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N/A: Primer domingo #Delanie.

Disfrútenlo :3 esta vez prometo que no borraré nada. *manita del wa*

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—Tengo ciertas normas respecto a mi hermana, Diego —Warren Duncan se paró frente a él en la cocina de la casa de Melanie mientras ella había ido a cambiarse—. Principalmente no me gusta que mi hermana esté sola en su habitación con un chico... ¿Entiendes? No es lo que un hermano quisiera encontrar en su casa a esta hora de la mañana.

—Lo siento, Jolene me dejó pasar, no pensé que habría algún problema —murmuro Diego bastante apenado.

Warren Duncan podría ser menos alto que él, un poco más delgado y podía lucir como un nerd pero no por eso Diego lo subestimaría. Él también tenía una hermana menor y encontrarla en esa situación lo enfurecería, así que lo entendía. Sin embargo, el hermano de Melanie podía sonar tan frío como si fuese a matarlo y a deshacerse del cuerpo sin ningún remordimiento. Diego se preguntó si su padre también era así.

—Está bien, lo dejaré pasar por ahora —Warren asintió, su expresión se suavizó un poco—. Solo porque pienso que ya era hora de que mi hermana encontrase a alguien bueno y Jolene me ha contado sobre ti, le agradas y tomando en cuenta que esa es una tarea algo difícil, te perdono.

—Gracias —Diego sonrió—. Le dije a Melanie que no se preocupara... y respecto a su padre, supongo que también puedo arreglar las cosas con él ¿No? Ella dijo que probablemente no iba a agradarle.

La mirada de Warren lo preocupó; era como si pensase que él no iba a tener suerte. Su encogimiento de hombros solo hizo que le agregase más preocupación.

—Averígualo —contestó el chico—. Ahora ¿Qué planeas hacer hoy? No pasarás todo el día aquí ¿No? Porque te lo voy diciendo, no te quiero en la habitación de mi hermana —se cruzó de brazos alzando el mentón, Diego rió.

—Planeaba llevarla a una fiesta esta tarde, mi tía Ana Paula estará celebrando su cumpleaños al más puro estilo de México y pensé que era buena idea presentarle definitivamente a mi familia a Melanie —él se encogió de hombros—. Nunca he tenido novia, pienso que les agradará.

—Bien, solo si me traes unos tacos —condicionó el chico.

Diego rió pero asintió.

—Cuenta con ello.

(...)

Algo que entendió sobre Melanie Duncan demasiado rápido es que ella era entusiasta y sociable hasta decir basta, una chica radiante que se ganaba a cualquiera con su sonrisa; ahí se encontraba, bailando una especie de baile raro que había inventado su tío Raúl con una canción ranchera de fondo y fingiendo que eso no era lo más extraño que alguna vez había hecho mientras Diego con cuaderno en mano la repasaba mil veces para poder conseguir un buen ángulo de ella.

Su madre había amado a Melanie, también su padre, sus hermanos, sus tíos, todo aquel en aquella fiesta hablaba sobre la güerita que él había traído a casa y lo agradable y animada que era; un milagro. Él nunca llevaba chicas a casa porque sabía que probablemente sus padres harían una fiesta en honor a ese día pero Melanie era su novia y se merecía una fiesta en su honor.

—Hijo ¿todavía pintando? ¿no vas a bailar con tu novia? —su madre se sentó a su lado, sudando por todo el tiempo que había estado de pie bailando.

—Tal vez luego, quiero captar este momento —él sonrió a su madre por un segundo.

—Óyeme, tu novia está bien bonita ¿dónde la conociste? —preguntó su madre con interés.

Labios sabor a cereza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora