Para ser sincera no sé cómo había terminado en ese callejón, con un arañazo, la mitad de la ropa sucia y rota.
Intente sentarme, pegando la espalda a la pared que se encontraba detrás de mí cuando vi los dibujos y grafitis pintados por las paredes que me rodeaban, me causaban escalofríos.
No obstante, recordé haber sentido un golpe en mi cabeza, demasiado fuerte y un grito chillón de mi amiga Amanda.
A mi lado estaba mi mochila y Amy durmiendo.
Me incorporé como pude, con un dolor de espalda tremendo que se debió, a que pase la noche durmiendo en el suelo.
―Mandy ―Susurre y moví un poco su brazo. ―Despertate, estamos en medio de un callejón. ―Dije. La verdad es que estaba asustada, aparecer en un callejón, sin recordar cómo había terminado allí, no era nada lindo.
Sacude su brazo y luego lanza un gruñido. Suspire.
―Amanda enserio, si no te levantas en cinco segundos voy a matarte.
Sentí como se levantó de golpe abriendo los ojos de par en par. Su pelo estaba hecho un asco, todo enredado casi como una porra.
Miro para todos lados y al darse cuenta que no era su casa, ni tampoco su cuarto, su mirada recayó en mí.
Me inspeccionó de arriba abajo e hizo una mueca de asco.―¿Por qué estamos acá? Hueles fatal, necesitas una ducha urgente.
Nos reímos, simplemente por el hecho de que cuando salimos juntas siempre tenemos alguna anécdota para contar o algo nos pasa.
Habrá que anotarlo en la lista: por qué no tomar alcohol así no terminamos en un lugar asi.―Para ser sincera no recuerdo cómo terminamos acá, ni por qué huelo como mierda o tengo un rasguño en la cara. ―Mi ceño se frunció, mientras que intentó recordar algo, cosa que no pasa.
―¿En serio no recuerdas nada? ―Moví mi cabeza de lado a lado, dos veces. ―Te metiste en una pelea, con Ashley porque estaba besándose con Tom y obviamente te pusiste como loca.
Volví a intentar recordar algo y de vuelta nada.
―¿Y qué pasó? decime que al menos le arranqué algunas extensiones de esa teñida. ―Sonreí mientras que imaginaba a Ashley chillando por haber arrancado algunas de sus mechas baratas.
―Creo que la dejaste bastante lastimada. ―Nos miramos y volvimos a reír, las dos sabíamos que tengo suficiente fuerza para poder defenderme. ―Le pegaste varios puñetazos y ella intentaba arañarte pero lo único que consiguió fue ese pequeño raspón que tienes allí. ―Señalando mi ceja. ―La dejaste en el piso, lo único que recuerdo fue que intente separarlas y me pego una patada en el estómago, luego de eso te pusiste peor y te le abalanzaste pero llegó un chico que te separo de ella porque empecé a gritar que alguien me ayudara. ―Pude ver como lo recordaba y esbozaba una sonrisa.―Y después de eso no se qué pasó, no recuerdo más nada.
Al cabo de unos minutos nos pusimos de pie y Amanda llamó a su hermano dándole indicaciones de dónde nos encontramos.
El punto es que, cuando Ryan nos recogió tuvimos que explicarle el por qué estábamos así.
Después del largo trayecto entramos al barrio donde se encontraban nuestras casas, hice una seña en la portería del barrio, mientras saludaban a Ryan, el antes vivía con Amanda pero al empezar la universidad hace dos años rentó un departamento más cerca de la ciudad y de su universidad.
Se estaciono frente a la casa color gris, consistía de dos pisos, con el parque delantero el cual contenía muchas plantas de decoración, la cual me pertenecía.
Amanda bajo pisándome los talones, mientras saludaba a su hermano, y este la regañaba por haber andado afuera en la noche y también por volver como una completa vagabunda.
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The Master of Fraud
Romance―No puedo creer que me hayas mentido todo este tiempo, no lo puedo creer. Confíe en ti a ciegas. Fuiste la persona con la que más confianza tuve y me traicionaste. ―Por favor déjame explicarte todo. ―Lágrimas caían de sus ojos, no me importaba, me h...