Caminaba de noche por las calles. Se sabía de memoria todo el recorrido del metro. Cantaba allí para recaudar un poco de dinero que le sirviera para comprarse lo que le alcance para comer.
Antes, para ella cantar eraun hobbie, pero ahora se había vuelto en su única fuente de dinero, y por consiguiente de comida, de vida.
Un día, una chica se le acercó y le dio dinero. Y mucha cantidad. Al principio no lo quiso aceptar, pero aquella extraña le sonrió e insistió en que se lo quedara.
Le agradeció, ya que, gracias a esa dsconocida que solamente había sentido lástima por ella, pudo evitar lo que tenía planeado: comenzar a prostituirse sólo para conseguir más dinero.
