrachera hacía que se le trabará la lengua y hablará mal.
―Me siento muy mal quiero irme a dormir, ¿nos podemos ir?
―Yo también me quiero ir.
Y era verdad, me quería ir porque primero que me había olvidado de ponerme una curita para que el talón no se me raspara y me doliera, segundo me aturdía la música y el alcohol en vez de subirme el ánimo me lo estaba bajando.
―Yo no me quiero ir, la estoy pasando bien. ―Connor nos miró con mala cara.
―Igual yo, vayan ustedes sino, nosotros vamos mas tarde, todavia es temprano. ―Amanda miró su celular― Recién son las cuatro.
―Bueno esta bien, yo me llevo al borracho pero me deben una.
Los mire amenazantes. Mi casa estaba a unas cuadras de la de Amy asi que iríamos caminando porque no vinimos en auto ya que eran pocas cuadras, lo que si mi pie seguramente sufriría las consecuencias.
Nos saludamos con los chicos y salimos de la casa con Milo. El trayecto fue corto o se me hizo corto, me contaba cosas de su infancia y me reía porque se trababa cada dos palabras.
Al llegar a la casa ascendimos al cuarto de cada uno, nos dimos las buenas noches y fuimos a soñar con los angelitos.
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The Master of Fraud
Romance―No puedo creer que me hayas mentido todo este tiempo, no lo puedo creer. Confíe en ti a ciegas. Fuiste la persona con la que más confianza tuve y me traicionaste. ―Por favor déjame explicarte todo. ―Lágrimas caían de sus ojos, no me importaba, me h...